CRIMEN Y EROTISMO O EL ASESINATO DEL EROS.
El Eros, libido o impulso de vida, es la esencia de una buena, saludable y placentera expresión de la sexualidad, que cuando se enferma, puede ser avasallado por el Thanatos o impulso de muerte, que va en contra de la preservación de la vida.
Cuando el ser humano ha sido deseado por sus padres, esencialmente por su madre, llega al mundo con ansias de vivir, de amar y de ser amado. Cuando no es así, el mundo le parece hostil y, en muchos casos lo es, pues ha venido a entorpecer los planes de su madre. Un niño no deseado, es un niño mal querido que tendrá serias dificultades para desarrollar su erotismo de manera sana, placentera y productiva. Un niño deseado, crecerá con un sentimiento de aceptación y su erotismo o energía libidinal se desarrollará sanamente.
Cuando la pulsión de muerte prevalece sobre la pulsión de vida o libido, el erotismo se enferma y se contagia de violencia, de destrucción, de agresión y de maltrato hacia el sí mismo y hacia los demás. La historia esta llena de ejemplos. Los griegos eran expertos en describir comportamientos humanos a través de sus tragedias, como la de Edipo, escrita por Sófocles 400 años antes de Cristo.
La vida sexual de los personajes de esta tragedia se ve empañada por la pulsión de muerte, originada en las violaciones que comete Layo, el padre biológico de Edipo, pues quebranto la hospitalidad del rey Pélope de Pisa, quien le había confiado el cuidado de su hijo Crisipo, abusando sexualmente de su hijo, el cual se suicidó por la vergüenza de haber sido violado por Layo. En castigo por esta agresividad sexual de abuso, los dioses deciden castigar a Layo con la exterminación de su estirpe.
Con los años, Layo y Yocasta procrean a Edipo y, como era la costumbre, Layo consulta al oráculo sobre su futuro y éste le dice que su hijo lo matará y se casará con su madre, lo cual provoca que entre en pánico y ordena que maten a Edipo sin que se entere Yocasta. El sirviente de Layo se apiada del bebé y lo da a unos pastores, quienes lo entregan a los reyes Pólibo y Peribea quienes lo crían como hijo propio. Al crecer Edipo consulta al oráculo y éste le dice «Matarás a tu padre y te acostarás con tu madre». Edipo huye del reino, en el camino se topa con un anciano prepotente, discuten y termina matándolo.
Al llegar a Tebas, vence a la Esfinge que asolaba al reino y es coronado rey y toma en matrimonio a la reina viuda, que era su madre real. Pasados los años, Edipo y Yocasta engendran 2 varones y 2 mujeres. La peste asola a Tebas y Edipo declara que encontrará al culpable de tal desgracia. Al final descubre que Yocasta es su madre, ésta se ahorca y Edipo se saca los ojos. Sus dos hijos varones se matan por el reino y sus dos hijas mueren. Al final Edipo muere ciego, pobre y abandonado.
La sexualidad enferma, es la causa de toda esta tragedia griega, de la cual Freud toma la base para postular el complejo de Edipo y explicar muchas de las conductas humanas y sexuales. Layo violo al joven Crisipo, que estaba bajo su cuidado y en castigo, muere a manos de su propio hijo y su estirpe se extingue. Gana Thanatos, ante la debilidad de Eros. El crimen de Layo, lo pagan su esposa, su hijo y sus nietos, todos ellos inocentes, pero provenientes de la sangre de un enfermo sexual.
Cuando el erotismo se enferma, la energía que lo mueve se transforma en conductas agresivas. Se abusa de los otros, violando su cuerpo y su intimidad para satisfacer el deseo de descarga sexual y de posesión de la otra persona, tal como hizo Layo. En muchos crímenes sexuales, la libido se ha enfermado gravemente. La sexualidad se utiliza como un arma asesina en lugar de ser un instrumento de vida y de crecimiento.
Muchas personas que usan la sexualidad para agredir y lastimar, como los violadores, los pervertidos, los asesinos sexuales o los torturadores, son sujetos que no fueron bien amados por su propia madre, porque no fueron deseados, porque la madre no tenía posibilidades o porque la madre era una persona depresiva o agresiva por su propia historia.
En algunas relaciones conyugales uno o ambos participantes, emplean la sexualidad para agredir al otro y, en casos extremos llegan a los crímenes pasionales como fue el caso de Otelo, quien ofuscado por la idea de que su amada mujer Desdemona, lo engañaba con Cassio, decide matarla. Las personas celotípicas, padecen de una fragilidad de su propia libido, ya que dudan de sí mismos, pero proyectan dicha inseguridad en su pareja, acusándola de querer tener relaciones con otras personas, cuando en realidad, son ellas quienes desean hacerlo.
Cuando el erotismo se enferma y predomina la pulsión de muerte, la sexualidad es utilizada para cometer los más atroces crímenes, pues se llega a matar al ser supuestamente amado, en aras de un narcisismo patológico, que transforma a la libido, enfermándola, en un instrumento de violencia y de muerte.
Como bien dice la conseja popular “entre el amor y el odio, solo hay un paso” y muchas veces ese paso no tiene retorno, pues una vez que el enfermo sexual lo ha dado, difícilmente se detiene, convirtiéndose en un depredador sexual, cuyos crímenes son de los más intensos y violentos, por la rabia que conllevan.
Cuando la libido se ha enfermado, la psicoterapia psicoanalítica y el psicoanálisis son una opción terapéutica de restauración para evitar que la sangre llegue al río, como paso con Edipo y con Otelo.