Dr Perez Mora
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Dr Perez Mora > Blog
Abr17
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LA SALUD MENTAL DE LOS MEDICOS Y EL PERSONAL SANITARIO FRENTE AL COVID-19.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

 

La pandemia del COVID-19 nos pondrá a prueba a todos en el mundo, particularmente al personal médico y sanitario que se enfrentará a un enemigo poderoso, el cual se cobrará miles de víctimas, ante la mirada impotente de los facultativos, que solo verán como aumenta el número de casos sin que ellos puedan hacer mayor cosa para disminuirlos. La falta de equipo hospitalario y de cuidado personal, será uno de los factores que aumentarán el estrés para manejar el tratamiento de los pacientes hospitalizados. El sobrecupo en las salas y el riesgo de resultar contagiados o contagiar a sus seres queridos: compañeros, cónyuges, padres, hermanos, hijos, será otro elemento estresador. La sobrecarga laboral, con exceso de pacientes y de horas diarias en el frente de batalla, minará sus capacidades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y de reacción frente a la emergencia.

Las jornadas extenuantes, atendiendo pacientes graves y levantando actas de defunción, los exprimirá al máximo, afectando su apetito, su sueño, su capacidad de pensamiento y sus reacciones frente a la crisis. Estarán ante un enemigo que no les dará cuartel hasta que sea derrotado, después de semanas o meses de agotadoras jornadas de más de doce horas de trabajo, sin poder descansar realmente.

Es por esto por lo que el apoyo psicológico y la psicoterapia, se vuelven indispensables para sostenerlos de pie en el frente de batalla, si ellos flaquean, nos morimos todos. Los médicos y todo el personal sanitario que afrontará el tratamiento de los pacientes con COVID-19 necesitan estar reforzados en lo físico y lo emocional para derrotar al enemigo.

Para mantenerlos fuertes es necesario, además de brindarles las herramientas para su trabajo, no exigirles jornadas que los agoten físicamente. Orientarlos sobre la importancia de hablar de sus angustias y miedos, sin que se sientan avergonzados por tenerlas. Motivarlos a que se expresen, para que la catarsis les ayude a evacuar el estrés acumulado. Hablar de los miedos, enojos, rabia, coraje, frustración por la impotencia de no poder ayudar a salvar a todos los pacientes, es tan necesario, como comer, dormir y evacuar diario.

Las manifestaciones del estrés por este tipo de trabajo son: pérdida del sueño o hipersomnia, alteraciones del apetito, dificultad para pensar con claridad, olvidos de cosas básicas, irritabilidad, aislamiento, ganas de llorar, vergüenza, culpa por no ser mejores, violencia, depresión, ideas suicidas, fatiga extrema, dificultades sexuales y tensiones conyugales. Un médico, una enfermera, un camillero, una afanadora o cualquier otra persona que labore en un hospital COVID-19 necesita sentirse bien y enfrentar el estrés con fortaleza. Pero para esto, necesita la ayuda del personal de salud mental: psicólogos, psicoterapeutas, psiquiatras, que le faciliten la evacuación de sus miedos y ansiedades, para que su mente se limpie a diario de todo el veneno que absorberá día a día.

Para algunas personas del área sanitaria, está será su primera experiencia al frente de la línea de combate, ante un enemigo tan mortal como el virus SARS-COV2, lo cual incrementará sus miedos de manera acumulativa. Por ello es recomendable informarles que deben buscar el apoyo de otros colegas, familiares, cónyuges y profesionales de la salud mental para externar sus ansiedades y miedos, de tal manera que se puedan recuperar y mantenerse fuertes ante el embate del COVID-19.

Es importante que reconozcan la relevancia de comer y dormir muy bien, de descansar físicamente y de hacer algo de ejercicio para mantenerse fuertes. Deben saber que el estrés aumenta la producción de cortisol y que esto les merma sus capacidades profesionales y laborales. Si se llegan a sentir culpables por creer que podrían haber salvado más vidas o por pensar que pudieron haber hecho algo más por ayudar al paciente, deben expresarlo con alguien de su confianza y buscar la orientación y ayuda de un profesional de la salud mental.

Para el personal sanitario que lo necesite, pongo a su disposición mi experiencia de más de 37 años como profesional de la salud mental, de manera gratuita, mientras dure la contingencia en el país. Pueden contactarme el 333615-1750 o al correo dr_perezmora@yahoo.com www.drperezmora.com

fotografía tomada desde: https://www.hispantv.com/noticias/ee-uu-/451941/sanciones-iran-coronavirus-oms

Abr13
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LA SALUD MENTAL EN LOS TIEMPOS DEL COVID-19.

By Marco Antonio Perez Mora - Psicoterapia

La salud mental es primordial para la tener una calidad de vida satisfactoria, armoniosa y productiva. El equilibrio mental se puede romper por muchas razones, entre ellas el miedo real o imaginado, las pérdidas físicas, familiares, emocionales, económicas, laborales, etc.

En situaciones como las que el mundo vive y sufre, derivadas de la pandemia por el SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID-19, las amenazas a perder la salud, a los seres queridos, el empleo, el dinero, la libertad de movimiento, las relaciones interpersonales, etc., generan ansiedad, miedo, angustia, pánico, depresión, desconfianza, desolación, inseguridad, insomnio, trastornos alimenticios, problemas de conducta, irritabilidad, desolación, rabia, impotencia, coraje, frustración.

Una o varias de estas conductas, afectan la calidad de nuestra vida y deterioran nuestras relaciones interpersonales en todos los campos de la vida social, repercutiendo en nuestro pensamiento, sentimientos y conducta. Dejamos de pensar con claridad, el miedo nos invade, nos frustramos y nos enojamos contra todo y contra todos, nuestra energía decae, nos evadimos y queremos evitar nuestras responsabilidades, la impotencia nos impide pensar y actuar razonablemente, nuestra actividad y productividad caen vertiginosamente y sin hacer mayor cosa, nos sentimos fatigados y desmoralizados.

Es por ello por lo que la ayuda psicológica profesional es de vital importancia, sobre todo para aquellas personas que trabajan en el campo de la salud física: médicos, enfermeras, químicos, trabajadoras sociales, afanadoras, pues ellos están en el frente de batalla para salvar las vidas de quienes sufren las consecuencias del contagio por COVID-19.

Parte de la terapia psicológica en estos casos es lo que se denomina intervención en crisis, consistente en brindarle a las personas que lo requieren un espacio para ser escuchados sin ser juzgados. Facilitarles un tiempo de escucha profesional es la primera parte del proceso para evitar que estos profesionales de la salud se derrumben o vean minadas sus capacidades profesionales. Ayudarlos a expresar sus ansiedades, fatigas, frustraciones, enojos, miedos, rabia, por las situaciones estresantes que enfrentan, no les resuelve sus problemas, pero si les ayuda a descargar la tensión, es lo que se conoce como catarsis emocional.

Las sesiones de intervención en crisis deben ser tan frecuentes como las personas las soliciten para fortalecer su autoestima, su personalidad, de forma tal que les permitan seguir desempeñando su trabajo en el frente de batalla, cuidando pacientes y salvando vidas.

Es importante señalar que pedir ayuda psicológica no es muestra de debilidad, como algunos creen. Al contrario, es señal de que se esta vivo, de que se es responsable y de que se requiere del apoyo psicológico y emocional para mantenerse fuertes ante las adversidades que conlleva esta pandemia.

Frente a esta grave situación por la que atraviesa la humanidad, ofrezco mi experiencia profesional como psicólogo y psicoanalista, con más de 35 años de experiencia, para todas aquellas personas del campo de la salud médica que requieran de la ayuda y la psicoterapia psicológica vía on line: médicos, enfermeras, camilleros, químicos, trabajadoras sociales, personal de intendencia, Administradores, que laboren en hospitales COVID-19

Todo esto de manera GRATUITA mientras dure esta contingencia, e invito y conmino a mis colegas de la salud mental a que se sumen a esta campaña para brindarles esta ayuda profesional a todo el personal médico que está ofreciendo sus servicios en los hospitales y clínicas del país para enfrentar esta pandemia.

Juntos saldremos adelante, juntos lo haremos mejor, juntos venceremos la adversidad.

Ene23
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SEXO EN EL TRABAJO Y EN LA ESCUELA

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

Las relaciones sexuales entre hombres y mujeres conllevan, en sí mismas, una situación implícita de cierto poder y dominio influenciada por la cultura. Por lo general son los hombres quienes establecen el control de la relación desde el momento de la seducción con el cortejo y después en el sexo mismo, lo cual es un resabio del instinto animal que todos los seres humanos llevan dentro. Si a dicha situación ancestral se le agrega el ámbito laboral o escolar entre jefes y subordinadas o entre maestros y alumnas, los problemas se incrementan por las diferencias de poder y autoridad en los roles ajenos al sexo.

 

Es muy común que muchas relaciones amorosas se den en la escuela o en el trabajo. Si la relación entre los participantes es de igualdad respecto al nivel de jerarquía, los problemas se verán influenciados solamente por las diferencias entre los sexos, lo cual no es poca cosa en sí, pero si se dan entre distintos niveles de jerarquía, las dificultades se incrementan significativamente, porque quién posee más autoridad, tratara de emplearla en sus intentos seductores y de control del otro (a), como se aprecia en la película “acoso sexual”, con la bella Demi Moore y Michel Douglas. Generalmente son los hombres quienes suelen ejercer este tipo de acosos y de selección de sus parejas, pues el poder de la jerarquía les suele dar más confianza para asediar, conquistar y tratar de dominar a la mujer. Es el típico caso del jefe con la secretaria, del doctor con la enfermera o del maestro con la alumna. En estas situaciones es común que la mujer se sienta en desventaja general con el galán y que lleve a la cama las mismas situaciones de jerarquía y de sometimiento del trabajo o la escuela, de tal manera que tienda a servirle al otro, en lugar de tener una relación más pareja y equitativa. El sentimiento de dominio que la superior jerarquía le confiere al hombre le impide ver en la mujer a otra persona con los mismos derechos que él para disfrutar del sexo y tiende a perpetuar el sistema de jefe-subordinado en sus relacione sexuales y amorosas, lo cual suele ser reforzado por las familias y por la cultura en general, que aún sigue siendo falocéntrica.

 

Si se trata de la fase del cortejo, la mujer suele sentirse amenazada por la autoridad del hombre y aunque en ocasiones se sienta halagada porque el jefe se ha fijado en ella, las diferencias jerárquicas la llevan a aceptar situaciones y condiciones que no permitiría si fueran solo compañeros de trabajo o de escuela. Cuando se establece una relación formal sobre las bases de que uno de los dos tiene mayor jerarquía laboral o académica, los problemas suelen ser más serios y éstos se incrementan si la persona que ocupaba el lugar inferior llega a sobresalir y a estar arriba del otro. En estos casos, quien tenía la autoridad inicialmente, se llega a sentir fracasado e intenta sabotear a su pareja en sus logros, pues no tolera que sea más que él en el terreno laboral o escolar. Consecuentemente, las dificultades sexuales surgen para acrecentar la distancia emocional y si no existe una adecuada y exitosa comunicación, corren el riesgo de caer en depresión, adicciones o en la separación, como les pasa a los protagonistas de la película “La guerra de los Roses”.

En otras ocasiones simplemente se cambian los roles y los problemas siguen siendo los mismos. La mujer es quien lleva la batuta y el hombre quien se somete, y así se mantiene el equilibrio entre la pareja. Son situaciones que suelen darse cuando ellas progresan en su trabajo o negocios y ellos caen de su pedestal o se jubilan prematuramente.

 

En cuanto a las relaciones dentro del trabajo o la escuela, cuando hay diferencias jerárquicas, quien está en el nivel inferior no puede defenderse de las opiniones, ideas, sugerencias o peticiones del que tiene el mando y esta situación le impide ser como realmente es. Pilar era una de las chicas más guapas del salón de clases en la universidad y se enamoró de uno de sus maestros, quien todo mundo sabía era un conquistador de alumnas. Ella anhelaba una relación paterna de protección y se sentía especial por andar con el profesor. Él era un tipo mucho mayor que ella y ejercía un fuerte y duro control sobre ella y no paso mucho tiempo antes de que la relación se volviera tormentosa y Pilar se la pasará llorando en la misma escuela. Por fortuna para ella, él la rechazo y se fue a vivir a otra ciudad. Con los años ella se casó con otro hombre que no tenía ninguna relación de poder laboral o escolar previa al matrimonio.

 

En algunas situaciones la relación entre jefe y subordinada o maestro y alumna, llegan a ser matrimonios exitosos en base a que se mantiene el estilo de relación en el que sigue manteniéndose la jerarquía. Son relaciones de tipo complementario, en las que quien domina se siente bien con el sometimiento de la otra parte y ésta se siente bien con su rol de secretaria o de alumna, sin tener ningún conflicto por ello. Los problemas surgen cuando alguno de los dos pretende modificar los roles y el otro se siente amenazado con el cambio.

 

Debido a las tendencias a abusar de la autoridad laboral y escolar, tan típicas de muchos hombres que no saben manejar su autoridad y poder, en los últimos años se ha legislado en la mayoría de los países, para evitar y sancionar el abuso sexual en el trabajo y/o en las escuelas, de tal manera que las mujeres, quienes son las que se ven más expuestas a estas situaciones de acoso sexual, puedan defenderse y no verse expuestas a sometimientos ni a ninguna clase de vejaciones u humillaciones por sus jefes o maestros, por el hecho de que tienen el poder y la autoridad jerárquica. Es muy diferente la situación cuando ambas partes deciden establecer la relación sexual, sin que medie el sometimiento por la jerarquía.

En muchas otras situaciones, el trabajo se convierte en un impedimento para la sana convivencia sexual con la pareja, porque el estrés que provoca el exceso de trabajo o su mala ejecución aumenta los niveles de cortisol, disminuye los niveles de testosterona y esto merma el deseo sexual, prefiriéndose el refugio en el trabajo en lugar de los brazos de la pareja.

La fotografía ha sido obtenida desde: https://es.123rf.com/imagenes-de-archivo/sensualidad_en_la_oficina.html?sti=lncqkrrfbw8khjycni|&mediapopup=123088522

Ago13
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AUTO ESTIMA SEXUAL[1].

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

La autoestima es el valor que el individuo tiene de sí mismo y por sí mismo, incluyendo en ello su cuerpo, su mente, su espíritu y su psique. Se forma desde la infancia en base a las interacciones que se tienen con los padres y cuidadores. Una persona que ha sido deseada y amada tendrá una autoestima sólida, alta y fuerte, se sentirá segura de sí misma, será productiva, solidaria y capaz de amar a quienes la rodean. En cambio, las personas que no se hayan sentidos amadas ni deseadas, se sentirán poca cosa, creerán que no merecen cosas buenas y caerán en problemas psicológicos que los llevará a menospreciarse, a ser menos productivos y eficientes, a sufrir de depresión, ansiedad y muchos otros problemas.

Actualmente muchas personas sufren porque tienen una baja autoestima, entendida como la falta de amor hacia uno mismo, reflejándose en que creen que no merecen vivir en el mundo, porque no se sintieron queridos por sus padres en la infancia temprana. Sufren de falta de narcisismo sano. También hay personas que tienen una baja auto estima sexual porque no se aceptan con el cuerpo que tienen y porque rechazan sus deseos sexuales, o simplemente no saben cómo darles satisfacción. En cambio, quienes gozan de una buena auto estima sexual, son personas que reflejan satisfacción, se ven radiantes, productivas y creativas. Además, tienen relaciones sexuales con la frecuencia y calidad que ellos desean y que sus parejas agradecen, pues también son beneficiarias de dicha situación.

Para alcanzar una buena auto estima sexual es necesario tener un buen esquema corporal, consistente en aceptarse con el cuerpo que se tiene, empezando por reconocerse como hombre o como mujer, según sean los genitales con los que se haya nacido. El esquema corporal se va construyendo desde el momento de nacer y las fantasías y deseos de los padres son parte importante del proceso. Si ambos padres aceptan al hijo o hija con el sexo biológico con el que nace y lo educan para adquirir las conductas propias de su género, el niño (a), crecerá sintiéndose bien por lo que es y sabiéndose querido por sus padres. Conforme va creciendo ira adquiriendo los patrones de conducta propios a su sexo, alcanzando una identidad de género adecuada al mismo. En la adolescencia, la crisis hará que todos se replanteen su identidad de género y si las cosas van bien, hombres y mujeres se convertirán en adultos bien identificados con el sexo que les corresponde.

En el proceso de identificación sexual genérica suelen pasar muchas cosas y algunas personas se sienten mal con el cuerpo que tienen, llegando a rechazarlo por completo y deseando cambiarlo por uno del sexo opuesto, como es el caso de los transexuales. Otros, jugaran a verse como sus opuestos, vistiéndose como los travestís. Pero la gran mayoría de las personas con baja auto estima sexual, no tienen problemas con su identidad de género, solo sienten que no tienen un cuerpo atractivo, como creen que lo tienen los demás y se sienten menos, por lo que les apena mostrarse desnudos frente a su pareja. Esto les impide disfrutar de su experiencia sexual con mayor plenitud.

Quienes padecen de baja auto estima sexual, se limitan en su desempeño sexual y también sienten que no merecen disfrutar de lo que su pareja les ofrece. Con el paso del tiempo se van enfriando en su apasionamiento sexual, que de por si nunca ha sido ardiente como el de las personas con buena auto estima sexual, quienes si saben disfrutar del sexo y de su propio cuerpo, el cual les sirve de herramienta para aumentar el placer brindado y el recibido en el intercambio libidinal con su pareja. La buena auto estima sexual fortalece a ambos sexos y les facilita la convivencia erótica, con los consecuentes beneficios en su salud física, emocional y sexual.

Con una buena auto estima sexual: no existen culpas y si llegan a aparecer, se resuelven rápidamente. Se disfruta más cabalmente de la vida, del trabajo, del juego, del ocio y del intercambio amoroso con la pareja. Las inhibiciones sexuales se resuelven mediante el dialogo claro y honesto y la pareja puede experimentar nuevas modalidades en sus relaciones sexuales y vislumbrar nuevos horizontes, que les permitan fortalecer su vínculo libidinal, con lo que retroalimentan su auto estima sexual. Aumenta el placer sexual y el interés por complacer al otro (a), se cuida más y mejor el propio cuerpo, con ejercicio y una buena alimentación, pues se reconoce la importancia de la salud e higiene física para poder rendir mejor en las relaciones sexuales.

Quienes poseen una buena auto estima sexual: saben disfrutar del sexo en múltiples modalidades, sin sentirse culpables por ello. Comparten sus gustos y fantasías con su pareja y proponen nuevas experiencias, respetando los gustos de su partenaire, sin imponer nada que el otro (a) considere desagradable. Son personas que se sintieron amadas por sus padres y que mantuvieron un intercambio amoroso con ellos, libre de culpas incestuosas y de represiones excesivas en materia de su sexualidad. La buena auto estima sexual es un antídoto contra la depresión, la ansiedad, la cólera, la amargura, la frustración y la violencia.

En la medida en que cada vez existan más personas que fortalezcan su auto estima sexual, habrá gente más alegre, complaciente, amorosa, trabajadora, productiva, creativa y feliz de vivir en este mundo. Padres con buena auto estima sexual procrearan hijos fuertes, bien identificados en su rol sexual, con más libido que agresión y dispuestos a disfrutar de la vida y a cuidar del mundo en el que les toque vivir. Con un apego seguro que los hará menos violentos y destructivos, más propositivos y constructivos. Vivirán en un mundo mejor.

[1] Artículo escrito por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora para el programa de radio El expesso de las diez de radio Universidad de Guadalajara, del jueves 15 de agosto de 2019. La imagen ha sido tomada de pinterest

Jul11
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EL ESTRÉS LABORAL Y EL SEXO

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

EL ESTRÉS LABORAL Y EL SEXO[1]

[2]

Hoy en día todo el mundo necesita trabajar para mantener un decoroso nivel de vida. Las exigencias de la vida moderna conllevan que hombres y mujeres se esfuercen cada vez más por ganarse el dinero necesario para salir airosos de las demandas económicas del día a día. Pero no todo el mundo se estresa en su trabajo. Algunas personas disfrutan lo que hacen y el trabajo es una parte placentera de su existencia. Sin embargo, quienes no saben enfrentar los retos o se ponen exigencias de más para adquirir mejores posibilidades económicas, los que compiten por ser más exitosos, los que ven en el trabajo su motivo de vida y los que viven para el trabajo, se estresan en exceso, en demérito de otras actividades de su vida, tales como sus relaciones sexuales.

Las personas que viven para trabajar emplean demasiada energía en la realización de sus actividades, de tal manera que llegan agotados a casa, sin mayores deseos, mucho menos de mantener relaciones sexuales con su pareja. La dedicación ansiosa al trabajo los desgasta y les merma el deseo sexual, lo que hace que eviten el contacto erótico con su pareja. Llegan cansados y de mal humor, pues su esfuerzo no les resulta gratificante y ven en el sexo una responsabilidad más que tienen que cumplir, razón por la cual lo evitan con distintas justificaciones. En ocasiones solo mostrándose agresivos e intolerantes ante las peticiones de su pareja de tener intimidad.

El estrés, de cualquier tipo, provoca que el organismo genere cortisol en exceso, hormona que es enemiga del deseo sexual y contrarresta la producción de testosterona en hombres y mujeres. A mayor estrés, mayor cortisol y menor deseo sexual. Cuando el hombre estresado intenta tener relaciones sexuales, se expone al fracaso con las dificultades eréctiles o con fallas en el control de la eyaculación. Las mujeres tienen resequedad vaginal, desgano, anorgasmia y prefieren hacer otras cosas, menos tener actividad sexual.

Cuando el trabajo se convierte en lo más importante de la vida de una persona, le resta valor e importancia a lo demás, entre ello a la vida sexual activa y placentera. En estos casos, cuando se trabaja ansiosamente para mejorar el nivel de vida económica se pierde la perspectiva y se deja de lado la convivencia sexo amorosa con la pareja, en detrimento del vinculo y de la consolidación de la pareja.

Hoy en día, han aumentado las personas que viven laboralmente estresadas, pues la competencia es férrea, hay que trabajar más para ganar lo mismo, la solvencia y sobre vivencia económica esta en constante riesgo. Las exigencias laborales son cada vez mayores, con el consiguiente agotamiento mental y físico. Se trabaja en exceso para llevar el sustento a una familia que se va deteriorando, pues él, ella o ambos viven para el trabajo en lugar de trabajar para vivir y sobre todo para vivir bien. Quienes viven estresados laboralmente, tienen una disminución de su auto confianza, se sienten amenazados de perder el empleo o el negocio y eso agrava su tensión emocional, mermando fuertemente su deseo sexual.

Muchas parejas tienen serios problemas porque quien trabaja en exceso y bajo estrés, piensa que está haciendo lo mejor por su pareja y familia, pero la parte que se queda sin compañía y sin convivencia amorosa, se siente ignorada, como si no existiera y muchas personas expresan que preferirían vivir con menos comodidades materiales, pero con un poco de mayor placer y satisfacción libidinal y sexual.

Para desfortuna de millones de parejas y familias en el mundo, el trabajo se convierte en la prioridad numero uno en demérito de la convivencia conyugal, pues el estrés laboral consume toda la energía libidinal disponible, llegándose al grado de que se rompe la armonía y el deseo de estar juntos. Puede haber casa, ropa nueva, auto y comida en la cocina, pero si no hay convivencia sexual amorosa, comunicación y satisfacción mutua en el diario convivir, la relación conyugal se deteriora rápidamente, llegando en muchos casos a la ruptura definitiva, en cuya situación, quien más trabaja, tendrá que dar una manutención económica, sin la gratificación de la convivencia con su pareja y con la familia.

Para evitar que el estrés laboral afecte a la vida sexual, tanto individual, como en pareja, es menester aprender a manejar las situaciones estresantes, a poner un límite a las horas que se trabajan de manera cotidiana, aprender a disfrutar del trabajo, no a sufrirlo. Cuando no es posible evitar las demandas excesivas del trabajo, hay que aprender a desahogar el estrés que ello produce y una manera de conseguirlo es teniendo buenas relaciones sexuales y amorosas y para lograr estas metas es necesario dialogar con la pareja sobre lo que esta pasando laboralmente, pues en muchas ocasiones, la pareja mal interpreta la falta de deseo e interés sexual del estresado, llegando a pensar que hay alguien más, que ya no hay amor, etcétera. Estos mal entendidos solo complican la situación, por lo que es relevante aclararlos y eliminarlos.

Para disminuir los estrago causados por el estrés laboral hay que ponerle un alto a las malas practicas laborales, hacer ejercicio, darle tiempo de calidad a la pareja, planear la frecuencia y calidad de las relaciones sexuales, dialogar son el cónyuge y en los casos en que todo esto no funcione, buscar ayuda profesional para aprender a manejar de mejor manera el estrés del trabajo y poder rescatar la relación conyugal y familiar.

 

 

[1] Trabajo realizado por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora, para el programa de radio El expresso de las diez de radio Universidad de Guadalajara del jueves 18 de julio de 2019

[2] IMAGEN TOMADA DE https://www.clarin.com/viva/revista-viva-nota-tapa_0_rJHnew5wXx.html

Jun13
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¿CÓMO ES LA PSICOTERAPIA DE PAREJA?[1]

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

 

La psicoterapia de pareja es una modalidad de intervención profesional para ayudar a sus integrantes a comprender sus dificultades en los ámbitos de la comunicación, las relaciones sexuales, la convivencia afectiva, el manejo de las finanzas, el tiempo de convivencia, el origen de sus conflictos conscientes e inconscientes, de tal manera que logren mejorar el conocimiento de lo que son, de lo que les pasa y así puedan encontrar maneras de resolver sus problemas para mejorar la calidad de su vida conyugal.

Existen diferentes abordajes teórico-clínicos de tratar a una pareja: psicodinámico, de relaciones interpersonales, sistémico, cognitivo conductual, humanista, gestaltista, sexológico, dinámico sistémico, vincular, etc.

El abordaje terapéutico depende de la formación profesional y experiencia del terapeuta elegido. Cada enfoque tiene sus cualidades y limitaciones, pero lo más importante es la calidad profesional y ética de quien lo ejerce.

Algunos psicoterapeutas saben abordar todo tipo de conflictos, otros tienen serias limitaciones y dejan de lado los aspectos sexuales o de alteraciones mentales de alguno de los integrantes de la pareja, afectando la ayuda que pueden ofrecer.

En la psicoterapia de pareja con enfoque psicodinámico se aborda la sexualidad como uno de los ejes principales en la relación conyugal, así como el estilo de comunicación, la lucha de poder y los estilos de roles que cada uno desempeña.  Es muy importante conocer la historia personal de cada miembro y saber qué lugar ocuparon en sus respectivas familias de origen para detectar los roles que pueden estar desempeñando en su relación de pareja. Se analizan los patrones de repetición de roles heredados de la identificación con sus propios padres y se revisa de qué manera influye en la generación de conflictos o cómo les afecta en la consecución de sus objetivos amorosos.

En la psicoterapia de pareja psicodinámicamente orientada, no solo se recurre a los conocimientos del psicoanálisis, también se hace uso de los aportes de las teorías de los sistemas, de la teoría del vínculo, de la teoría de la comunicación y de muchas más herramientas que han sido investigadas como facilitadoras de la comunicación y de la solución de conflictos en las relaciones humanas.

Las parejas acuden en busca de ayuda psicoterapéutica después de muchos años de haber intentado resolver sus dificultades con sus propias herramientas, pero sin éxito. Asisten con sensaciones de fracaso, con miedo a romper su vínculo amoroso, frustrados porque la vida no resulto como lo esperaban y porque sus conflictos emocionales los han llevado a un fuerte distanciamiento amoroso, sexual, comunicacional, afectivo y físico. Los dos motivos principales por los que suelen buscar ayuda psicológica están relacionados con su sexualidad y con su estilo de comunicación. En muchas parejas subyacen problemas económicos, de roles, de relación con las familias de origen de cada uno, con las amistades, con el tiempo compartido y con los estilos de educación de los hijos, pero lo básico reside en sus conflictos con su sexualidad y con las dificultades para tener una comunicación adecuada y eficaz.

¿Cómo se abordan estos problemas? Ante todo, se analiza a la pareja como una unidad conformada por dos individuos que desean mejorar su convivencia conyugal. Ninguno de los dos es más importante que el otro, ambos son parte de la ecuación llamada pareja y se les atiende juntos, de tal manera que lo que expresa uno, lo escucha el otro. Siempre están los tres: pareja y psicoterapeuta en el consultorio. En mi caso particular, les ofrezco verlos siempre juntos, una vez por semana en sesiones de 90 minutos, les pido que sean lo más honestos y sinceros posible, que digan todo lo que deseen y que eviten ocultar información que les parezca penosa o vergonzosa. Prefiero no verlos por separado, pues en algunas ocasiones uno de ellos quiere contar algo que no desea que la otra parte conozca. En estos casos, les aclaro que todo lo que me informen, tendrá que saberlo su partenaire, pues la terapia de pareja está conformada por los dos.

Iniciamos por conocer el motivo por el cual asisten a la consulta, desde cuándo tienen esos problemas y qué han hecho para tratar de resolverlos. Les pido digan cómo está formada su familia de origen, para saber el lugar que ocuparon en su familia y conocer cómo pudo haber sido su infancia y adolescencia. Cuando entramos de lleno al análisis de sus conflictos, les pido escuchen lo que cada uno dice y después de cierto tiempo, le solicito al que escucho, que exprese lo que oyó y qué entendió de lo que dijo su partenaire, con el fin de saber si ha escuchado lo mismo que yo. Una vez que lo expresa, le pido a quien hablo primero, que diga si realmente fue entendido en su mensaje. Si la respuesta es positiva, continuamos, en caso contrario, aclaramos el malentendido y de esa manera la pareja va aprendiendo a escucharse y a conocerse más a fondo.

En ocasiones les ofrezco algunos cuestionarios para que los respondan en casa y tengan material para avanzar en el conocimiento de sí mismos y de su pareja.

Para abordar cualquier tipo de problema que presenten, sean celos, fallas en su vida sexual, problemas con los hijos, con la familia de origen, de sentimientos personales, etc. Es fundamental ter una adecuada comunicación y se trata de ayudar a la pareja a que aprenda a saber escuchar y a comunicarse con el otro para poder llegar a acuerdos que les resulten beneficiosos en su relación personal y conyugal.

Cuando la pareja considera que ha logrado resolver los problemas por los que acudieron a la psicoterapia, se establece una fecha de terminación, se evalúan los avances, se revisan las cosas en las que podrían mejorar y se pone una fecha de terminación de la intervención psicoterapéutica.

El fin de toda intervención psicoterapéutica con las parejas es ayudarlos a mejorar su comunicación, su entendimiento y que logren disfrutar de su vida sexual, conyugal y amorosa, ya sea que decidan continuar juntos o que decidan separarse porque consideran que es lo mejor para ambos.

 

 

 

 

 

 

[1] Artículo escrito por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora para el programa de radio “El expresso de las diez” de radio Universidad de Guadalajara del jueves 13 de junio de 2019

 

Abr1
01

AMOR DE PELOS.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

La pintura realizada en 1866 por Gustave Courbet, titulada “El Origen del mundo”, mostrando lo genitales de una mujer con la mata de vello púbico natural, causo revuelo en su época, pero hoy la podemos admirar desde 1995, en el museo de Orsay en París.

En las relaciones amorosas la cultura determina lo que es bueno y lo que no lo es. La atracción entre los sexos tiene sus bases biológicas, pero la parte del gusto está influenciada por la educación recibida y por las influencias socio culturales. Es por ello por lo que los modelos físicos de atracción sexual han cambiado con el tiempo y las modas. De esta influencia no se han escapado los vellos, que no siempre han sido tan bellos. Hay personas para las que el pelo corporal, no solo el de la cabeza, es un atractivo sexual muy fuerte, en cambio, para otras es motivo de rechazo y de inhibición sexual. A los hombres siempre les ha preocupado la calvicie y a las mujeres les ha angustiado el exceso de vello en las piernas, aunque haya hombres que se exciten con las piernas velludas. De una manera o de otra los pelos siempre han tenido algo que ver con tener un amor de pelos o sin ellos.

Desde hace varios años, algunos hombres se han venido preocupando por depilarse el cuerpo, pues desean tener una apariencia más femenina o infantil y el vello en su pecho, espalda, piernas y genitales les causa repugnancia. Estos hombres tratan de quitarse todo vestigio de pelambre y quedan como maniquís, identificándose así con algunas mujeres en su rechazo al vello corporal, que les resulta feo.

La abundancia o ausencia natural del vello corporal masculino y femenino depende de la herencia. Sin embargo, con los tratamientos de depilación actuales, los hombres pueden erradicarlos de las zonas en donde más les desagrada tenerlo y cada vez son más los que tienden a depilarse la espalda y los genitales, pues se sienten mejores con una apariencia lampiña. Algunos argumentan razones estéticas, pues asocian la peludez con la simiés y al depilarse todo el cuerpo pretenden verse más atractivos. A ciertas mujeres les agrada ver a sus parejas masculinas depilados porque el vello les repugna, pues lo asocian con situaciones de salvajismo. En otras ocasiones el vello púbico genera repugnancia porque se tienen problemas con la sexualidad adulta, ya que las imágenes inconscientes de la infancia, de haber visto a los padres desnudos, les provoca angustia. La escena de la desnudez de los padres fue reprimida por la ansiedad producida y ahora, con la pareja, se busca eliminar cualquier rasgo que evoque aquellos recuerdos.

A otras mujeres el vello corporal les excita y despierta su libido porque en su mente asocian dichas imágenes con la masculinidad fuerte, se sienten protegidas por un hombre peludo y verlos desnudos es placentero, sobre todo acariciarlos y sentir sus vellos, que les parecen bellos. Las mujeres que prefieren a los hombres peludos han tenido modelos de masculinidad con dichas características y no les angustia recordar a sus padres así. Algunas féminas escogen a sus parejas masculinas precisamente por ser peludos, llegando a expresar que el vello de su pecho, su barba tupida o las piernas peludas fue uno de los atractivos que vieron en su pareja. Para ciertas mujeres, el vello abundante es una especie de afrodisíaco natural, en tanto que para otras es causa de inhibición sexual.

En la actualidad a muchos hombres les agrada ver las vulvas depiladas de sus mujeres pues en su inconsciente las asocian con vulvas infantiles. En las revistas pornográficas y en el internet abundan las fotografías de mujeres depiladas de sus genitales, porque resultan muy atractivas para un alto porcentaje de varones. Esto tiene que ver con el temor ancestral de los hombres a las vulvas maternas. Una vulva natural está llena de vello, como una barrera natural protectora contra infecciones e irritaciones, pero a este tipo de hombres, les recuerda la vulva materna y les provoca cierta angustia, pues asocian la imagen con sus deseos edípicos incestuosos, razón por la que prefieren que su pareja se depile, de tal manera que su vulva se vea como la de una niña. De esta manera, la vulva pierde su aspecto amenazador y puede aflorar el deseo.

En el inconsciente, tanto los hombres como las mujeres tienden a asociar a los genitales femeninos con las arañas venenosas y cuando ha habido fallas en la educación temprana, se le asocia con algo amenazador y peligroso. Si se les quitan los vellos, cambia su apariencia y pierde su peligrosidad, de tal manera que puede surgir el deseo de penetración, sin el riesgo de que algo malo le pase al pene. Por su parte, muchas mujeres que tuvieron una educación sexual represiva y que en su infancia asociaron su sexualidad y genitales con algo malo y sucio, creen que los vellos púbicos deben erradicarse y se depilan, quedando con una apariencia infantil, que para ellas es menos amenazadora. Si se combina esto con el hecho de que el varón tenga sus propios temores a las vulvas naturales, la pareja preferirá la depilación genital mutua, argumentando razones estéticas o higiénicas.

También hay hombres que prefieren a las mujeres velludas y les excita ver la mata de vello en su pubis y sus piernas llenas de vellos. Para estos hombres es un plus de excitación y placer hacer el amor con una mujer velluda.

El hecho es que en la actualidad parece estarse poniendo de moda que los hombres se depilen el pecho, la espalda y los genitales y las mujeres hagan lo propio con su vulva y sus piernas, quedando con una apariencia corporal genital infantil, que les permite la cercanía física, aunque en ocasiones su sexualidad no resulte tan plenamente placentera, pues sus inhibiciones infantiles les impiden tener un “amor de pelos”, pues creen que sus vellos son feos.

 

Mar20
01

ESPACIOS PARA EL SEXO

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

¿EXISTE UN LUGAR ADECUADO PARA TENER SEXO?

Las cuestiones culturales inducen y conforman las creencias que la gente tiene acerca del sexo y de cómo debe ser tenida, vivida, gozada o sufrida la experiencia sexual. Se marcan parámetros de lo que es normal y lo que no lo es, de lo bueno y de lo malo. Igualmente se establece que para tener sexo la pareja debe hacerlo en determinados sitios y está prohibido hacerlo en otros.

Se acepta sin discusión, que la pareja formal puede y debe tener sexo en su recamara conyugal, la cual no se presta ni se alquila para que otras parejas lo tengan allí mismo, aunque a veces los hijos se toman ese espacio en ausencia de los padres. Legalmente se acusa de faltas a la moral y al reglamento de “las buenas costumbres” a quienes no pueden controlar sus impulsos y deciden practicar el sexo dentro de su automóvil en plena vía pública, en un parque o en cualquier otro sitio por donde circulen más personas. Pero ¿quién no recuerda las ocasiones en que tuvo, o estuvo a punto de tener relaciones sexuales “fuera de lugar”? En la oficina, en el auto, en la casa de la novia o en la propia, cuando los padres estaban fuera. ¿O aquellos que lo hicieron por primera vez en la puerta de la casa de su novia mientras se despedían?

Las relaciones sexuales son una actividad intima que implica la participación de solo dos personas, por lo que deben realizarse en sitios apropiados que aseguren que no habrá interrupciones de terceros: llámense hijos, padres, transeúntes o la misma policía. Pero esto no implica que el sexo se tenga solamente en la recamara de la pareja. Dependiendo de la creatividad, las relaciones sexuales se pueden enriquecer si se tienen en diferentes sitios de la misma casa o fuera de ella. Si es en el hogar, la pareja puede decidir hacerlo en la cocina, en el baño, en el jardín, en la azotea, en el sillón de la sala o en las escaleras. Lo importante es que resulte excitante y placentero para ambos. Si se tiene sexo “fuera de lugar”, se rompe con la rutina y la monotonía que en ocasiones limita y empobrece la experiencia sexual de la pareja.

Fuera de casa, son muchos los sitios en los que se puede experimentar el sexo con la pareja: un motel, la playa, el auto siempre y cuando se esté en un sitio seguro, un día de campo, sin alimañas a la mano, una tienda de ropa, en el autobús o el tren, etc. Cuando algunas parejas deciden acudir a un motel, la experiencia puede resultar muy sexy y excitante, pues no hay interrupciones de los hijos o de los demás adultos que viven en la casa, ambos pueden sentirse más relajados y al momento de alcanzar el orgasmo dejarse soltar y poder gritar sin inhibiciones. Algunas personas viven con la fantasía de hacer el amor en la playa, a la luz de la luna, en un trigal o en una alberca, pero no se atreven a proponérselo a su partenaire por temor a ser rechazados o mal juzgados.

Cuando la pareja, o alguno de los dos, se exponen a ser descubiertos por terceros en su actividad sexual y esto incrementa la excitación, se trata de personas que requieren de imaginarse estar en peligro para aumentar el placer sexual y esto los lleva a pasar por situaciones riesgosas que le restan valor libidinal a la experiencia: en un parque público concurrido, en un elevador de un centro comercial, en un cine, etc. Además, el hombre tiende a eyacular rápidamente, pues la misma excitación y el riesgo de ser descubiertos e interrumpidos lo llevan a perder el control de la situación, salvo que sea un exhibicionista que disfruta con la idea de ser visto. Pero si se tiene sexo fuera del lugar acostumbrado, cuidando dichos riesgos, la vivencia puede resultar muy placentera y fortalecer los lazos afectivos de la pareja por haber hecho algo diferente entre ambos.

Han sido muchas las personas que siendo jóvenes han tenido sexo con su pareja cuando estaban en la sala de su casa y los padres se encontraban en la cocina o en su recamara, muchos lo han hecho en un miniauto, con las peripecias que ello implica y otros en un mini rato libre, mientras no aparecían los demás. En todas estas experiencias, la sensación es como de haberse tragado el helado de un bocado, sin haber podido saborearlo tranquila y calmadamente.

Julián es un joven profesionista que mantiene relaciones sexuales en la casa de su novia cuando los padres de ésta no se encuentran. Aunque son placenteras, no deja de sentirse incomodo por tener que hacerlo “antes de que vayan a llegar”. “Me gusta más cuando vamos al motel”. Rebeca es una mujer treintona que prefiere ir al departamento de su amante en lugar de hacerlo en los moteles, pues para ella estos lugares no son muy higiénicos. El matrimonio López prefiere hacerlo en casa, con la luz apagada y con las cobijas encima, les apena verse desnudos. Por su parte, Verónica no ha tenido inconveniente de tener sexo en el vocho de su novio, afuera de su casa, cuando se están despidiendo “es muy emocionante correr el riesgo de ser descubiertos, aumenta mi excitación”.

Los casos anteriores comprueban que el espacio más adecuado para tener sexo es aquel que más le agrade y acomode a la pareja, sin dañar a terceros. Lo importante es dialogarlo juntos y aclarar los miedos y fantasías al respecto. La capacidad creativa de ambos es el límite para descubrir los espacios que les sirvan para experimentar y disfrutar de su intimidad sexual.

 

 

 

Dic2
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CRIMEN Y EROTISMO O EL ASESINATO DEL EROS.

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas, sexualidad

El Eros, libido o impulso de vida, es la esencia de una buena, saludable y placentera expresión de la sexualidad, que cuando se enferma, puede ser avasallado por el Thanatos o impulso de muerte, que va en contra de la preservación de la vida.

Cuando el ser humano ha sido deseado por sus padres, esencialmente por su madre, llega al mundo con ansias de vivir, de amar y de ser amado. Cuando no es así, el mundo le parece hostil y, en muchos casos lo es, pues ha venido a entorpecer los planes de su madre. Un niño no deseado, es un niño mal querido que tendrá serias dificultades para desarrollar su erotismo de manera sana, placentera y productiva. Un niño deseado, crecerá con un sentimiento de aceptación y su erotismo o energía libidinal se desarrollará sanamente.

Cuando la pulsión de muerte prevalece sobre la pulsión de vida o libido, el erotismo se enferma y se contagia de violencia, de destrucción, de agresión y de maltrato hacia el sí mismo y hacia los demás. La historia esta llena de ejemplos. Los griegos eran expertos en describir comportamientos humanos a través de sus tragedias, como la de Edipo, escrita por Sófocles 400 años antes de Cristo.

La vida sexual de los personajes de esta tragedia se ve empañada por la pulsión de muerte, originada en las violaciones que comete Layo, el padre biológico de Edipo, pues quebranto la hospitalidad del rey Pélope de Pisa, quien le había confiado el cuidado de su hijo Crisipo, abusando sexualmente de su hijo, el cual se suicidó por la vergüenza de haber sido violado por Layo. En castigo por esta agresividad sexual de abuso, los dioses deciden castigar a Layo con la exterminación de su estirpe.

Con los años, Layo y Yocasta procrean a Edipo y, como era la costumbre, Layo consulta al oráculo sobre su futuro y éste le dice que su hijo lo matará y se casará con su madre, lo cual provoca que entre en pánico y ordena que maten a Edipo sin que se entere Yocasta. El sirviente de Layo se apiada del bebé y lo da a unos pastores, quienes lo entregan a los reyes Pólibo y Peribea quienes lo crían como hijo propio.  Al crecer Edipo consulta al oráculo y éste le dice “Matarás a tu padre y te acostarás con tu madre”. Edipo huye del reino, en el camino se topa con un anciano prepotente, discuten y termina matándolo.

Al llegar a Tebas, vence a la Esfinge que asolaba al reino y es coronado rey y toma en matrimonio a la reina viuda, que era su madre real. Pasados los años, Edipo y Yocasta engendran 2 varones y 2 mujeres. La peste asola a Tebas y Edipo declara que encontrará al culpable de tal desgracia. Al final descubre que Yocasta es su madre, ésta se ahorca y Edipo se saca los ojos. Sus dos hijos varones se matan por el reino y sus dos hijas mueren. Al final Edipo muere ciego, pobre y abandonado.

La sexualidad enferma, es la causa de toda esta tragedia griega, de la cual Freud toma la base para postular el complejo de Edipo y explicar muchas de las conductas humanas y sexuales. Layo violo al joven Crisipo, que estaba bajo su cuidado y en castigo, muere a manos de su propio hijo y su estirpe se extingue. Gana Thanatos, ante la debilidad de Eros. El crimen de Layo, lo pagan su esposa, su hijo y sus nietos, todos ellos inocentes, pero provenientes de la sangre de un enfermo sexual.

Cuando el erotismo se enferma, la energía que lo mueve se transforma en conductas agresivas. Se abusa de los otros, violando su cuerpo y su intimidad para satisfacer el deseo de descarga sexual y de posesión de la otra persona, tal como hizo Layo. En muchos crímenes sexuales, la libido se ha enfermado gravemente. La sexualidad se utiliza como un arma asesina en lugar de ser un instrumento de vida y de crecimiento.

Muchas personas que usan la sexualidad para agredir y lastimar, como los violadores, los pervertidos, los asesinos sexuales o los torturadores, son sujetos que no fueron bien amados por su propia madre, porque no fueron deseados, porque la madre no tenía posibilidades o porque la madre era una persona depresiva o agresiva por su propia historia.

En algunas relaciones conyugales uno o ambos participantes, emplean la sexualidad para agredir al otro y, en casos extremos llegan a los crímenes pasionales como fue el caso de Otelo, quien ofuscado por la idea de que su amada mujer Desdemona, lo engañaba con Cassio, decide matarla. Las personas celotípicas, padecen de una fragilidad de su propia libido, ya que dudan de sí mismos, pero proyectan dicha inseguridad en su pareja, acusándola de querer tener relaciones con otras personas, cuando en realidad, son ellas quienes desean hacerlo.

Cuando el erotismo se enferma y predomina la pulsión de muerte, la sexualidad es utilizada para cometer los más atroces crímenes, pues se llega a matar al ser supuestamente amado, en aras de un narcisismo patológico, que transforma a la libido, enfermándola, en un instrumento de violencia y de muerte.

Como bien dice la conseja popular “entre el amor y el odio, solo hay un paso” y muchas veces ese paso no tiene retorno, pues una vez que el enfermo sexual lo ha dado, difícilmente se detiene, convirtiéndose en un depredador sexual, cuyos crímenes son de los más intensos y violentos, por la rabia que conllevan.

Cuando la libido se ha enfermado, la psicoterapia psicoanalítica y el psicoanálisis son una opción terapéutica de restauración para evitar que la sangre llegue al río, como paso con Edipo y con Otelo.

 

Ago27
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LOS MIEDOS SEXUALES[1].

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas, sexualidad

26 de agosto de 2018.

La pulsión sexual es más fuerte que todas las represiones culturales sobre la manifestación de la misma. El instinto de conservación de la especie ha llevado a los seres humanos a perpetuarse en el mundo. Sin embargo, la cultura le ha cobrado un alto precio, mediante los prejuicios, las prohibiciones, los mitos, la ignorancia y el rechazo que ha fijado a la libre expresión de los deseos. Para lograr el nivel de civilización alcanzado, el hombre tuvo que establecer un sin fin de reglas y normas a la sexualidad, pues si ésta se hubiera manifestado libremente, el hombre seguiría como en la época de las cavernas, pues no habría tenido que sublimar, desplazar, proyectar ni reprimir sus deseos sexuales. Sin embargo, el miedo impuesto a la manifestación sexual también ha tenido su costo emocional y social.

Desde siempre y en todas las culturas, se ha tenido la necesidad de atemorizar a los ciudadanos sobre la expresión de su sexualidad. En un principio fue por la ignorancia que los primitivos tenían sobre la reproducción, pues no comprendían el proceso de la concepción, de la gestación, ni del parto, por lo que construyeron explicaciones míticas, alejadas de la realidad. Con el tiempo, los poderes políticos y religiosos descubrieron que, si sometían la sexualidad de sus súbditos, tendrían un mejor control de su conducta, para lo cual establecieron mitos, fundados en falsedades, con el fin de hacerles creer que determinados comportamientos y pensamientos sexuales eran malos y que quienes los tenían no merecían vivir en la comunidad. Como la vigilancia personal era imposible, tuvieron que someter las conciencias mediante las amenazas divinas, estableciendo de esta manera un súper yo perseguidor y culpígeno, alimentado en la desaprobación social, cuyas reglas y normas fueron trasmitidas de generación en generación por los padres.

Hoy en día, a pesar de tanta información al alcance de la mano, derivada de las múltiples investigaciones sexológicas realizadas en todo el mundo, un alto porcentaje de personas sigue rigiendo su vida sexual en base a los miedos de sus ancestros. Persisten los temores a la menstruación y a la mujer menstruante, pues se le hace a un lado en su periodo y algunos hombres las rechazan con asco en “sus días”. Muchos varones siguen temiendo a la fertilidad de la mujer, por lo cual la agraden y tratan de someter haciéndole creer que es incapaz y devaluándola, para no sentirse menos frente a su capacidad sexual y orgásmica. El miedo a no tener un pene lo suficientemente grande es algo que preocupa a muchos varones en todo el mundo. Éstos creen que el placer de su mujer depende del tamaño de su miembro viril y, sin tener el conocimiento adecuado, dudan de su fortaleza sexual al creer que no cuentan con un pene gigantesco. Son hombres que se quedaron en la mentalidad infantil de creer que “más” es igual a “mejor” y en ocasiones, teniendo un pene “estadísticamente normal”, piensan que es más chico que el de los demás, lo cual les baja su auto confianza y los lleva a tener conductas sexuales inadecuadas, entre las que sobresalen la eyaculación precoz y la sexualidad promiscua, con el fin de querer comprobarse a sí mismos que son sexualmente capaces.

Entre algunas de las causas de la eyaculación precoz, está el temor a la mujer y a sus genitales, los cuales se experimentan similares a la cabeza de medusa, razón por la cual se le desea, al tiempo que se le teme, lo cual provoca que la visita del pene al interior de la vagina resulte fugaz, con el consecuente desagrado femenino por la frustración provocada. En los casos de impotencia psicógena, la provocada por dificultades emocionales, también aparece este tipo de miedo, solo que es más fuerte que en la eyaculación precoz, razón por la que, aunque haya el deseo de la erección, ésta no se alcanza, pues el miedo es mayor.

Por su parte las mujeres suelen temer que el pene les cause algún daño en su interior. Si están embarazadas creen que se puede dañar al feto y que éste nacerá con algún defecto, producto de sus relaciones sexuales. Algunos hombres llegan a temer que el feto les dañe su pene o causarle algún mal a su futuro bebé, razón por la que dejan de tener sexo con su mujer embarazada. Algunas mujeres tienen el temor de que el embarazo destruya para siempre su figura física y que su pareja las deje de desear, por lo cual reprimen su sexualidad durante el embarazo y en el post parto, para hacerse a la idea de que ya no serán deseadas, refugiándose en el ejercicio de su maternidad y reprimiendo su libido.

Las enfermedades de transmisión sexual son otro de los elementos que se utilizan para amenazar a los hombres y las mujeres en el ejercicio de su sexualidad. Si bien es cierto que la sexualidad debe ejercitarse con responsabilidad y con los cuidados pertinentes para evitar contraer el SIDA o cualquier otra enfermedad de transmisión sexual, el temor a las mismas no debe ser la razón para reprimir la vida sexual, ni para tener alteración en el sano ejercicio de la misma. Algunas personas han llegado al grado de reprimir por completo su sexualidad o de vivirla de forma empobrecida por el miedo a un contagio.

La culpa por los deseos sexuales es la peor de las amenazas que pesa sobre el ejercicio de la sexualidad, pues si ésta se ejerce de mutuo acuerdo con una pareja adulta, madura y responsable, la culpa está de más. Sin embargo, por influencia de la cultura, se siguen estableciendo patrones de comportamientos en los que el sentimiento de culpa determina si la sexualidad se experimenta con o sin placer.

Cuando los miedos son mayores que el placer, los individuos y las parejas ven entorpecido el sano y placentero ejercicio de su sexualidad, por lo que se debe luchar para erradicar los mitos, prejuicios, ignorancia y miedos que existen sobre la conducta sexual, buscando literatura científica adecuada, asistiendo a conferencias y/o consultando con un profesional en la materia.

[1] Artículo escrito para el programa El expresso de las diez de radio Universidad de Guadalajara, del día 30 de agosto de 2018.

 

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