EL SEXO ORAL.
Para algunas personas pensar en el sexo oral es sinónimo de perversión, pero para quienes lo experimentan, es muestra de uno de los más ricos placeres sexuales que se pueden obtener cuando dos personas se entregan sin límites, sin prejuicios y con deseos de darse y recibir placer y amor. La boca no solo sirve para comer y para hablar, también es útil para dar y recibir placer sexual, a través de los besos y de las palabras amorosas.
En el terreno de la sexualidad, la boca sirve para muchas más cosas y eso lo saben muy bien los buenos amantes. Con la boca, los labios, los dientes y la lengua se puede brindar y recibir mucho placer sexual. Besar el cuerpo de la persona amada es placentero para ella y para quien lo hace. Pero besar los genitales es uno de los mayores goces que se pueden obtener en esta vida.
Para llegar a ser un excelente amante y saber disfrutar del sexo oral, como preámbulo de la penetración, se requiere de cierta experiencia y conocimiento del funcionamiento del cuerpo, propio y de la persona amada. El sexo oral se denomina así porque es a través de la boca, en contacto con los genitales, que se brinda y se recibe placer a la pareja. Tanto los labios y la lengua, como los genitales femeninos y masculinos, son partes del cuerpo muy sensibles al tacto, por la infinidad de terminaciones nerviosas que contienen. Ambas se mantienen húmedas y al entrar en contacto, la estimulación recibida en los genitales propicia que la persona estimulada, experimente sensaciones muy placenteras, que contribuyen a que alcance la fase de meseta y pueda lograr más fácilmente el orgasmo y que éste resulte de mayor intensidad y calidad.
Si la persona mantiene una higiene adecuada, sus genitales suelen estar más limpios que su boca, así pues, la idea de que es algo sucio no tiene fundamento. Pero si la persona es sucia, no solo lo estarán sus genitales, sino su boca y todo su cuerpo.
Es recomendable que cuando se vaya a tener sexo oral, la pareja se bañe o asee sus genitales y su boca, por higiene y por respeto a sí misma y a su pareja, de manera que los malos olores, propios de su cuerpo cuando ha estado horas sin aseo, no disminuyan o inhiban el placer sexual por entrar en contacto con ellos.
En la mujer, la zona más sensible al contacto oral es su clítoris y algunas no soportan la estimulación directa, por lo que el hombre debe aprender a tocar las partes aledañas y preguntarle a su pareja cómo le gustaría que lo hiciera. Besar los labios mayores y los menores resulta placentero para muchas mujeres y esto las prepara para alcanzar el orgasmo con más facilidad una vez iniciada la penetración. Pero si por alguna razón la mujer rehúsa el contacto bucal con sus genitales, la pareja debe dialogar y respetar la decisión femenina y si el deseo varonil por esta práctica es muy fuerte, deberá ayudarla a comprender que no hay nada de malo, ni de sucio en esta actividad amorosa y convencerla con argumentos y no por la fuerza, ni con chantajes
En el caso del varón es raro que alguno muestre oposición por la estimulación oral de su pene y de sus testículos. Sin embargo, algunos no toleran por mucho tiempo este tipo de contacto, porque sienten que perderán el control de su eyaculación muy rápido y por eso lo evitan, privándose así de este tipo de placer. Pero la mayoría de los hombres disfruta mucho cuando su pareja le besa y succiona sus genitales. También en el hombre esta práctica sexual lo prepara para llegar al orgasmo de una manera más placentera.
Algunos jóvenes llevan a cabo este tipo de relación para evitar el embarazo y se limitan solo a ella, evitando la penetración, lo cual no es recomendable que se practique por mucho tiempo, porque suele alterar la calidad de las relaciones sexuales y cuando deciden llegar a la penetración, ésta no resulta tan placentera como la estimulación oral, privándose así de orgasmos de mejor calidad.
Es conveniente aclarar que si en la estimulación oral el varón llega a eyacular en la boca de su pareja, ésta no corre ningún riesgo de embarazarse ni de aumentar de peso, estas son creencias difundidas entre personas ignorantes de la anatomía humana. Lo que sí puede suceder es que se trasmita alguna enfermedad venérea o el SIDA por este contacto, si alguno de los dos la padece y no se emplea una barrera protectora, como el condón.
Pero si ambos están sanos, se aman y son higiénicos, el sexo oral es una opción más para disfrutar de la mutua compañía y obtener un maravilloso placer. Si aún no lo ha practicado y logra dejar a un lado sus miedos y prejuicios, no se arrepentirá de hacerlo; si ya lo practica, estará de acuerdo con lo aquí escrito. De cualquier manera recuerde que en el sexo no hay límites para encontrar el placer, siempre y cuando ambos estén de acuerdo y no se lastime la integridad de nadie.