MITOS SOBRE LA MASTURBACIÓN.
Jalársela, cogérsela, hacerse la paja, puñeta, manuela, pellizcarla, puñetero, hacérsela, son solo alguno de los nombres que se emplean para nombrar a la masturbación, sobre todo a la masculina, sobre la que existen infinidad de falsas ideas, generadas con el fin de convencer a niños, adolescentes y adultos de que es algo dañino y pecaminoso. En el pasado se llegó a castigar cruelmente a quienes eran descubiertos practicando el auto erotismo y algunas sociedades inventaron artefactos para evitar la erección del pene y que la mujer tuviera libre acceso a sus genitales. Todavía hoy en día en algunos pueblos africanos se les extirpa el clítoris a las niñas para evitar que tengan placer con su propio cuerpo, ante el miedo que tienen los hombres de aquellas latitudes a la sexualidad femenina.
Entre los adolescentes que inician sus prácticas exploratorias, el placer que acompaña al tocamiento de sus genitales, les despierta sentimientos ambivalentes, que implican el placer y el displacer. Las fantasías incestuosas están presentes en todo inicio masturbatorio, pues las figuras parentales y familiares son las que están más al alcance de la mano, lo cual les genera sentimientos de culpa y angustia por desear a su madre, padre o hermana (o), mientras se auto estimulan sexualmente. Es normal que surjan dichos sentimientos, lo que no es sano es que se mantengan por todo el tiempo y que cada vez que aparezcan, el sujeto se sienta culpable y angustiado, porque entonces surge el riesgo de que se establezca una masturbación compulsiva, que orille a la persona a aislarse de las relaciones con el otro sexo y a que se obsesione con el temor al daño que sus genitales pueden recibir por sus prácticas auto eróticas, o a condenarse al fuego eterno, como le han dicho en su religión, que les pasa a quienes se atreven a disfrutar con su propio cuerpo.
Carlos es un joven de 16 años que solicita tratamiento porque cree que es un vicioso y un degenerado sexual, pues afirma que se masturba de dos a tres veces por día. Al explorar qué y cómo lo hace, se descubre que recurre a la masturbación como una medida para bajar su angustia, pero que se masturba mal y con miedo, razones por las que lo tiene que hacer varias veces al día. Parte del abordaje psicoterapéutico incluye el darle instrucciones para que aprenda a masturbarse, disfrutando de la acción y sin sentirse culpable. Para ello se le orienta, para que cuando tenga el deseo de hacerlo, se programe para estar en un lugar cómodo, sin riesgos de ser interrumpido, tenga a la mano algún lubricante y que planee dedicarse a explorar su cuerpo alrededor de entre treinta y sesenta minutos. Que registre las sensaciones que experimenta al tocar diferentes partes de su cuerpo, incluyendo sus genitales, que lo haga de manera pausada y dejándose llevar por las oleadas de placer que la auto estimulación le despierte. Que puede acompañar sus tocamientos con las fantasías que más le exciten y que al final se dé un tiempo para reposar.
Se le aclaro a Carlos que no corría ningún riesgo de quedarse retrasado mental, que no le saldrían pelos en la palma de la mano, que no se darían cuenta sus padres de lo que hacía en su intimidad y que no quedaría estéril ni seria impotente por masturbarse. Que sus espinillas nada tenían que ver con sus deseos sexuales y que si aprendía a masturbarse adecuadamente podría llegar a ser un mejor amante cuando tuviera una pareja sexual. Después de tres o cuatro semanas de tratamiento, Carlos se masturbaba tres o cuatro veces a la semana, en lugar de hacerlo diario y refirió que había aprendido a hacerlo con placer y sin miedos ni culpas.
Al igual que Carlos, existen millones de chicos y muchachas que viven víctimas de las amenazas para no disfrutar de su sexualidad sanamente. La masturbación es una manera de practicar la sexualidad para cuando se llegue a tener una pareja. Quienes se han sabido masturbar sin culpas, suelen ser mejores amantes, pues conocen mejor su propio cuerpo, saben qué les gusta más y están más dispuestos a experimentar con su pareja diferentes poses y actos sexuales para enriquecer su experiencia intima. La masturbación les ayuda a hombres y a mujeres a aprender a posponer la descarga placentera y a disfrutar más de los juegos preliminares que son tan placenteros antes de la penetración. Es una especie de ensayo para cuando inicien su vida sexual activa.
Es un hecho comprobado que más del 95% de los varones y cerca del 70% de las mujeres se han masturbado más de alguna vez en su vida, por lo que se puede considerar que es algo totalmente natural y humano. Lo que no es beneficioso para nadie, salvo para las instancias de poder religioso y político, es hacerles creer que no deben hacerlo y que si lo disfrutan son unos degenerados y mal nacidos que no merecen el respeto de los demás. Si no se prohibiera tanto la masturbación, se recurriría a ella con menos angustia, miedo y culpa y sería uno de los mejores anticonceptivos naturales durante la adolescencia, disminuirían las violaciones en esta etapa de la vida y tanto los chicos como las muchachas llegarían a la adultez mejor preparados para establecer relaciones de pareja más sanas y placenteras.