ERRORES SEXUALES COMUNES
En la vida y en el amor se cometen aciertos y errores, de los cuales hay que saber aprender si queremos mejorar la calidad de nuestra existencia. A muchas personas les resulta difícil y penosos reconocer que no son amantes expertos y certeros, por lo que se les complica reconocer sus errores en la cama. Quienes cuentan con la apertura y capacidad de reconocerlos, saben que pueden enmendarlos mediante la información, dialogo con su pareja, asesoría profesional y/o la psicoterapia sexual con un profesional en la materia.
El error sexual más común, tanto de hombres como de mujeres, es pensar que la contraparte siente y piensa igual que uno mismo, por lo cual se cree que lo que a uno le agrada al otro también le encantará. Este es un error de tipo narcisista, producto de pensar que lo que es bueno para uno mismo, lo es para el resto del mundo. Para corregir esta falla, el dialogo claro y abierto, honesto y preciso, es la mejor manera de resolverlo. Preguntarle a la otra parte cuáles son sus gustos y preferencias sexuales, nos permitirá conocer mejor a nuestra pareja y evitar caer en estos graves errores de suponer lo que solo existe en nuestra mente. Conociendo los deseos y gustos sexuales del otro, evitaremos este grave error.
Otro error fatal en las relaciones sexuales es creer que “de eso no se habla”. Pensar que si se le dice a la pareja que no nos gusta lo que hace en la cama o en las relaciones preliminares al coito, lo lastimará y eso afectará negativamente la relación, es uno de los principales problemas, pues muchas personas viven callándose sus molestias o inconformidades por años, hasta que se arman de valor y explotan, para sorpresa del otro, que creía estaba haciendo bien las cosas.
Para evitar este fatal error, la pareja debe aprender a comunicarse con honestidad, franqueza y claridad.
Por lo general, los hombres tienden a ser más impulsivos en el sexo y se van directo a la penetración, sin considerar que las mujeres sienten y responden sexualmente de manera diferente a los varones. La curva de la excitación sexual es muy diferente en unos y otros, por lo cual, prepararse, leer, informarse y contrastar las ideas con la pareja sexual, es la mejor manera de evitar caer en el error de pensar que la mujer disfrutará de la misma manera que el varón.
Un error común de los varones es creer que ellas disfrutan plenamente con la penetración inmediata. En realidad, la mayoría de las féminas requiere de varios minutos de caricias, de preparación del entorno para tener una buena excitación sexual, previa a la penetración, que les permita alcanzar el orgasmo. La estimulación manual u oral del clítoris, le brinda a la mujer un placer muy intenso, aunque en ocasiones, algunas de ellas se sienten cohibidas de pedirlo y recibirlo, porque creen que sus genitales huelen mal, que están sucios o que al varón le dará asco besarlos y lamerlos. Esto se corrige con una buena higiene corporal.
Otro error común entre muchas personas es creer que el orgasmo debe ser simultáneo, lo cual es un mito creado por el cine. En realidad, si el varón se enfoca solo a la penetración, sin tener el juego previo de caricias y estimulación a la mujer, éste eyaculara rápidamente, dejando en ascuas a su pareja. En promedio, la mujer requiere de más del doble de tiempo de estimulación general para llegar al orgasmo, de lo que el hombre necesita, de ahí que los varones necesiten aprender a conocer los gustos y disgustos de su pareja, para poderla complacer con plenitud. Para ello es menester una buena comunicación, previa y posterior al acto sexual.
Por el lado femenino, éstas suelen cometer el error de pensar que ellos son los que deben iniciar el acto sexual y que una buena mujer no pide sexo. A muchos hombres, sino es que, a la gran mayoría, les agrada que su mujer les pida tener sexo, pus esto los hace sentirse deseados por ella, alimenta su autoestima masculina y si ella alcanza el orgasmo, les refuerza su narcisismo varonil.
La rutina sexual, tano en posiciones, como en lugares y horarios, es otro grave error, que tiende a apagar la llama de la pasión. Para ello, deben ser creativos, proponerse cambios que les ayuden a enriquecer su vida sexual, dialogando sobre sus deseos y motivando a que la otra parte se interese y motive a explorar cosas nuevas: posiciones, horarios, lugares, juguetes, fantasías, juegos de roles, etc.
Enfocarse en el crecimiento de la familia, la economía o el desarrollo profesional a costa del tiempo dedicado la pareja, es otro de los serios problemas que cometen muchas parejas. Sobre todo, las jóvenes, que se enfocan a tener más cosas, más conocimientos, más desarrollo laboral, pero se olvidan de su pareja sexual. Para evitar este error sexual tan común, es recomendable que la pareja dialogue acerca de cómo se siente con la frecuencia y calidad de sus relacione sexuales, brindándose respuestas claras y honestas, con el animo de mejorar y corregir lo que este fallándoles en ese momento, dándose el tiempo de calidad para compartir su erotismo y sexualidad con la frecuencia deseada.
Un error más, de ambos sexos, consiste en desconocer la anatomía sexual propia y la del otro sexo. Este error se subsana con lecturas apropiadas, con preguntas al ginecólogo, al urólogo o al psicoterapeuta sexual. De esta manera se eliminarán ideas erróneas acerca del tamaño y forma de los genitales, de su función y de su utilidad para obtener placer. Creer que si la mujer esta embarazada, se le puede causar un daño al bebé, es una idea errónea de muchos varones, que dejan de tener sexo cuando su mujer está esperando a su hijo.
Otros errores frecuentes en la cama son: mezclar drogas y sexo en exceso, no usar condón en las relaciones con parejas ocasionales, creer que si se toman ciertas substancias aumentara el deseo y la potencia sexual, usar la violencia con la pareja, sin su consentimiento, humillar o burlarse del otro por sus características físicas: tamaño y forma del pene, senos, nalgas, vientre. Hablar durante el acto sexual, sin preguntar si la pareja se excita con ello. Descuidar el cuidado del físico, lo cual influye, tanto en el deseo como en el rendimiento. Por ello es importante una alimentación sana y el practicar actividades físicas con regularidad.
Cualquier error sexual que cometan las personas en la cama, puede ser corregido con una buena y adecuada comunicación, que les facilite enfrentarlo mediante lecturas y asesorías profesionales con el fin de mejorar la calidad de su vida sexual y amorosa en beneficio mutuo.
Cuando se reconocen y corrigen los errores sexuales, la pareja crece en conocimientos y mejoran su capacidad amatoria, fortaleciéndose su vínculo amoroso.