EL ORGASMO FEMENINO.
Aunque el orgasmo femenino y el masculino comparten algunas características comunes, es importante resaltar las del femenino, sobre todo porque ha sido el menos estudiado y porque existen millones de mujeres que desconocen la experiencia del mismo, además del funcionamiento de su cuerpo en el momento de tener las relaciones sexuales.
La mayoría de las mujeres tienden a excitarse con el contacto y las caricias siempre y cuando exista un interés afectivo por y con su pareja y para llegar al orgasmo ella necesita sentir amor por el hombre y sentirse amada, además de deseada.
Es importante que tanto el hombre como la mujer conozcan cómo reacciona el cuerpo femenino ante la estimulación sexual, para que ésta alcance el orgasmo con mayor frecuencia, facilidad y calidad.
La respuesta sexual femenina consta de cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución. En la primera fase, que se inicia con el contacto físico sus órganos sexuales o vulva, se llenan de sangre, de manera parecida a como lo hace el pene cuando tiene una erección, los labios internos de la vulva se hinchan ligeramente al igual que el clítoris y su capuchón, tomando una coloración rojo carmesí. La vagina, que normalmente está cerrada y seca, comienza a expandirse y ha humedecerse sus paredes como si sudaran. Todo su cuerpo se hace sensible y puede sentir la excitación en los pechos, el abdomen y la espalda.
En la fase de meseta, continuación de la de excitación, las dos terceras partes internas de la vagina se expanden y ésta llega a crecer hasta unos cinco centímetros más de lo normal. El tercio exterior se estrecha para poder sujetar al pene con más facilidad, los pechos se ponen turgentes y los pezones erectos, sobre todo al ser acariciados por el hombre. Todos los músculos que rodean los órganos sexuales se tensan, preparándose así la plataforma orgásmica. La respiración se hace más profunda y rápida y puede sentir estremecimientos y calor por todo el cuerpo. Conforme se prolongue el juego sexual previo a la penetración, la mujer logrará estar en mejores condiciones para alcanzar el orgasmo.
La parte más sensible de los órganos sexuales femeninos es el clítoris, esa pequeña protuberancia por encima de la uretra y que muchas mujeres y hombres desconocen para su perjuicio. Este sensible órgano desempeña el papel más importante para que la mujer alcance el orgasmo. En la fase de excitación se pone erecto, como el pene, y la mujer siente un placer similar al que tiene el hombre cuando es acariciado en su glande. En la fase de meseta el clítoris se retrae hacia su caperuza y es necesaria la estimulación adecuada para que la mujer alcance el tercer estadio: el orgasmo. Éste se logra alcanzar durante el coito por el roce de los labios internos con el pene, pues el entrar y salir del mismo de la vagina, lo friccionan y estimulan de manera indirecta. En muchas mujeres no es suficiente esta estimulación indirecta y requieren que su clítoris sea acariciado en forma directa por su pareja, lo cual puede hacer con sus dedos o su lengua. En este último caso es importante que lo haga sin asco y que la mujer se sienta en la libertad de decirle a su compañero de qué manera le agrada más. Algunas mujeres no soportan la estimulación directa y necesitan que primero las estimulen alrededor de su clítoris para llegar al orgasmo, cuya fase comienza con una corriente de placer, concentrada principalmente en el clítoris, que se extiende rápidamente por todo el cuerpo. Los músculos alrededor de la vagina, la vulva y el ano se contraen rítmicamente de manera muy placentera y la mujer deja salir toda la tensión con uno o varios gritos tan fuertes, como sea su capacidad de desahogo, siempre y cuando no se sienta inhibida por el temor a ser escuchada por terceros.
Hoy día está comprobado que todos los orgasmos tienen su origen en la estimulación del clítoris y la mujer no tiene por qué sentirse mal por ello, pues algunas creen, erróneamente, que solo los orgasmos “vaginales” son los buenos, o los que tienen “las mujeres decentes”. Ciertas mujeres se sorprenden de la fuerza con que experimentan por primera vez el orgasmo y llegan a asustarse por sentir tanto placer. Conforme se acostumbran, descubren que es uno de los mayores gozos que hay en la vida y buscan tenerlo con la frecuencia y calidad de su agrado.
También existen las mujeres capaces de tener orgasmos múltiples en una misma relación sexual, experimentando esto como algo paradisíaco, enhorabuena por ellas y sus amantes parejas.
La cuarta fase es la de resolución, la cual comienza con la última contracción vaginal y continua hasta que todos los órganos sexuales han vuelto a su normalidad. Este proceso dura aproximadamente unos treinta minutos, aunque el clítoris recupera su tamaño y posición normales en veinte segundos después del orgasmo.
Pero no se sienta mal si no llega a experimentar todas estas sensaciones en las primeras relaciones, ni trate de fingir con su pareja que si tuvo el anhelado orgasmo. Es mejor que hable con él y le diga cómo se siente y lo que le gustaría que hiciera para ayudarle a lograr la satisfacción sexual a la que tiene derecho por ser su pareja. Tampoco intente tener un orgasmo simultáneo al de su compañero, recuerde que la respuesta sexual de él es algo diferente a la de usted, además de que la del varón suele ser más rápida. Recuerde que las respuestas sexuales de las mujeres también varían, así que lo importante es que usted se sienta satisfecha y alcance el orgasmo en la mayoría de las veces en que hace el amor con su pareja y si se siente inconforme y descontenta háblelo con él, para que mejoren sus experiencias sexuales.
Para saber más: Vida íntima: enciclopedia de la sexualidad. Editorial algar.