Dr Perez Mora
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sexualidad

Dr Perez Mora > Blog > sexualidad
Ene23
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SEXO EN EL TRABAJO Y EN LA ESCUELA

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

Las relaciones sexuales entre hombres y mujeres conllevan, en sí mismas, una situación implícita de cierto poder y dominio influenciada por la cultura. Por lo general son los hombres quienes establecen el control de la relación desde el momento de la seducción con el cortejo y después en el sexo mismo, lo cual es un resabio del instinto animal que todos los seres humanos llevan dentro. Si a dicha situación ancestral se le agrega el ámbito laboral o escolar entre jefes y subordinadas o entre maestros y alumnas, los problemas se incrementan por las diferencias de poder y autoridad en los roles ajenos al sexo.

 

Es muy común que muchas relaciones amorosas se den en la escuela o en el trabajo. Si la relación entre los participantes es de igualdad respecto al nivel de jerarquía, los problemas se verán influenciados solamente por las diferencias entre los sexos, lo cual no es poca cosa en sí, pero si se dan entre distintos niveles de jerarquía, las dificultades se incrementan significativamente, porque quién posee más autoridad, tratara de emplearla en sus intentos seductores y de control del otro (a), como se aprecia en la película “acoso sexual”, con la bella Demi Moore y Michel Douglas. Generalmente son los hombres quienes suelen ejercer este tipo de acosos y de selección de sus parejas, pues el poder de la jerarquía les suele dar más confianza para asediar, conquistar y tratar de dominar a la mujer. Es el típico caso del jefe con la secretaria, del doctor con la enfermera o del maestro con la alumna. En estas situaciones es común que la mujer se sienta en desventaja general con el galán y que lleve a la cama las mismas situaciones de jerarquía y de sometimiento del trabajo o la escuela, de tal manera que tienda a servirle al otro, en lugar de tener una relación más pareja y equitativa. El sentimiento de dominio que la superior jerarquía le confiere al hombre le impide ver en la mujer a otra persona con los mismos derechos que él para disfrutar del sexo y tiende a perpetuar el sistema de jefe-subordinado en sus relacione sexuales y amorosas, lo cual suele ser reforzado por las familias y por la cultura en general, que aún sigue siendo falocéntrica.

 

Si se trata de la fase del cortejo, la mujer suele sentirse amenazada por la autoridad del hombre y aunque en ocasiones se sienta halagada porque el jefe se ha fijado en ella, las diferencias jerárquicas la llevan a aceptar situaciones y condiciones que no permitiría si fueran solo compañeros de trabajo o de escuela. Cuando se establece una relación formal sobre las bases de que uno de los dos tiene mayor jerarquía laboral o académica, los problemas suelen ser más serios y éstos se incrementan si la persona que ocupaba el lugar inferior llega a sobresalir y a estar arriba del otro. En estos casos, quien tenía la autoridad inicialmente, se llega a sentir fracasado e intenta sabotear a su pareja en sus logros, pues no tolera que sea más que él en el terreno laboral o escolar. Consecuentemente, las dificultades sexuales surgen para acrecentar la distancia emocional y si no existe una adecuada y exitosa comunicación, corren el riesgo de caer en depresión, adicciones o en la separación, como les pasa a los protagonistas de la película “La guerra de los Roses”.

En otras ocasiones simplemente se cambian los roles y los problemas siguen siendo los mismos. La mujer es quien lleva la batuta y el hombre quien se somete, y así se mantiene el equilibrio entre la pareja. Son situaciones que suelen darse cuando ellas progresan en su trabajo o negocios y ellos caen de su pedestal o se jubilan prematuramente.

 

En cuanto a las relaciones dentro del trabajo o la escuela, cuando hay diferencias jerárquicas, quien está en el nivel inferior no puede defenderse de las opiniones, ideas, sugerencias o peticiones del que tiene el mando y esta situación le impide ser como realmente es. Pilar era una de las chicas más guapas del salón de clases en la universidad y se enamoró de uno de sus maestros, quien todo mundo sabía era un conquistador de alumnas. Ella anhelaba una relación paterna de protección y se sentía especial por andar con el profesor. Él era un tipo mucho mayor que ella y ejercía un fuerte y duro control sobre ella y no paso mucho tiempo antes de que la relación se volviera tormentosa y Pilar se la pasará llorando en la misma escuela. Por fortuna para ella, él la rechazo y se fue a vivir a otra ciudad. Con los años ella se casó con otro hombre que no tenía ninguna relación de poder laboral o escolar previa al matrimonio.

 

En algunas situaciones la relación entre jefe y subordinada o maestro y alumna, llegan a ser matrimonios exitosos en base a que se mantiene el estilo de relación en el que sigue manteniéndose la jerarquía. Son relaciones de tipo complementario, en las que quien domina se siente bien con el sometimiento de la otra parte y ésta se siente bien con su rol de secretaria o de alumna, sin tener ningún conflicto por ello. Los problemas surgen cuando alguno de los dos pretende modificar los roles y el otro se siente amenazado con el cambio.

 

Debido a las tendencias a abusar de la autoridad laboral y escolar, tan típicas de muchos hombres que no saben manejar su autoridad y poder, en los últimos años se ha legislado en la mayoría de los países, para evitar y sancionar el abuso sexual en el trabajo y/o en las escuelas, de tal manera que las mujeres, quienes son las que se ven más expuestas a estas situaciones de acoso sexual, puedan defenderse y no verse expuestas a sometimientos ni a ninguna clase de vejaciones u humillaciones por sus jefes o maestros, por el hecho de que tienen el poder y la autoridad jerárquica. Es muy diferente la situación cuando ambas partes deciden establecer la relación sexual, sin que medie el sometimiento por la jerarquía.

En muchas otras situaciones, el trabajo se convierte en un impedimento para la sana convivencia sexual con la pareja, porque el estrés que provoca el exceso de trabajo o su mala ejecución aumenta los niveles de cortisol, disminuye los niveles de testosterona y esto merma el deseo sexual, prefiriéndose el refugio en el trabajo en lugar de los brazos de la pareja.

La fotografía ha sido obtenida desde: https://es.123rf.com/imagenes-de-archivo/sensualidad_en_la_oficina.html?sti=lncqkrrfbw8khjycni|&mediapopup=123088522

Ago13
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AUTO ESTIMA SEXUAL[1].

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

La autoestima es el valor que el individuo tiene de sí mismo y por sí mismo, incluyendo en ello su cuerpo, su mente, su espíritu y su psique. Se forma desde la infancia en base a las interacciones que se tienen con los padres y cuidadores. Una persona que ha sido deseada y amada tendrá una autoestima sólida, alta y fuerte, se sentirá segura de sí misma, será productiva, solidaria y capaz de amar a quienes la rodean. En cambio, las personas que no se hayan sentidos amadas ni deseadas, se sentirán poca cosa, creerán que no merecen cosas buenas y caerán en problemas psicológicos que los llevará a menospreciarse, a ser menos productivos y eficientes, a sufrir de depresión, ansiedad y muchos otros problemas.

Actualmente muchas personas sufren porque tienen una baja autoestima, entendida como la falta de amor hacia uno mismo, reflejándose en que creen que no merecen vivir en el mundo, porque no se sintieron queridos por sus padres en la infancia temprana. Sufren de falta de narcisismo sano. También hay personas que tienen una baja auto estima sexual porque no se aceptan con el cuerpo que tienen y porque rechazan sus deseos sexuales, o simplemente no saben cómo darles satisfacción. En cambio, quienes gozan de una buena auto estima sexual, son personas que reflejan satisfacción, se ven radiantes, productivas y creativas. Además, tienen relaciones sexuales con la frecuencia y calidad que ellos desean y que sus parejas agradecen, pues también son beneficiarias de dicha situación.

Para alcanzar una buena auto estima sexual es necesario tener un buen esquema corporal, consistente en aceptarse con el cuerpo que se tiene, empezando por reconocerse como hombre o como mujer, según sean los genitales con los que se haya nacido. El esquema corporal se va construyendo desde el momento de nacer y las fantasías y deseos de los padres son parte importante del proceso. Si ambos padres aceptan al hijo o hija con el sexo biológico con el que nace y lo educan para adquirir las conductas propias de su género, el niño (a), crecerá sintiéndose bien por lo que es y sabiéndose querido por sus padres. Conforme va creciendo ira adquiriendo los patrones de conducta propios a su sexo, alcanzando una identidad de género adecuada al mismo. En la adolescencia, la crisis hará que todos se replanteen su identidad de género y si las cosas van bien, hombres y mujeres se convertirán en adultos bien identificados con el sexo que les corresponde.

En el proceso de identificación sexual genérica suelen pasar muchas cosas y algunas personas se sienten mal con el cuerpo que tienen, llegando a rechazarlo por completo y deseando cambiarlo por uno del sexo opuesto, como es el caso de los transexuales. Otros, jugaran a verse como sus opuestos, vistiéndose como los travestís. Pero la gran mayoría de las personas con baja auto estima sexual, no tienen problemas con su identidad de género, solo sienten que no tienen un cuerpo atractivo, como creen que lo tienen los demás y se sienten menos, por lo que les apena mostrarse desnudos frente a su pareja. Esto les impide disfrutar de su experiencia sexual con mayor plenitud.

Quienes padecen de baja auto estima sexual, se limitan en su desempeño sexual y también sienten que no merecen disfrutar de lo que su pareja les ofrece. Con el paso del tiempo se van enfriando en su apasionamiento sexual, que de por si nunca ha sido ardiente como el de las personas con buena auto estima sexual, quienes si saben disfrutar del sexo y de su propio cuerpo, el cual les sirve de herramienta para aumentar el placer brindado y el recibido en el intercambio libidinal con su pareja. La buena auto estima sexual fortalece a ambos sexos y les facilita la convivencia erótica, con los consecuentes beneficios en su salud física, emocional y sexual.

Con una buena auto estima sexual: no existen culpas y si llegan a aparecer, se resuelven rápidamente. Se disfruta más cabalmente de la vida, del trabajo, del juego, del ocio y del intercambio amoroso con la pareja. Las inhibiciones sexuales se resuelven mediante el dialogo claro y honesto y la pareja puede experimentar nuevas modalidades en sus relaciones sexuales y vislumbrar nuevos horizontes, que les permitan fortalecer su vínculo libidinal, con lo que retroalimentan su auto estima sexual. Aumenta el placer sexual y el interés por complacer al otro (a), se cuida más y mejor el propio cuerpo, con ejercicio y una buena alimentación, pues se reconoce la importancia de la salud e higiene física para poder rendir mejor en las relaciones sexuales.

Quienes poseen una buena auto estima sexual: saben disfrutar del sexo en múltiples modalidades, sin sentirse culpables por ello. Comparten sus gustos y fantasías con su pareja y proponen nuevas experiencias, respetando los gustos de su partenaire, sin imponer nada que el otro (a) considere desagradable. Son personas que se sintieron amadas por sus padres y que mantuvieron un intercambio amoroso con ellos, libre de culpas incestuosas y de represiones excesivas en materia de su sexualidad. La buena auto estima sexual es un antídoto contra la depresión, la ansiedad, la cólera, la amargura, la frustración y la violencia.

En la medida en que cada vez existan más personas que fortalezcan su auto estima sexual, habrá gente más alegre, complaciente, amorosa, trabajadora, productiva, creativa y feliz de vivir en este mundo. Padres con buena auto estima sexual procrearan hijos fuertes, bien identificados en su rol sexual, con más libido que agresión y dispuestos a disfrutar de la vida y a cuidar del mundo en el que les toque vivir. Con un apego seguro que los hará menos violentos y destructivos, más propositivos y constructivos. Vivirán en un mundo mejor.

[1] Artículo escrito por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora para el programa de radio El expesso de las diez de radio Universidad de Guadalajara, del jueves 15 de agosto de 2019. La imagen ha sido tomada de pinterest

Dic2
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CRIMEN Y EROTISMO O EL ASESINATO DEL EROS.

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas,sexualidad

El Eros, libido o impulso de vida, es la esencia de una buena, saludable y placentera expresión de la sexualidad, que cuando se enferma, puede ser avasallado por el Thanatos o impulso de muerte, que va en contra de la preservación de la vida.

Cuando el ser humano ha sido deseado por sus padres, esencialmente por su madre, llega al mundo con ansias de vivir, de amar y de ser amado. Cuando no es así, el mundo le parece hostil y, en muchos casos lo es, pues ha venido a entorpecer los planes de su madre. Un niño no deseado, es un niño mal querido que tendrá serias dificultades para desarrollar su erotismo de manera sana, placentera y productiva. Un niño deseado, crecerá con un sentimiento de aceptación y su erotismo o energía libidinal se desarrollará sanamente.

Cuando la pulsión de muerte prevalece sobre la pulsión de vida o libido, el erotismo se enferma y se contagia de violencia, de destrucción, de agresión y de maltrato hacia el sí mismo y hacia los demás. La historia esta llena de ejemplos. Los griegos eran expertos en describir comportamientos humanos a través de sus tragedias, como la de Edipo, escrita por Sófocles 400 años antes de Cristo.

La vida sexual de los personajes de esta tragedia se ve empañada por la pulsión de muerte, originada en las violaciones que comete Layo, el padre biológico de Edipo, pues quebranto la hospitalidad del rey Pélope de Pisa, quien le había confiado el cuidado de su hijo Crisipo, abusando sexualmente de su hijo, el cual se suicidó por la vergüenza de haber sido violado por Layo. En castigo por esta agresividad sexual de abuso, los dioses deciden castigar a Layo con la exterminación de su estirpe.

Con los años, Layo y Yocasta procrean a Edipo y, como era la costumbre, Layo consulta al oráculo sobre su futuro y éste le dice que su hijo lo matará y se casará con su madre, lo cual provoca que entre en pánico y ordena que maten a Edipo sin que se entere Yocasta. El sirviente de Layo se apiada del bebé y lo da a unos pastores, quienes lo entregan a los reyes Pólibo y Peribea quienes lo crían como hijo propio.  Al crecer Edipo consulta al oráculo y éste le dice «Matarás a tu padre y te acostarás con tu madre». Edipo huye del reino, en el camino se topa con un anciano prepotente, discuten y termina matándolo.

Al llegar a Tebas, vence a la Esfinge que asolaba al reino y es coronado rey y toma en matrimonio a la reina viuda, que era su madre real. Pasados los años, Edipo y Yocasta engendran 2 varones y 2 mujeres. La peste asola a Tebas y Edipo declara que encontrará al culpable de tal desgracia. Al final descubre que Yocasta es su madre, ésta se ahorca y Edipo se saca los ojos. Sus dos hijos varones se matan por el reino y sus dos hijas mueren. Al final Edipo muere ciego, pobre y abandonado.

La sexualidad enferma, es la causa de toda esta tragedia griega, de la cual Freud toma la base para postular el complejo de Edipo y explicar muchas de las conductas humanas y sexuales. Layo violo al joven Crisipo, que estaba bajo su cuidado y en castigo, muere a manos de su propio hijo y su estirpe se extingue. Gana Thanatos, ante la debilidad de Eros. El crimen de Layo, lo pagan su esposa, su hijo y sus nietos, todos ellos inocentes, pero provenientes de la sangre de un enfermo sexual.

Cuando el erotismo se enferma, la energía que lo mueve se transforma en conductas agresivas. Se abusa de los otros, violando su cuerpo y su intimidad para satisfacer el deseo de descarga sexual y de posesión de la otra persona, tal como hizo Layo. En muchos crímenes sexuales, la libido se ha enfermado gravemente. La sexualidad se utiliza como un arma asesina en lugar de ser un instrumento de vida y de crecimiento.

Muchas personas que usan la sexualidad para agredir y lastimar, como los violadores, los pervertidos, los asesinos sexuales o los torturadores, son sujetos que no fueron bien amados por su propia madre, porque no fueron deseados, porque la madre no tenía posibilidades o porque la madre era una persona depresiva o agresiva por su propia historia.

En algunas relaciones conyugales uno o ambos participantes, emplean la sexualidad para agredir al otro y, en casos extremos llegan a los crímenes pasionales como fue el caso de Otelo, quien ofuscado por la idea de que su amada mujer Desdemona, lo engañaba con Cassio, decide matarla. Las personas celotípicas, padecen de una fragilidad de su propia libido, ya que dudan de sí mismos, pero proyectan dicha inseguridad en su pareja, acusándola de querer tener relaciones con otras personas, cuando en realidad, son ellas quienes desean hacerlo.

Cuando el erotismo se enferma y predomina la pulsión de muerte, la sexualidad es utilizada para cometer los más atroces crímenes, pues se llega a matar al ser supuestamente amado, en aras de un narcisismo patológico, que transforma a la libido, enfermándola, en un instrumento de violencia y de muerte.

Como bien dice la conseja popular “entre el amor y el odio, solo hay un paso” y muchas veces ese paso no tiene retorno, pues una vez que el enfermo sexual lo ha dado, difícilmente se detiene, convirtiéndose en un depredador sexual, cuyos crímenes son de los más intensos y violentos, por la rabia que conllevan.

Cuando la libido se ha enfermado, la psicoterapia psicoanalítica y el psicoanálisis son una opción terapéutica de restauración para evitar que la sangre llegue al río, como paso con Edipo y con Otelo.

 

Ago27
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LOS MIEDOS SEXUALES[1].

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas,sexualidad

26 de agosto de 2018.

La pulsión sexual es más fuerte que todas las represiones culturales sobre la manifestación de la misma. El instinto de conservación de la especie ha llevado a los seres humanos a perpetuarse en el mundo. Sin embargo, la cultura le ha cobrado un alto precio, mediante los prejuicios, las prohibiciones, los mitos, la ignorancia y el rechazo que ha fijado a la libre expresión de los deseos. Para lograr el nivel de civilización alcanzado, el hombre tuvo que establecer un sin fin de reglas y normas a la sexualidad, pues si ésta se hubiera manifestado libremente, el hombre seguiría como en la época de las cavernas, pues no habría tenido que sublimar, desplazar, proyectar ni reprimir sus deseos sexuales. Sin embargo, el miedo impuesto a la manifestación sexual también ha tenido su costo emocional y social.

Desde siempre y en todas las culturas, se ha tenido la necesidad de atemorizar a los ciudadanos sobre la expresión de su sexualidad. En un principio fue por la ignorancia que los primitivos tenían sobre la reproducción, pues no comprendían el proceso de la concepción, de la gestación, ni del parto, por lo que construyeron explicaciones míticas, alejadas de la realidad. Con el tiempo, los poderes políticos y religiosos descubrieron que, si sometían la sexualidad de sus súbditos, tendrían un mejor control de su conducta, para lo cual establecieron mitos, fundados en falsedades, con el fin de hacerles creer que determinados comportamientos y pensamientos sexuales eran malos y que quienes los tenían no merecían vivir en la comunidad. Como la vigilancia personal era imposible, tuvieron que someter las conciencias mediante las amenazas divinas, estableciendo de esta manera un súper yo perseguidor y culpígeno, alimentado en la desaprobación social, cuyas reglas y normas fueron trasmitidas de generación en generación por los padres.

Hoy en día, a pesar de tanta información al alcance de la mano, derivada de las múltiples investigaciones sexológicas realizadas en todo el mundo, un alto porcentaje de personas sigue rigiendo su vida sexual en base a los miedos de sus ancestros. Persisten los temores a la menstruación y a la mujer menstruante, pues se le hace a un lado en su periodo y algunos hombres las rechazan con asco en “sus días”. Muchos varones siguen temiendo a la fertilidad de la mujer, por lo cual la agraden y tratan de someter haciéndole creer que es incapaz y devaluándola, para no sentirse menos frente a su capacidad sexual y orgásmica. El miedo a no tener un pene lo suficientemente grande es algo que preocupa a muchos varones en todo el mundo. Éstos creen que el placer de su mujer depende del tamaño de su miembro viril y, sin tener el conocimiento adecuado, dudan de su fortaleza sexual al creer que no cuentan con un pene gigantesco. Son hombres que se quedaron en la mentalidad infantil de creer que “más” es igual a “mejor” y en ocasiones, teniendo un pene “estadísticamente normal”, piensan que es más chico que el de los demás, lo cual les baja su auto confianza y los lleva a tener conductas sexuales inadecuadas, entre las que sobresalen la eyaculación precoz y la sexualidad promiscua, con el fin de querer comprobarse a sí mismos que son sexualmente capaces.

Entre algunas de las causas de la eyaculación precoz, está el temor a la mujer y a sus genitales, los cuales se experimentan similares a la cabeza de medusa, razón por la cual se le desea, al tiempo que se le teme, lo cual provoca que la visita del pene al interior de la vagina resulte fugaz, con el consecuente desagrado femenino por la frustración provocada. En los casos de impotencia psicógena, la provocada por dificultades emocionales, también aparece este tipo de miedo, solo que es más fuerte que en la eyaculación precoz, razón por la que, aunque haya el deseo de la erección, ésta no se alcanza, pues el miedo es mayor.

Por su parte las mujeres suelen temer que el pene les cause algún daño en su interior. Si están embarazadas creen que se puede dañar al feto y que éste nacerá con algún defecto, producto de sus relaciones sexuales. Algunos hombres llegan a temer que el feto les dañe su pene o causarle algún mal a su futuro bebé, razón por la que dejan de tener sexo con su mujer embarazada. Algunas mujeres tienen el temor de que el embarazo destruya para siempre su figura física y que su pareja las deje de desear, por lo cual reprimen su sexualidad durante el embarazo y en el post parto, para hacerse a la idea de que ya no serán deseadas, refugiándose en el ejercicio de su maternidad y reprimiendo su libido.

Las enfermedades de transmisión sexual son otro de los elementos que se utilizan para amenazar a los hombres y las mujeres en el ejercicio de su sexualidad. Si bien es cierto que la sexualidad debe ejercitarse con responsabilidad y con los cuidados pertinentes para evitar contraer el SIDA o cualquier otra enfermedad de transmisión sexual, el temor a las mismas no debe ser la razón para reprimir la vida sexual, ni para tener alteración en el sano ejercicio de la misma. Algunas personas han llegado al grado de reprimir por completo su sexualidad o de vivirla de forma empobrecida por el miedo a un contagio.

La culpa por los deseos sexuales es la peor de las amenazas que pesa sobre el ejercicio de la sexualidad, pues si ésta se ejerce de mutuo acuerdo con una pareja adulta, madura y responsable, la culpa está de más. Sin embargo, por influencia de la cultura, se siguen estableciendo patrones de comportamientos en los que el sentimiento de culpa determina si la sexualidad se experimenta con o sin placer.

Cuando los miedos son mayores que el placer, los individuos y las parejas ven entorpecido el sano y placentero ejercicio de su sexualidad, por lo que se debe luchar para erradicar los mitos, prejuicios, ignorancia y miedos que existen sobre la conducta sexual, buscando literatura científica adecuada, asistiendo a conferencias y/o consultando con un profesional en la materia.

[1] Artículo escrito para el programa El expresso de las diez de radio Universidad de Guadalajara, del día 30 de agosto de 2018.

 

Jul3
00

ERRORES SEXUALES COMUNES

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas,sexualidad

En la vida y en el amor se cometen aciertos y errores, de los cuales hay que saber aprender si queremos mejorar la calidad de nuestra existencia. A muchas personas les resulta difícil y penosos reconocer que no son amantes expertos y certeros, por lo que se les complica reconocer sus errores en la cama. Quienes cuentan con la apertura y capacidad de reconocerlos, saben que pueden enmendarlos mediante la información, dialogo con su pareja, asesoría profesional y/o la psicoterapia sexual con un profesional en la materia.

El error sexual más común, tanto de hombres como de mujeres, es pensar que la contraparte siente y piensa igual que uno mismo, por lo cual se cree que lo que a uno le agrada al otro también le encantará. Este es un error de tipo narcisista, producto de pensar que lo que es bueno para uno mismo, lo es para el resto del mundo. Para corregir esta falla, el dialogo claro y abierto, honesto y preciso, es la mejor manera de resolverlo. Preguntarle a la otra parte cuáles son sus gustos y preferencias sexuales, nos permitirá conocer mejor a nuestra pareja y evitar caer en estos graves errores de suponer lo que solo existe en nuestra mente. Conociendo los deseos y gustos sexuales del otro, evitaremos este grave error.

Otro error fatal en las relaciones sexuales es creer que “de eso no se habla”. Pensar que si se le dice a la pareja que no nos gusta lo que hace en la cama o en las relaciones preliminares al coito, lo lastimará y eso afectará negativamente la relación, es uno de los principales problemas, pues muchas personas viven callándose sus molestias o inconformidades por años, hasta que se arman de valor y explotan, para sorpresa del otro, que creía estaba haciendo bien las cosas.

Para evitar este fatal error, la pareja debe aprender a comunicarse con honestidad, franqueza y claridad.

Por lo general, los hombres tienden a ser más impulsivos en el sexo y se van directo a la penetración, sin considerar que las mujeres sienten y responden sexualmente de manera diferente a los varones. La curva de la excitación sexual es muy diferente en unos y otros, por lo cual, prepararse, leer, informarse y contrastar las ideas con la pareja sexual, es la mejor manera de evitar caer en el error de pensar que la mujer disfrutará de la misma manera que el varón.

Un error común de los varones es creer que ellas disfrutan plenamente con la penetración inmediata. En realidad, la mayoría de las féminas requiere de varios minutos de caricias, de preparación del entorno para tener una buena excitación sexual, previa a la penetración, que les permita alcanzar el orgasmo. La estimulación manual u oral del clítoris, le brinda a la mujer un placer muy intenso, aunque en ocasiones, algunas de ellas se sienten cohibidas de pedirlo y recibirlo, porque creen que sus genitales huelen mal, que están sucios o que al varón le dará asco besarlos y lamerlos. Esto se corrige con una buena higiene corporal.

Otro error común entre muchas personas es creer que el orgasmo debe ser simultáneo, lo cual es un mito creado por el cine. En realidad, si el varón se enfoca solo a la penetración, sin tener el juego previo de caricias y estimulación a la mujer, éste eyaculara rápidamente, dejando en ascuas a su pareja. En promedio, la mujer requiere de más del doble de tiempo de estimulación general para llegar al orgasmo, de lo que el hombre necesita, de ahí que los varones necesiten aprender a conocer los gustos y disgustos de su pareja, para poderla complacer con plenitud. Para ello es menester una buena comunicación, previa y posterior al acto sexual.

Por el lado femenino, éstas suelen cometer el error de pensar que ellos son los que deben iniciar el acto sexual y que una buena mujer no pide sexo. A muchos hombres, sino es que, a la gran mayoría, les agrada que su mujer les pida tener sexo, pus esto los hace sentirse deseados por ella, alimenta su autoestima masculina y si ella alcanza el orgasmo, les refuerza su narcisismo varonil.

La rutina sexual, tano en posiciones, como en lugares y horarios, es otro grave error, que tiende a apagar la llama de la pasión. Para ello, deben ser creativos, proponerse cambios que les ayuden a enriquecer su vida sexual, dialogando sobre sus deseos y motivando a que la otra parte se interese y motive a explorar cosas nuevas: posiciones, horarios, lugares, juguetes, fantasías, juegos de roles, etc.

Enfocarse en el crecimiento de la familia, la economía o el desarrollo profesional a costa del tiempo dedicado la pareja, es otro de los serios problemas que cometen muchas parejas. Sobre todo, las jóvenes, que se enfocan a tener más cosas, más conocimientos, más desarrollo laboral, pero se olvidan de su pareja sexual. Para evitar este error sexual tan común, es recomendable que la pareja dialogue acerca de cómo se siente con la frecuencia y calidad de sus relacione sexuales, brindándose respuestas claras y honestas, con el animo de mejorar y corregir lo que este fallándoles en ese momento, dándose el tiempo de calidad para compartir su erotismo y sexualidad con la frecuencia deseada.

Un error más, de ambos sexos, consiste en desconocer la anatomía sexual propia y la del otro sexo. Este error se subsana con lecturas apropiadas, con preguntas al ginecólogo, al urólogo o al psicoterapeuta sexual. De esta manera se eliminarán ideas erróneas acerca del tamaño y forma de los genitales, de su función y de su utilidad para obtener placer. Creer que si la mujer esta embarazada, se le puede causar un daño al bebé, es una idea errónea de muchos varones, que dejan de tener sexo cuando su mujer está esperando a su hijo.

Otros errores frecuentes en la cama son: mezclar drogas y sexo en exceso, no usar condón en las relaciones con parejas ocasionales, creer que si se toman ciertas substancias aumentara el deseo y la potencia sexual, usar la violencia con la pareja, sin su consentimiento, humillar o burlarse del otro por sus características físicas: tamaño y forma del pene, senos, nalgas, vientre. Hablar durante el acto sexual, sin preguntar si la pareja se excita con ello. Descuidar el cuidado del físico, lo cual influye, tanto en el deseo como en el rendimiento. Por ello es importante una alimentación sana y el practicar actividades físicas con regularidad.

Cualquier error sexual que cometan las personas en la cama, puede ser corregido con una buena y adecuada comunicación, que les facilite enfrentarlo mediante lecturas y asesorías profesionales con el fin de mejorar la calidad de su vida sexual y amorosa en beneficio mutuo.

Cuando se reconocen y corrigen los errores sexuales, la pareja crece en conocimientos y mejoran su capacidad amatoria, fortaleciéndose su vínculo amoroso.

 

Abr20
00

PERSONALIDAD Y SEXO.

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

La personalidad es el conjunto de rasgos físicos, psicológicos y sociales que distinguen a una persona de otra, haciéndola única. Para Allport la personalidad “es la organización dinámica de los sistemas psicofísicos que determina una forma de pensar y de actuar, única en cada sujeto en su proceso de adaptación al medio”. Tomando como base estas definiciones es de entender que el sexo forma parte de la personalidad de cualquier individuo, comenzando por definirlo como mujer u hombre; lo cual influirá en el desempeño de su sexualidad: ¿cómo piensa respecto a sí mismo y al sexo opuesto?, ¿cómo actúa en relación con el sexo contrario y cómo se adapta al medio físico y social para establecer relaciones sexuales?, depende de la personalidad de cada uno, por eso el sexo y la personalidad van de la mano.

Las clasificaciones de personalidad que el hombre ha realizado a lo largo de la historia son muchas y muy variadas, desde los griegos que hablaban del temperamento colérico, sanguíneo, flemático y melancólico, hasta los psicoanalistas que hablan de la estructura de la personalidad formada por las instancias del ello, el yo y el superyó. Los libros de psicología describen distintos tipos de personalidad según los autores y escuelas teóricas. El manual de diagnóstico de enfermedades mentales de los Estados Unidos (DSMIV) se refiere a diferentes alteraciones de la personalidad, citando personalidades antisociales, narcisistas, obsesivo compulsivas, histriónicas, fronterizas, paranoides, esquizotípicas, por evitación y por dependencia. Desde la perspectiva psicoanalítica se puede hablar de personalidades neuróticas, histéricas, narcisistas, fronterizas, infantiles, pasivas, agresivas, dependientes, obsesivas, dominantes, antisociales, psicóticas, impulsivos, esquizoides, por mencionar algunas. Para determinar el tipo de personalidad que posee una persona, es necesario realizar una serie de entrevistas clínicas a cargo de un profesional y aplicar pruebas psicológicas válidas y confiables.

La sexualidad humana se ejercita conforme a la personalidad de cada individuo. Quien posee una personalidad infantil experimentará una sexualidad dependiente, oral y voraz. Esperará que su pareja se haga cargo de sus necesidades, sin dar nada a cambio. Será una persona demandante y exigente, como un bebé hambriento, sin capacidad de agradecer lo recibido. En cambio, una personalidad dominante, se encargará de complacer a su pareja, tomará la iniciativa y dirigirá los movimientos. Exigirá que su pareja obedezca sus órdenes y pedirá ser complacido, aunque también tratará de complacer a su pareja, pero sin tomarla mucho en cuenta. El que posea una personalidad agresiva será violento en el sexo y tratará de hacer sufrir a su partenaire. No le importará el bienestar del otro (a) sino el desahogo de su sexualidad contaminada de agresión. Son los típicos sujetos que llegan a maltratar y a lastimar a su pareja en la relación sexual. Las personalidades dependientes esperan que el otro (a) tome la iniciativa y decida cómo y cuándo tener relaciones sexuales. Dependen de los suministros sexuales y afectivos que les den para poder sentirse bien, pero son incapaces de hacer cualquier cosa para lograrlo. Dependen de la iniciativa del otro (a). Algunas personalidades dependientes no pueden tener relaciones sexuales si no hay alcohol, drogas o películas pornográficas de por medio. Dependen de dichos estímulos para poder disfrutar de su sexualidad.

Por su parte, las personalidades histriónicas suelen aparentar que son muy sexosas y/o fogosas, pero en realidad son inhibidas y no logran disfrutar plenamente de las relaciones. Difícilmente alcanzan el orgasmo y sus eyaculaciones no son muy placenteras. Disfrutan más del juego previo que de la relación sexual en sí misma, pues sus fijaciones corresponden a un periodo edípico, anterior a los cinco años de edad. Popularmente se les conoce como aquellas (os) que calientan el boiler, pero no se bañan. Las personalidades esquizotípicas tienen dificultades para integrar el afecto y el sexo. Pueden tener relaciones sexuales siempre y cuando no sientan nada afectivo. En sus relaciones de pareja suelen ser fríos y distantes. El sexo lo tienen como un compromiso, pero no se entregan amorosamente, pues sus defensas no se los permiten. Los obsesivos tienen que realizar una serie de rituales previos a la relación sexual para manejar sus ansiedades, tal como le sucedía al personaje de la película “Mejor imposible”. Son muy metódicos en sus relaciones y se les dificulta dejarse llevar por la pasión y los juegos sexuales. Sienten que tienen que tener bajo control sus impulsos sexuales y se preocupan mucho por la higiene y el orden. En cambio, las personalidades impulsivas son todo lo contrario. Se dejan llevar por el deseo del momento y no les importa si el otro (a) desea o no las relaciones, se arriesgan a tener sexo en lugares peligrosos o a la vista de los demás. Ellos desean darle salida a sus impulsos en el momento que éstos surgen y no tienen tolerancia a la frustración ni capacidad de espera.

Las personalidades psicóticas mezclan sus alucinaciones y delirios con sus relaciones sexuales y llegan a tener experiencias de irrealidad. En algunas ocasiones se desorganizan al grado de experimentar angustias muy fuertes o a tener relaciones sexuales muy atípicas: con animales, con muertos, con objetos, etcétera. Por su lado, las personalidades más equilibradas y maduras saben tomar en cuenta a su pareja e integrar los deseos de uno y otro en su relación sexual, para resultar ganadores ambos en la experiencia libidinalmente amorosa. Se toman en cuanta y se participan sus deseos, fantasías y frustraciones con el ánimo de mejorar su convivencia sexual. Dialogan sobre sus gustos y disgustos, respetándose las diferencias, tiempos y preferencias de posiciones, juegos y frecuencia sexual. La personalidad influye sobre la sexualidad y ésta sobre la primera, en un círculo que puede ser virtuoso o vicioso, para bien o para mal de la pareja y de su sexualidad.

Mar5
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LA SEXUALIDAD Y LA DEPRESIÓN.

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

La depresión es uno de los principales enemigos de una vida sexualmente placentera. A su vez, ésta es una de las principales medidas profilácticas para evitar la depresión. Este trastorno emocional es uno de los principales enemigos de la felicidad humana. Existe en todos los niveles socioeconómicos y culturales, en todas las latitudes del planeta, no respeta edades ni sexo y los costos emocionales y económicos que genera en las personas, las familias y las naciones son gigantescos.

En la sexualidad la depresión cobra una cuota muy elevada, afecta el rendimiento sexual, el deseo disminuye y alcanza a destruir matrimonios otrora felices y deseosos de llegar “hasta que la muerte nos separe”. Para estas parejas, la depresión es peor que la muerte misma, pues ni viven ni se mueren. Cuando alguno de los cónyuges sufre de esta cruel enfermedad, la vida sexual de la pareja se ve seriamente afectada. El deprimido no desea nada, no se interesa por el sexo, pues no le calienta ni el sol, se siente desolado y, aunque desea sentirse querido, no es capaz de recibir el afecto ni el deseo de su compañero (a), mucho menos de mostrarse cariñoso (a), ni deseoso de disfrutar del sexo. Bajo el influjo de la depresión, algunas personas se sienten peor cuando reciben muestras de afecto, pues los sentimientos de culpa los hace sentir que no merecen tal trato, creen que están engañando a los demás y que son malas personas que no merecen esas manifestaciones de cariño conyugal. Esta reacción paradójica provoca que el cónyuge no deprimido se desconcierte y poco a poco abandone sus intentos de consolar a la pareja deprimida, alejándose de ella, con lo cual el problema se incrementa y las relacione sexuales se enfrían y disminuyen.

La persona deprimida, en lo último en que piensa es en el sexo. Se siente vacía, insatisfecha, indigna de ser amada, sin energía, sin deseo, insensible a las necesidades del otro (a), sin ganas de vivir. Si el otro (a) le pide tener relaciones sexuales, lo vive como una exigencia fuera de lugar. Si es el hombre quien sufre de la depresión, no es capaz de mantener una buena erección, experimenta el deseo de su mujer como una exigencia incomprensible. Es posible que se angustie por sus dificultades erectivas o que sufra de eyaculación precoz, aumentando así su depresión, ya que se siente fracasado y su pareja se sentirá defraudada, insatisfecha y esto ampliara la brecha emocional originada por la depresión. Si es la mujer quien sufre de la depresión, es probable que se sacrifique a la relación sexual, dejándose “usar” por el varón, pero sin un ápice de placer en la experiencia y con un incremento en su estado depresivo por la dificultad para sentir el placer y por sentirse “usada”, no amada.

En el caso de las mujeres, los cambios hormonales en la menstruación, el embarazo y el post parto, pueden originar cuadros depresivos severos que requieren de un tratamiento médico y farmacológico, combinado con una psicoterapia. Es importante que el varón comprenda que los cambios hormonales de su mujer influyen en su estado de ánimo, para que no mal interprete la falta de deseo y de interés en las relaciones sexuales, como si fuera un rechazo a su persona. Si el hombre reconoce que su mujer, en ciertos periodos de su vida requiere de un tratamiento farmacológico y psicológico, junto con una mayor comprensión de su parte, los episodios depresivos pueden ser manejados sin afectar demasiado su vida sexual.

Cuando alguno de los dos padece depresión, los riesgos de la infidelidad o de una ruptura sexual y emocional son más altos, pues los síntomas se suelen mal interpretar. Se cree que el otro (a), ha dejado de interesarse en la relación, porque se le ha acabado el amor; lo cual es cierto, hasta cierto punto, pues dicho desinterés ha sido provocado por la enfermedad y no es voluntario; pero esto no implica necesariamente que el otro (a) tenga otra relación sexual.

Cuando se detecta a tiempo y se atiende adecuadamente, la depresión puede controlarse y evitarse los daños que ocasiona en la vida personal y conyugal. Al conocerse los síntomas e identificarse la enfermedad, la percepción que tiene la pareja de su relación es diferente que cuando se ignoran estos datos. Quien vive con una persona deprimida debe contar con mucha paciencia y mucho amor para ayudarla a salir de la misma. Comprender que su falta de deseo sexual no es consiente y que en la medida en que la apoye con un tratamiento médico y psicológico, podrá ayudarla a recuperarse, para rescatar su vida sexual y conyugal, es vital para salvar a  la pareja de un fracaso involuntario.

Una vida sexualmente activa y placentera es una buena vacuna contra la depresión. Por eso las parejas que saben mantener viva la flama de su pasión sexual, que le dan mantenimiento a su relación, que son creativas e ingeniosas y se interesan en experimentar novedades en su vida sexual, tienen menos riesgos de caer en depresión. Las relaciones sexuales placenteras producen endorfinas y una sensación de placer y goce que fortalece la autoestima personal y conyugal, lo cual neutraliza los riesgos de la depresión. En los casos de la depresión post parto, de la menopausia y de la andropausia, las relaciones sexuales placenteras, contribuyen a contrarrestar los ánimos depresivos.

Cuando se presenta la depresión en cualquiera de los cónyuges, es importante atenderla lo antes posible, para evitar que cause estragos en la vida personal y conyuga. Si se atiende adecuadamente y a tiempo, la experiencia depresiva puede ser vivida como una oportunidad de fortalecer su vínculo amoroso, pues habrán pasado por una seria crisis, que los habrá puesto a prueba en su relación. Es obvio que lo mejor es evitarla, pero si ya se ha caído en ella, lo mejor es atenderla con un profesional de la salud mental en el que se confié plenamente.

Jul21
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ESTRATEGIAS PARA VIVIR UNA SEXUALIDAD MUY PLACENTERA[1]

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas,sexualidad

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Todos tenemos relaciones sexuales más de alguna vez en la vida. Todos, sin excepción, somos producto de la sexualidad de nuestros padres, haya sido o no placentera. Sin embargo, pocas personas en el mundo se preparan para disfrutar de su vida sexual con plenitud.

Tener relaciones sexuales, coger, echar un brinco, follar, echar pata, un rapidín, hacer el amor, tener intimidad, cohabitar, cenar Pancho, son solo algunas de las expresiones usadas para referirse al hecho de tener relacione sexuales. Hacerlo no es mayor problema, la dificultad esta en tenerlas con placer mutuo, de manera que se incremente el deseo de volver a repetir la experiencia.

Para que las relaciones sexuales resulten gratificantes y surja el deseo de repetirlas con frecuencia, es menester tener algunas estrategias, que implican cierto conocimiento de cómo funciona la sexualidad propia y la de la pareja sexual. Es importante tener ciertos conocimientos básicos de cómo está formado el cuerpo propio y el del partenaire, saber del mecanismo de la respuesta sexual humana y, sobre todo, conocer los gustos y preferencias de la parte con la que nos involucramos en la cama. Para ello es imprescindible tener una buena comunicación, que facilite la expresión del deseo y de los gustos en la intimidad, pues de otra manera, difícilmente adivinaremos qué es lo que realmente le agrada o disgusta a nuestra pareja, si no lo decimos, ella no sabrá qué es lo que nos agrada más y qué es lo que nos deja impávidos, por más esfuerzos y/o movimientos que haga la pareja.

El arreglo personal y la higiene corporal son dos factores fundamentales para estimular el deseo en el otro (a), además de la actitud y disposición que se muestre para el cortejo y la seducción. Para ir a la cama se necesitan dos, uno solo, únicamente provocara placer auto erótico o la satisfacción propia, pero la frustración de la otra parte.

Una vez que se está en la disposición para tener la experiencia sexual, el arreglo del espacio físico en donde se dará el encuentro será parte del éxito de la experiencia. El juego previo, los olores, los sonidos, el espacio, la iluminación, el gusto, son elementos importantes que influyen en el éxito de la experiencia sexual.

Para coger bien, hay que ir con ganas y provocar el deseo de la otra parte. Esto se facilita si se ha considerado la preparación personal, la del lugar y si se está en disposición de seducir al compañero sexual. Una vez iniciada la experiencia, es muy importante concentrarse en la tarea, apagar el celular, asegurar el lugar, para que no haya visitas inesperadas, concentrarse en el inter juego de caricias, besos y exploración del cuerpo propio y de la pareja.

Compartir las fantasías y realizar juegos eróticos son estrategias que enriquecen la vida sexual de las parejas. El uso de juguetes sexuales, cambiar de lugar: cocina, sala, patio, baño de la casa, puede ayudar a incrementar el deseo. Hacer juegos de roles: ella es la enfermera, la estudiante de preparatoria, la secretaria o la prima de él. Por su parte, él puede ser el bombero, el policía, el Dr. o el maestro.

Utilizar perfumes, aceites de olores agradables y tomar un poco de vino, son otras de las estrategias que facilitan que las relaciones sexuales sean más placenteras, menos rutinarias y mucho más exitosas.

Es bueno coger o hacer el amor, pero es mejor cuando se hace muy bien y ambos quedan gratamente satisfechos.

[1] Artículo escrito por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora para el programa de radio El Expresso de las diez de Radio Universidad de Guadalaja

May15
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LOS MUSEOS DEL SEXO.

By Marco Antonio Perez Mora - Psicoterapia,sexualidad

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Un museo del sexo, es un lugar que no puede faltar en ninguna de las grandes capitales del mundo. Sin embargo, no todas lo tienen. Ámsterdam, Nueva York, Paris, Praga, Berlín, Ciudad de México, Barcelona, Tokio, San Petersburgo, Moscú, son algunas que si los tienen y sirven para que los turistas y los locales, se ilustren sobre las diferentes conductas sexuales que han existido a través del tiempo y de la geografía.

A diferencia de lo que podría pensarse, los museos del sexo, son de reciente creación, a lo sumo de 100 años a la fecha. En el pasado, a nadie se le había ocurrido que el sexo debería tener su propi museo, así como lo tienen los dinosaurios, las obras de arte, las máquinas, los muebles, los autos, etc.

El museo del erotismo de París, era uno de los más completos, no podría ser de otro modo y se encontraba en el barrio bohemio de Pigalle, cerca de Montmartre, en una casona de 5 pisos, los cuales valía la pena recorrer con calma, cámara en mano y mucha apertura mental, para dejarnos sorprender por las imágenes y esculturas prehistóricas, históricas y modernas de todas las latitudes del planeta. En este museo, podíamos ver esculturas mayas, aztecas e incas, en las que se representan distintas poses sexuales. Inclusive había estatuillas que representaban sexo homosexual en grupo, partos, falos, vulvas y distintas posiciones sexuales. En este lugar se podía tener una idea rápida de lo que ha sido la representación de la sexualidad a través de la historia de la humanidad. Había esculturas y pinturas de la China antigua, de Egipto, de Mesopotamia, de la India, así como del norte de Europa. Todo esto lo habían recolectado, desde 1998 dos amantes franceses del erotismo Jo Khalifa y Alain Plumey. Tuvieron que cerrar porque el dueño de la casona, no les quiso renovar el contrato, después de casi 20 años. Paris, la ciudad del amor, se quedó sin su museo del sexo. Sucede hasta en las mejores familias.

 

Sin embargo, los amantes del erotismo y la sexualidad, tenemos la oportunidad de visitar el museo del sexo en Ámsterdam. El Venus Temple, o Templo de Venus, está ubicado en plena zona roja de la ciudad, no podía ser de otra manera. Se puede visitar de las 9.30 hasta las 23.30 horas todos los días del año, desde 1985. En este museo, al igual que en de Paris, se pueden encontrar esculturas, pinturas y estatuillas de todas las latitudes y épocas. Están presentes, las culturas más importantes, como la etrusca, la griega, la romana, los aztecas, los mayas, los chinos, los hindúes, etc. Es un lugar, que todo amante de la sexualidad, debe visitar en su paso por la bella ciudad de Ámsterdam, además de pasearse por las calles llenas de vitrinas, mostrando chicas guapas vendiendo sus atributos físicos y ofertando sus favores sexuales. http://www.holland.com/es/turista/destinos/amsterdam/museos/el-museo-del-sexo-de-amsterdam.htm

En Praga se encuentra el Museo de las máquinas de sexo. Se le encuentra en el centro de la ciudad vieja y en él se pueden observar distintos aparatos creados por el hombre para incrementar el placer sexual. Existen cerca de 200 artefactos sexuales, como cinturones de castidad, estimuladores para las mujeres, sillas para el sexo y una sala de cine para ver películas pornográficas antiguas y modernas. Al igual que el de Ámsterdam, abre sus puertas de las 10 a las 11 de la noche, todos los días del año. Entre otros objetos, se exhibe un vibrador a manivela de 1910, un cinturón de castidad de 1580, un corset de hierro del 1500, un orinal de 1880, máquinas eléctricas de distintas décadas del siglo XX, muchas de ellas originarias de Francia, y amplias colecciones de látigos y accesorios de cuero de todas las épocas. http://www.rutasymapas.com/museo-de-maquinas-sexuales/

En San Petersburgo se encuentra el MusEros, que se precia de tener entre sus obras el pene de Rasputín, con una media de 30.4 cms. Además, se exhiben pinturas de la vida sexual de los gobernantes de las épocas zaristas. Y, como los demás museos, también muestran objetos de diferentes culturas y épocas históricas. http://saint-petersburg.guide/museums/erotic_museum

El Museum of Sex o MoSex, se encuentra en la Quinta avenida de la ciudad de Nueva York y, muy al estilo americano, cuenta con una colección de 15,000 objetos sexuales, para deleite y conocimiento de sus visitantes. Cuenta con obras de arte, pinturas, revistas, muebles, aparatos y vídeos sobre el sexo. También cuenta con espacios para exposiciones temporales y es uno de los lugares más visitados, a pesar de su corta edad, fue inaugurado apenas en 2002.

Cuenta con una tienda muy amplia de artículos sexuales, abre a las 10 y cierra a las 20 horas. Tienen una biblioteca, en que se guarda trabajos de investigación sobre la sexualidad, libros, test sexuales y mucho material audiovisual en todos los formatos. Esta es su página www.mosexstore.com y la del museo www.museumofsex.com

Las ciudades de Las Vegas, Los Ángeles y Miami, cuentan con sus propios museos del sexo en USA. El de Miami fue fundado por una mujer, Noami Wilzing.

 

El Beate Uhse Erotik-Museum, de Berlín, también fue creado por una mujer, Beate Uhse, quien además fue una de las primeras mujeres pilotos de guerra en el mundo y ayudo a muchas mujeres durante la segunda guerra mundial, en la planificación de su vida sexual, orientándolas sobre el uso de anticonceptivos, pues muchas de ellas estaban embarazadas, sin desearlo. También fue ella la primera mujer en abrir una sex shop en 1962 en Berlín. El museo fue inaugurado en 1996. Cuenta con 5.000 objetos de diferente índole sexual y en él se pueden observar creaciones sexuales de todas las culturas y épocas. Algunos opinan que es el museo sexual más grande de Europa.  www.erotikmuseum.beate-uhse.com

 

Barcelona cuenta con el el Museu de L’ Eròtica, dedicado al sexo y a mostrarle al mundo algunas de las conductas sexuales de los gobernantes de España. Cuenta con 800 piezas y es un lugar para aprender del sexo y del erotismo a través de la historia. Se encuentra en pleno centro de la ciudad: La Rambla, 96 bis Tel. 93 318 98 65 www.erotica-museum.com

 

También hay museos en el oriente lejano, como el de Corea del sur en la isla de Jeju, al norte del país. Aunque más que un museo, es un parque sexual en que se pueden apreciar esculturas de desnudos con falos monumentales. https://www.clarin.com/vacaciones/vacaciones-pareja-sexo-curiosidades_0_BkGZsAYD7l.html

Para el 2018 se tienen contemplado abrir un mega parque con temática sexual: Erotikaland, estará en la ciudad de Piracicaba, a un par de horas de Sao Paulo y se podrá caminar rodeado de esculturas sexuales en distintas poses.

En Islandia existe un museo dedicado al Falo, abierto hace 20 años. En este lugar se muestran falos de diferentes mamíferos, cuenta con 281 piezas y con un pene de ballena de 167.4 centímetros, para envidia de los modestos visitantes, cuyo pene, en promedio no pasa de los 17 centímetros. http://phallus.is/es/

 

En la Ciudad de México existe el Musexo, ubicado en el centro histórico, se encuentra en el tercer piso de sex capital, un lugar con sex shops, restaurantes de comida erótica y algunos espectáculos de table dance. El museo es moderno y se pueden apreciar fotografías de artistas, esculturas en cera, recomendaciones sobre el cuidado sexual, mapas sobre las distintas conductas sexuales en el mundo. Fue abierto hace 10 años y combina las exposiciones con charlas didácticas para una mejor educación y cultura sexual. http://museosdistritofederal.blogspot.mx/2013/11/museo-del-sexo-musexo.html

Cualquier buen museo del sexo, debe mostrar la historia de las costumbres sexuales, con ética y responsabilidad, para que los visitantes incrementen su cultura sexual y aprendan que la sexualidad es, ha sido y será parte de nuestra vida. Visitar los museos del sexo, siempre resultará enriquecedor.

Mar27
00

LA TERNURA MASCULINA.

By Marco Antonio Perez Mora - Familia,Parejas,sexualidad

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Para un gran porcentaje de la gente, hablar de ternura implica pensar en las mujeres, pues este sentimiento es considerado como femenino, de la misma manera que cuando se habla o piensa en la fortaleza, se ubica este sentimiento en lo masculino. Sin embargo, sabemos que el hombre también es capaz de sentir, experimentar y manifestar su ternura, de la misma manera en que las mujeres pueden sentir, experimentar y demostrar su fortaleza, tanto física como psíquica.

Para que el hombre no se enemiste con los sentimientos de ternura, es menester que haya tenido una crianza en la que sus padres, especialmente su madre, le hayan transmitido ternura en su trato con él. Que le hayan hecho sentir que manifestar la ternura por los demás es algo bueno y digno de ser experimentado y ejercitado. Que ser tierno con los demás, no implica ser menos hombre, ni mucho menos convertirse en «mariquita», sino todo lo contrario; que ser un hombre tierno es ser una persona con sensibilidad por los sentimientos de los demás.

De acuerdo con la Enciclopedia Salvat, la ternura es algo «blando, delicado, flexible y fácil a cualquier expresión extraña. Dícese de la edad de la niñez, para explicar su delicadeza y docilidad. Propenso al llanto. Afectuoso, cariñoso y amable». De aquí pues que exista la creencia señalada de que, si un hombre es «tierno» y manifiesta su «ternura», se le vea como menos masculino. Se le asocie con un «blando», «llorón», «femenino», como si estas características humanas fueran denigrantes para el varón.

Estas ideas, equivocadas, por cierto, han llevado a que las mismas mujeres, a través de la crianza de sus hijos, rechacen estos sentimientos en la conducta de sus hijos, aunque se quejen, abierta o veladamente, de la falta de ternura en el trato recibido por su pareja masculina. Es una paradoja, pues en tanto que madres, tienen que criar a su pequeño con ternura y delicadeza, con afecto y amabilidad, para que éste logre un sano desarrollo emocional; pero a la vez que éste crece, lo rechazan si se muestra tierno, sensible y delicado (no confundir con amanerado).

Los pequeños suelen ser tiernos, de hecho, la misma definición del afecto, hace referencia a la infancia. Sin embargo, por efectos de la socialización y la adquisición de roles estereotipados, se le va inculcando, al varoncito que crece, que la ternura no es un sentimiento propio de los niños, aunque sí muy elogiado en la conducta femenina.

Cuando el niño se convierte en hombre adulto, se espera de él fortaleza, tanto física, como psíquica, para enfrentarse a las adversidades del mundo. Suele aceptarse al hombre tierno en el ámbito de las artes o de actividades consideradas más como femeninas. Sin embargo, el hombre no puede vivir sin expresar su ternura en diferentes situaciones. Por ejemplo: en el noviazgo, en donde se preocupa por la novia, es detallista, le lleva flores, se acuerda de sus gustos más sencillos, etc. En la relación conyugal, la ternura del hombre es elemental para que la mujer se sienta tratada como una persona y no sólo como un objeto sexual que se usa como un pañuelo desechable. Son muchas las mujeres que se quejan de la falta de ternura en sus parejas masculinas.

Un hombre «tierno» se preocupa por los sentimientos de los demás, es atento a sus necesidades, se interesa por escuchar, es flexible, afectuoso y cariñoso. En las relaciones conyugales se preocupa por acariciar a su mujer para que ésta llegue al orgasmo. En las relaciones familiares se preocupa por convivir con sus hijos, juega con ellos, a lo que éstos lo invitan, es creativo y sensible a las necesidades de sus hijos. Un hombre tierno, lo es, no sólo con las mujeres y los niños sino también con sus amigos y sus compañeros, con sus padres y con sus hermanos.

La ternura, en el varón, es una cualidad muy valiosa que debe ser cultivada cotidianamente para que no se marchite.

En la medida en que los hombres teman menos al «qué dirán» y sean más abiertos en la manifestación de su ternura, habrá más mujeres satisfechas en el trato conyugal, hijos más contentos en el trato paternal, amigos más sinceros y hombres cada vez más hombres, pues su ternura los hará más humanos. Podría decirse que «un hombre, mientras más tierno es, más maduro está».

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