EL RENCOR EN LAS RELACIONES SEXUALES
El rencor es un sentimiento humano de resentimiento, odio, inquina o aborrecimiento que suele ensombrecer las relaciones humanas y surge de las frustraciones experimentadas en las interacciones con los otros. Puede originarse por haberse sentido ofendido, rechazado, humillado o simplemente por sentir envidia hacia la otra persona. Al no poder tener lo mismo que el otro tiene y se desea, se le siente rencor, expresándose mal o tratándolo con desprecio por ser el poseedor de mejores cosas o virtudes que las que el rencoroso ha logrado tener. En las relaciones sexuales y de pareja, son muchos los momentos y las situaciones por las que los otrora amantes, llegan a sentir rencor hacia el ser amado.
Cuando uno de los dos o ambos experimentan frustraciones en sus expectativas personales, amorosas y sexuales, tienden a culpar al otro por ello, reclamándole esas carencias propias con enojo y coraje, lo cual complica la sana relación y afecta el desempeño de sus relaciones sexuales, pues cuando sienten rencor hacia la pareja, este sentimiento neutraliza el deseo libidinal, evitando la frecuencia de las relaciones o afectando la calidad de su desempeño.
Aunque además también están las situaciones en las que el rencoroso expresa su resentimiento con sexo agresivo y humillante, utilizando a su pareja para desahogar su malestar utilizándola para la descarga de su enojo con un sexo agresivo y de mala calidad.
Causas
Sin embargo, el rencor puede originarse por múltiples causas y/o razones, entre ellas están el no sentirse correspondido, el sentirse decepcionado en sus expectativas, creer que la otra persona no se interesa en uno, las infidelidades o la idea de que el otro@ es infiel, creer que el otr@ tiene más interés en otras personas o actividades, tales como los hijos, los padres o el trabajo. También suele aparecer por razones justificadas, como cuando la otra persona se ha mostrado agresiva, distante, humillante, ignorante o displicente con las necesidades de la pareja.
El sentirse rechazado por la otra persona, sin entender las razones de tal rechazo, además de un sentimiento de minusvalía, suele provocar rencor hacia la pareja, con el consiguiente rechazo a las relaciones sexuales o a usar a éstas como un arma de venganza para hacer sentir mal al otro.
Por lo tanto, en muchos casos, cuando no ha habido causas evidentes de maltrato y humillación, el rencor surge por malentendidos, derivados de una mala comunicación, en la que se mal interpreta la conducta del otro. Si la pareja ha estado preocupada por trabajo, salud familia o dinero y no lo manifiesta a su pareja, ésta puede interpretar el rechazo sexual o la falta de deseo como la expresión de un rechazo hacia su persona y esto lo lleva a actuar en consecuencia con frustración, enojo y rencor.
Cuando el rencor no se soluciona, suele minar la confianza en la pareja, se distancian ambos y se enfría la pasión sexual. Es un sentimiento difícil de procesar, porque el rencoroso se siente herido y culpa al otro de ello, sin detenerse a pensar en que tal vez él haya puesto algo de su parte en lo que genero su rencor. Hay rencores que no se olvidan, como las infidelidades y esto provoca una escalada de maltratos continuos en demerito de la calidad de la relación conyugal y de la auto estima de ambos.
Soluciones
Después de todo, una buena y recomendable manera de procesar los rencores es hablándolos de manera asertiva con la pareja. Para hacerlo así, es recomendable sentarse a dialogar con tiempo, sin interrupciones y en un espacio agradable para ello. Expresar el sentimiento de dolor y frustración que ha originado ese rencor y el deseo de procesarlo para evitar que la convivencia conyugal siga dañándose. Una comunicación eficaz los puede llevar a comprender las causas que originaron ese resentimiento y buscar formas de solucionarlas.
En los casos en los que la pareja causante de este resentimiento reconoce su participación, es recomendable que lo manifieste y exprese su deseo de no volver a hacerlo, para recuperar la confianza de su partenaire en la relación; cuando lo que ha originado ese rencor es una envidia, consciente o inconsciente, el rencoroso deberá analizarlo y reconocerlo para que juntos la puedan tramitar en favor de la relación.
Para evitar que los rencores conyugales enfríen la pasión sexual, es imprescindible una buena y abierta comunicación, que ayude a entender lo que les ha pasado y puedan decidir si continúan su aventura amorosa, dejando atrás esos momentos de frustración y enojo. En los casos en los que el rencor no pueda ser tramitado adecuadamente, deberán considerar poner fin a esa relación desgastante para poder continuar su vida sin ese lastre de resentimientos, odios y rencores que mina su auto confianza.
Cuando la pareja nos se siente capaz de manejar este tipo de problemas y conflictos, lo recomendable es buscar ayuda profesional que les facilite comprenderse y darle vuelta a la página del rencor, para restablecer su vínculo amoroso y sexual.