DIÁLOGOS AMOROSOS.
El dialogo entre las parejas que se aman es un buen antídoto contra los malos entendidos y es la mejor manera de conocer las necesidades, deseos, anhelos y fantasías del compañero (a) sexual, con la intención de complacerlos. Sin embargo, la mala educación, la represión sexual y los prejuicios, impiden que la comunicación fluya adecuadamente, impidiendo el conocimiento del otro (a) y el disfrute de la relación amorosa. La mala comunicación es una de las causas principales de desavenencias conyugales, de ahí la importancia de aprender a dialogar amorosamente con la pareja y no temer expresar los deseos sexuales, para que el otro (a) los conozca y se interese en satisfacerlos.
El hablar de los deseos y las fantasías sexuales es una señal de confianza en el otro (a), ya que es la expresión de una parte muy íntima de cada persona. La confianza es básica en cualquier relación amorosa, pues con ella quien ama sabe que puede esperar reciprocidad de la persona amada. La confianza da la seguridad que se requiere para poderse entregar al otro sin miedos, sobre todo en el terreno de la sexualidad y para poder confiar en alguien es necesario conocerlo (a), pues de otra manera no es posible saber cómo reaccionara ante ciertas circunstancias. Para ello se requiere de un dialogo franco y abierto en el que ambos se sinceren y expresen su pensamientos y sentimientos sin prejuicios ni temores.
En el dialogo amoroso, la pareja sabe que puede confiar en el otro y que podrá expresar sus deseos sin temor a la crítica negativa o al rechazo, pues el amor que existe entre ambos les ayudará para comprender que cada uno es una persona diferente, con derechos a expresarse libremente y a ser comprendida y complacida en sus anhelos, fantasías y deseos sexuales, previo acuerdo mutuo, derivado de dicho dialogo amoroso. Una pareja con estas características es capaz de enriquecer su vida sexual mediante la libre expresión de sus deseos, confiando en que su partenaire los escuchara y comprenderá. El poder sentirse con la confianza de contarle a la pareja lo que se desea sexualmente es un parámetro de la fortaleza del vínculo amoroso que los une. En la medida en que la expresión de los deseos y fantasías sea mutua, el equilibrio emocional y sexual de la pareja será muy positivo y propiciará el crecimiento de ambos cónyuges.
Luís y Teresa son una pareja de cincuentones que han aprendido a expresarse sus deseos y fantasías con libertad y esto les ha ayudado a fortalecer su relación. Luís tiende a manifestarse más libremente que Teresa, pues siente que ella lo comprende y en ocasiones, después de expresarle sus deseos, estos disminuyen, solo por haberlos manifestado en la intimidad de su relación. Teresa, que ama a Luís, se ha interesado en complacer algunas de las fantasías que éste le ha expresado, disfrutando ambos de estas experiencias. Han adquirido la costumbre de dialogar antes y después de sus relaciones sexuales para saber cómo se sintió cada uno. Hablan de lo que más les gusto, de lo que les hubiera agrado y de aquello que les llego a incomodar, con el ánimo de mejorar sus relaciones sexuales. Luís se ha interesado en ayudarle a su pareja a expresar sus deseos, con la idea de poder satisfacérselos. Son una pareja que ha mejorado la calidad de su vida conyugal mediante el dialogo amoroso.
Debido a las cuestiones culturales, es más sencillo que sea el varón quien se atreva a manifestar sus deseos sexuales y en ocasiones a exigir que se le cumplan; mientras que las mujeres aun sufren los efectos de siglos de represión a su sexualidad y aunque estén muriéndose de ganas, la mayoría de las veces se reprimen y no lo dicen, pues temen el rechazo de su pareja o ellas mismas se auto critican por considerar que tienen deseos prohibidos. También se presentan los casos en los que cuando ella se ha atrevido a manifestar alguno de sus deseos, su ignorante, temeroso y prepotente varón la cuestiona, critica o rechaza por atreverse a expresarlos, lo cual propicia que ella los vuelva a sepultar en el inconsciente. Con la información sexual y el cambio de actitudes, así como el acceso de las mujeres a las universidades y a mejores trabajos, éstas se han ido atreviendo a demandar la satisfacción de sus deseos en la relación con su pareja, lo cual ha influido para que los hombres se preparen mejor y se esfuercen en su afán de complacerlas.
El dialogo amoroso implica que ambos se interesen por conocer el funcionamiento de su propio cuerpo y el de su pareja, sus emociones y reacciones frente a los estímulos, para saber y poder brindar mejores caricias y estimulaciones que incrementen el placer sexual de ambos. El dialogo amoroso también conlleva la capacidad de poder expresar lo que se siente al escuchar los deseos del otro (a). Si existe la confianza necesaria y los deseos del partenaire provocan escozor, miedo, temor o excitación fuera de control, es importante y necesario poder expresarlo, para que se dé el dialogo y ambos puedan llegar a acuerdos que beneficien la relación. Si la pareja ha tenido la costumbre de hablar de lo que piensa y siente, será más fácil entablar el dialogo amoroso como el que aquí se describe. Si la pareja no lo ha hecho, es conveniente empezar lentamente, tanteando el terreno de tal manera que quien se anime a expresar sus deseos y fantasías sexuales tome en cuenta la susceptibilidad del otro (a) y tenga la paciencia necesaria para aclarar cualquier mal entendido que se produzca, ya que cuando la pareja no esta acostumbrada a este tipo de dialogo, se corre el riesgo de mal interpretar lo que se ha expresado.
Los diálogos amorosos deben ser parte de la experiencia sexual de todas las parejas con la intención de aprender a disfrutar con mayor libertad y creatividad de la convivencia conyugal, tal como lo manifiestan quienes los practican cotidianamente. Una buena manera de iniciar estos diálogos amorosos es preguntarle a la pareja cómo se siente con la vida sexual que se ha tenido hasta la fecha y si le gustaría cambiar algo de ella, estando dispuesto (a) a aceptar la respuesta y actuar en consecuencia, planeando la complacencia de los deseos de su pareja.