LOS BENEFICIOS PSICOLÓGICOS DE UNA BUENA SEXUALIDAD

Una buena sexualidad conlleva el placer compartido de ambos participantes. Hablamos de una sexualidad en la que los participantes se interesan por complacer al otro y disfrutar de dicha complacencia sexual. No es solo sexo por sexo, sino una sexualidad que satisface los deseos y necesidades de ambas partes, reflejándose en la obtención del clímax orgásmico.
Los buenos orgasmos traen su torta bajo el brazo, pues dejan a quienes los tienen, una sensación de satisfacción muy grata y completa. Después de un buen orgasmo, la pareja se siente más comprometida como amantes, hay un fuerte sentimiento de gratitud para con la pareja y de plenitud personal. Se refuerza el sentimiento de identidad, lo que lleva a mejorar la autoestima, pues tanto hombres como mujeres se sienten identificados con su rol sexual genérico y esto los hace experimentarse más hombres y/o más mujeres, por saber que son capaces de alcanzar el placer del orgasmo, habiéndolo brindado a su pareja también. Mejora el sentimiento de masculinidad y feminidad de cada uno.
En un buen orgasmo, la pareja queda satisfecha, porque generalmente ambos lograron lo que esperaban de la relación. El orgasmo no siempre, o más bien, casi nunca es simultáneo, pero si ambos lo alcanzan en la misma experiencia sexual, les deja una grata sensación que los liga y compromete más en el afecto y el amor de uno hacia el otro.
El orgasmo fortalece la relación de pareja porque es una experiencia muy personal e íntima que solo se vive con la pareja en cuestión. Ambos participantes sienten que se han dado uno al otro sin medida y que a su vez han recibido placer de la otra parte del mismo modo, por lo que el sentimiento de pertenencia se fortifica y los hace sentirse más unidos y cercanos.
Un buen orgasmo deja una sensación de plenitud personal en la que se sienten satisfechos y realizados. Tanto hombres como mujeres, tienen interés en saberse capaces de satisfacer a su pareja, al tiempo que desean que su partenaire sea igual de capaz de brindarles placer.
En el orgasmo, la persona se entrega por completo a su pareja y se muestra confiado con ella, por eso puede aflojar sus controles cotidianos y permitirse jadear y gritar en el momento del clímax, sin ningún temor a perder la compostura. La sensación de desahogo tensional brinda una grata experiencia de relajación que ningún masaje corporal consigue. El orgasmo también eleva la motivación para seguir lidiando con los avatares cotidianos en espera del próximo orgasmo en el que se experimente el placer de la fusión con el cuerpo y la mente del otro (a).
Al tiempo que durante el orgasmo se experimenta una sensación de pérdida de todos los controles voluntarios, se da una fuerte sensación de pertenencia con la pareja, de manera que se incrementa el sentimiento de ser uno con el otro de forma muy placentera.
Quienes tienen una buena sexualidad, logran con mayor facilidad tener buenos orgasmos y lo reflejan en su diario deambular por la casa, el trabajo, la escuela y la ciudad. Faltan menos al trabajo y son más exitosos en lo que emprenden. Caminan con mayor aplomo y confianza. Son personas optimistas, amables, satisfechas, atentas, realizadas, seguras de sí mismas, alegres, con buen tono muscular y facial, agradables, con sentido del humor, trasmiten buenas vibras y controlan con más facilidad sus malos momentos. Son más sanos en lo general. No son violentos ni agresivos, tienen capacidad de espera y toleran bien las frustraciones, son comprensivos con los demás y en casa son mejores parejas y mejores padres, suelen ser mejores ciudadanos, más altruistas, están comprometidos con la libido freudiana que preserva la vida.
Las parejas que logran tener una buena sexualidad, también han sabido darse buenos orgasmos, tienen una mayor frecuencia de relaciones sexuales que quienes no han sabido descubrir esta riqueza personal y conyugal, por ello su grado de satisfacción personal y conyugal, también es mejor y mayor. Son personas creativas y productivas, pues los orgasmos les inyectan energía y deseos de vivir mejor en la interacción con los demás.
Si se tuvieran que resumir los sentimientos positivos que una buena sexualidad deja en la pareja que la experimenta, serían los siguientes:
Sensación de plenitud personal, aumento de la autoestima, fortalecimiento de la identidad sexual personal, motivación para seguir adelante en todo lo que se hace, aumento de la auto confianza personal, mejoramiento del compromiso conyugal, desahogo de la tensión (es el mejor antiestrés), mejora el sueño y contrarresta el insomnio, aumenta la sensación de bienestar general, mejora el sistema inmunológico, fortalece el sentimiento de pertenencia con la pareja, aumenta la tolerancia a la frustración, disminuye la agresividad, incrementa la capacidad para sonreír y el deseo sexual se mantiene vivo y activo, manteniendo la espiral dialéctica: buena sexualidad-satisfacción-deseo compartir con el otro (a)-buen orgasmo y así sucesivamente.
Con un poco de interés, preparación y orientación, casi todas las parejas son capaces de mejorar su índice de satisfacción orgásmica, con los beneficios mencionados.