LAS FORMAS Y PERIPECIAS DEL PENE.
A través de la historia de la humanidad y de la geografía del planeta, el hombre siempre ha estado interesado e intrigado por las formas y rendimiento de su pene, pues ante la falta de información adecuada, los mitos sobre su preciado miembro, responsable de la supervivencia de la especie, se cultivaron en todas la épocas y latitudes, para darle cierta seguridad y confianza.
Esos mitos, cultos y fantasías sobre su forma, figura y función, se han esclarecido y tratado de diluir con el conocimiento científico sobre la sexualidad, hasta entrado el siglo XX. Sin embargo, continúan prevaleciendo en la mente de millones de personas de ambos sexos.
El hombre ha asociado la forma de su pene con su rendimiento y encanto sexual: si es grande, curvo, delgado, pequeño, cabezón o grueso. Sobre su anatomía se han escrito muchas cosas, que si es mejor largo y grueso o largo y delgado, derecho o curvo, que si los pequeños no son tan buenos como los largos, que si los largos lastiman a las mujeres, que si éstas los prefieren gordos o delgados, con o sin circuncisión. Se ha asociado la forma de las manos, la figura de la nariz y hasta de los pies con la del pene, sin que haya datos que confirmen ninguna relación entre una y otra anatomía.
Lo que si se ha confirmado con los estudios sexológicos y con las encuestas, es que más que la forma en sí, el uso que su dueño hace de su preciado instrumento es la clave para brindar placer a las féminas y que éstas prefieren una relación en la que el hombre sepa sacarle jugo a su pene, a otra en la que exista un pene grande y gordo sin habilidad y experiencia o lo que es peor, sin paciencia para esperar a que la mujer llegue al clímax y a su orgasmo. Algunas mujeres piensan que “No importa lo grande ni lo grueso, sino lo travieso y el tiempo que dure tieso”, confirmando con esto que es más importante lo que se haga con el pene, que su dimensión y forma.
El tamaño del pene es una de las preocupaciones que ha tenido el hombre a través de la historia, lo cual se ve reflejado en las obras escultóricas de todas las latitudes del mundo, en donde se le ha rendido culto a falos gigantescos. Sin embargo, la realidad anatómica confirma que no se requiere de penes descomunales para procrear ni para dar placer. El tamaño promedio del pene es de entre 14 y 16 centímetros, medido en erección desde la base del pubis hasta la punta del glande. Los hombres de raza negra son quienes poseen penes más grandes y los de raza oriental los que tienen uno pequeño, cercano a los 11 centímetros. Para algunas mujeres la curvatura del pene hacia arriba les puede ayudar a obtener estimulación en su punto G en la posición del misionero, pero para otras no. Que el pene sea gordo, estimula a algunas mujeres a sentir más placer y para otras un pene mayor a 20 centímetros puede resultar incómodo. También es importante señalar que los penes que en estado de flacidez se ven muy pequeños, tienen una mayor capacidad de crecimiento en la erección, que los que se ven de mayor tamaño en flacidez; que los hombres gorditos parecen tener un pequeño más pequeño que los delgados, pero eso es solo una falsa percepción, por la grasa del bajo vientre, que lo hace parecer menor a su tamaño real.
Teorías y mitos se entremezclan cuando del pene hablan los hombres. Todo esto es producto de la ignorancia ancestral sobre el funcionamiento del mismo y derivado de la represión sexual en que se mantenido a la mayoría de la población, por lo cual se dejó ene olvido el estudio serio del uso y funciones del pene en las relaciones amorosas y sexuales.
Como todas las partes del cuerpo, el pene también requiere sus cuidados particulares: aseo diario con agua y jabón para retirar el esmegma que se acumula en el glande, aseo de las manos previo a tomarlo para orinar o tener relaciones sexuales; cuidarlo de los golpes bruscos y de las mordidas, cuando se practica el sexo oral; mantenerlo a temperatura adecuada, cuidarlo de las enfermedades de transmisión sexual utilizando adecuadamente el preservativo y/o evitando las relaciones sexuales con personas portadoras de alguna enfermedad de transmisión sexual. Consultar al urólogo ante cualquier cambio o anormalidad que produzca alguna molestia o llame la atención de su portador.
Con independencia de su forma y tamaño, el hombre debe sentirse seguro de que posee un pene funcional y quererlo tal como es, para evitar desear transformarlo con esos tratamientos falsos de agrandamiento o engrosamiento, que solo ponen en peligro su funcionalidad. En todo caso, lo que el hombre si puede hacer es aprender a controlar su erección y el tiempo de eyaculación para lograr un mayor placer personal y ofrecer a su pareja una experiencia más placentera en la interacción sexual.
El pene es una pieza fundamental del hombre en las relaciones sexuales, pero siempre estará bajo el control de la mente, de ahí que su funcionamiento dependerá siempre de la capacidad mental, psicológica y emocional, más que de su tamaño y forma.
Les dejo estos vídeos para una mayor ilustración del tema.
https://www.youtube.com/watch?v=t-yauYRsUxs
https://www.youtube.com/watch?v=qfBHjihSVw4