Dr Perez Mora
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sexualidad

Dr Perez Mora > Blog > sexualidad
Ago31
00

ANGUSTIA, TRAUMA, DEPRESIÓN Y LOCURA.

By Marco Antonio Perez Mora - Adolescentes,artículos,Familia,Parejas,Psicoterapia,sexualidad

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La angustia es un estado de aflicción, congoja y sufrimiento, que dificulta pensar, trabajar, estudiar, comer, dormir, y disfrutar de la vida. La angustia puede ser realista o neurótica. Es realista cuando se tiene identificada la causa de la misma, como cuando se teme un peligro natural, social, económico, laboral o emocional, como una ruptura. Es neurótica cuando sus causas son interna e inconscientes; se vive angustiado sin saber las razones de tal estado y no se puede hacer casi nada para lograr la calma y recuperar la capacidad de pensamiento y acción normales. En estos casos las motivaciones sueles ser inconscientes y más difíciles de encontrarles solución.

Los estados de angustia pueden ser agudos o crónicos. Los primeros suelen ser muy intensos y de corta duración, los segundos acostumbran durar por meses, con periodos de agudización que rayan en el pánico y el terror por el temor a que ocurra una tragedia imposible de evitar: como el fin del mundo, que se muera alguien cercano o que le suceda algo trágico al angustiado.

La angustia es un estado que provoca reacciones fisiológicas como temblor y sudoración, palpitaciones cardíacas súbitas y constantes, deseos de comer sin tener hambre, nauseas, mareos, sensaciones de ahogo, miedo a  morir, temor a ser atacado por algo o alguien desconocido. Altera el ciclo de sueño, causando insomnio, fatiga, pérdida o aumento del apetito sin razón aparente, irritabilidad y enojos sin justificación.

Los estados de angustia, sean agudos o crónicos deben ser atendidos por un especialista en salud mental. En algunos casos será necesario tomar ansiolíticos para disminuir los efectos de la angustia y que la persona pueda ser capaz de pensar y trabajar en la psicoterapia para descubrir las razones que han originado el trastorno.

Los estados de angustia pueden ser originados por alguna experiencia traumática vivida en la infancia o recientemente, que se experimentó como una amenaza a la integridad física, emocional y/o sexual. Los traumas suelen ser experiencias muy intensas que toman desprevenida a la persona de tal manera que la intensidad de la emoción es desorganizadora, dejando un daño muy fuerte, ya sea consciente o inconscientemente. En muchos casos la persona traumatizado sigue viviendo bajo el estado de tensión emocional que origino la experiencia traumática, aunque el peligro real haya desaparecido. En otros casos, el trauma se reactiva por asociación con algún nuevo evento.

La angustia puede tener su origen en una experiencia traumática real o imaginada. Es importante, de cualquier forma comprender que la persona que vive la angustia la experimenta con una intensidad real y sufre de verdad, por lo que se le debe prestar una atención profesional y nunca demeritarla por el hecho de que sus síntomas estén basados en un temor psicológico.

Los daños que provocan los traumas reales o psicológicos siempre generan angustia y en muchos casos también provocan depresión, generando que la persona se sienta muy mal, que crea que fue su culpa lo que ocurrió y que por ello no merece estar viva, ni disfrutar de las cosas buenas de la vida. La persona deprimida cree que debería morirse, que no merece que los demás se preocupen por ella y que debe ser castigada por los demás o por la divinidad en la que crea.

La depresión al igual que la angustia provoca daños en el organismo: perdida del sueño o somnolencia excesiva, alteraciones de la alimentación, fatiga crónica, abandono de los intereses como es el trabajo, el estudio, las diversiones, abandono de los cuidados personales, sentimientos muy fuertes de minusvalía, desgano generalizado, aumento disminución de peso, ideas e intentos suicidas.

En algunos casos, la angustia, el trauma y la depresión van de la mano y pueden provocar que la persona enloquezca al grado de atentar contra su vida o contra la integridad de los demás. En las psicosis, la persona pierde el contacto con la realidad y se deja llevar por sus pensamientos de tipo mágico, que le hacen creer lo que piensa como si fuera realmente real. El psicótico puede o no estar deprimido, pero siempre estará angustiado y el origen de su problema será alguna o algunas experiencias traumáticas de su infancia. El psicótico no diferencia la realidad de sus pensamientos. Actúa totalmente fura de la realidad, aunque basado en algunos elementos de la realidad. Si se cree Napoleón Bonaparte, es porque sabe que existió este personaje de la historia, solo que él no es Napoleón.

La angustia, los traumas, la depresión y la locura son aspectos del comportamiento humano que llevan a las personas a sufrir un infierno en la tierra y requieren de tratamientos especializados por uno o varios profesionales de la salud mental.

En el ciclo de cine análisis sobre “Angustia, Trauma, Depresión y Locura” abordaremos estos aspectos, analizando los casos que se presentan en las cinco películas.

 

Ago10
00

EL ORGASMO MASCULINO.

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas,Psicoterapia,sexualidad

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A diferencia del orgasmo de la mujer, el del hombre ha sido más y mejor estudiado por los médicos y sexólogos, pero no obstante esto, también los varones tienen problemas para comprender sus reacciones sexuales frente a su pareja y frente a sí mismos.

Es cierto que para el hombre resulta mucho más fácil y sencillo alcanzar el clímax, pues sus genitales están al alcance de su mano desde su nacimiento y esto le facilita el autoerotismo. Además, su pene es empleado tanto para la función excretora como para la reproducción y el placer, tres funciones en una sola pieza, por lo que está familiarizado con su miembro desde muy pequeño.

Debido a la ignorancia y a los prejuicios, así como a la cuestión cultural de sobre valorar la masculinidad, muchos hombres creen que lo más importante es alcanzar la eyaculación lo antes posible y algunos, en la adolescencia, llegan a establecer competencias masturbatorias para ver quién es el que termina más rápido, sin darse cuenta que eso los perjudicara en sus futuras relaciones amatorias con su pareja sexual.

A Freud se le debe el que se haya puesto interés en el estudio de la sexualidad a principios del siglo XX y a los Dres. Masters y Jhonson la investigación científica de la sexualidad mediante observaciones en vivo de la conducta sexual de muchas parejas, lo que permitió conocer la respuesta sexual de ambos sexos durante el coito. Así, se sabe que el hombre tiene un ciclo de respuesta mucho más rápido que las mujeres, razón por la que debe aprender a controlar sus impulsos y esperar a que su pareja alcance el clímax antes de hacerlo él, so pena de dejarla con un mal sabor de boca y una generalizada sensación de frustración.

Aunque las respuestas fisiológicas durante el orgasmo son similares en ambos sexos, las maneras de excitarse son muy diferentes. El hombre suele tener mayor facilidad para lograrlo, ya que lo puede hacer al oler a una mujer, un perfume femenino, escuchar su voz, pensar en ella, rozar sus nalgas o sus senos, mirarla a lo lejos, verla bailar o simplemente con recordarla; leer o escuchar narraciones eróticas, hace que su pene, normalmente flácido, se hinche de sangre y se ponga erecto, segregando un liquido pegajoso y cristalino, que algunos confunden con el semen y no es otra cosa más que un lubricante para facilitar la penetración.

Lo más excitante para el hombre es ser tocado en sus genitales, ya sea manual u oralmente y en ocasiones el simple hecho de viajar en un autobús puede hacer que surja una erección debido a las vibraciones del mismo, así de fácil es de lograr la erección masculina. La erección es resultado de la vaso congestión del pene, producida por un reflejo involuntario que abre las arterias del mismo y cierra las venas, llenando de sangre los conductos cavernosos. Sin un pene erecto y duro sería imposible su penetración en la vagina. Al ser rítmicamente estimulado, la excitación llega a tal nivel que se alcanza la fase de meseta y si la estimulación continua se llegara a la eyaculación. En la fase de meseta el pene llega a su máximo tamaño, los testículos aumentan en un cincuenta por ciento su tamaño, el cuerpo se pone tenso y aparece el enrojecimiento del rostro.

Cabe aclarar que el orgasmo no es lo mismo que la eyaculación, aunque por lo general va uno con el otro. El orgasmo consiste en la sensación de placer que se logra al estar con la pareja sexual y su calidad e intensidad varían de un individuo a otro. En algunos es tan intensa que quedan con una placentera sensación de agotamiento, en otros es tan leve que solo sienten un alivio temporal de su tensión sexual. Si la relación con su pareja sexual es amorosa, es más probable que el orgasmo aumente en intensidad. Algunos hombre emiten fuertes sonidos, otros parece que ladran y otros dicen palabras cortas, que pueden ser amorosas o agresivas.

Puede haber eyaculación sin orgasmo y también hay orgasmos sin eyaculación, consistentes en sensaciones orgásmicas a lo largo del acto sexual que se dan antes de la eyaculación. Incluso, en algunos casos, si el hombre se ha mantenido mucho tiempo con la erección, puede darse el caso de que la eyaculación no resulte tan placentera como los orgasmos previos a la misma.

El orgasmo masculino consta de dos fases; en la primera, que es silenciosa, se producen cambios internos en los testículos, la próstata y la vesícula seminal. La segunda fase ocurre en los genitales externos, pene y testículos. Cuando el hombre siente la inevitable descarga seminal, es porque sus órganos reproductores internos se han contraído para expulsar al semen; segundos después sentirá las contracciones orgásmicas en su pene y después de la última, la sangre se retirara lentamente y al cabo de 10 minutos el pene estará nuevamente flácido. El hombre entra en un periodo refractario, en el que no puede lograr otra erección fácilmente. Este periodo se alarga con la edad; los jóvenes tienen la capacidad de tener varias eyaculaciones en una sola sesión amorosa y los hombres de cincuenta años requieren de 12 a 24 horas para volver a tener otra erección. Pero la cantidad no debe ser lo más importante, sino la calidad de los mismos y ésta tiene que ver con el grado de excitación y placer obtenidos en el orgasmo.

Después del orgasmo, algunos hombres desean dormir plácidamente y, en cambio, otros se sienten llenos de energía y quisieran salir a correr. Lo que si es cierto es que el orgasmo no le quita la fuerza a ningún hombre y que en la medida en que se mantenga activo, su rendimiento sexual se mantendrá en un buen nivel: “lo que no se usa se oxida”.

Conforme el varón aprenda a conocer su cuerpo y se interese por satisfacer a su pareja sexual, aprenderá a controlar sus orgasmos, lo cual le permitirá mantener su pene en erección por el tiempo suficiente como para agradar a su compañera y sentirse satisfecho con el orgasmo que ambos logren, que no necesariamente debe ser simultáneo.

Para saber más:

Kaplan, H. S El sentido del sexo. Grijalbo

Vida íntima: enciclopedia de la sexualidad. Algar. Tres tomos.

Ago1
00

LAS FORMAS Y PERIPECIAS DEL PENE.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos,Parejas,Psicoterapia,sexualidad

 

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A través de la historia de la humanidad y de la geografía del planeta, el hombre siempre ha estado interesado e intrigado por las formas y rendimiento de su pene, pues ante la falta de información adecuada, los mitos sobre su preciado miembro, responsable de la supervivencia de la especie, se cultivaron en todas la épocas y latitudes, para darle cierta seguridad y confianza.

Esos mitos, cultos y fantasías sobre su forma, figura y función, se han esclarecido y tratado de diluir con el conocimiento científico sobre la sexualidad, hasta entrado el siglo XX. Sin embargo, continúan prevaleciendo en la mente de millones de personas de ambos sexos.

El hombre ha asociado la forma de su pene con su rendimiento y encanto sexual: si es grande, curvo, delgado, pequeño, cabezón o grueso. Sobre su anatomía se han escrito muchas cosas, que si es mejor largo y grueso o largo y delgado, derecho o curvo, que si los pequeños no son tan buenos como los largos, que si los largos lastiman a las mujeres, que si éstas los prefieren gordos o delgados, con o sin circuncisión. Se ha asociado la forma de las manos, la figura de la nariz y hasta de los pies con la del pene, sin que haya datos que confirmen ninguna relación entre una y otra anatomía.

Lo que si se ha confirmado con los estudios sexológicos y con las encuestas, es que más que la forma en sí, el uso que su dueño hace de su preciado instrumento es la clave para brindar placer a las féminas y que éstas prefieren una relación en la que el hombre sepa sacarle jugo a su pene, a otra en la que exista un pene grande y gordo sin habilidad y experiencia o lo que es peor, sin paciencia para esperar a que la mujer llegue al clímax y a su orgasmo. Algunas mujeres piensan que “No importa lo grande ni lo grueso, sino lo travieso y el tiempo que dure tieso”, confirmando con esto que es más importante lo que se haga con el pene, que su dimensión y forma.

El tamaño del pene es una de las preocupaciones que ha tenido el hombre a través de la historia, lo cual se ve reflejado en las obras escultóricas de  todas las latitudes del mundo, en donde se le ha rendido culto a falos gigantescos. Sin embargo, la realidad anatómica confirma que no se requiere de penes descomunales para procrear ni para dar placer. El tamaño promedio del pene es de entre 14 y 16 centímetros, medido en erección desde la base del pubis hasta la punta del glande. Los hombres de raza negra son quienes poseen penes más grandes y los de raza oriental los que tienen uno pequeño, cercano a los 11 centímetros.  Para algunas mujeres la curvatura del pene hacia arriba les puede ayudar a obtener estimulación en su punto G en la posición del misionero, pero para otras no. Que el pene sea gordo, estimula a algunas mujeres a sentir más placer y para otras un pene mayor a 20 centímetros puede resultar incómodo. También es importante señalar que los penes que en estado de flacidez se ven muy  pequeños, tienen una mayor capacidad de crecimiento en la erección, que los que se ven de mayor tamaño en flacidez; que los hombres gorditos parecen tener un pequeño más pequeño que los delgados, pero eso es solo una falsa percepción, por la grasa del bajo vientre, que lo hace parecer menor a su tamaño real.

Teorías y mitos se entremezclan cuando del pene hablan los hombres. Todo esto es producto de la ignorancia ancestral sobre el funcionamiento del mismo y derivado de la represión sexual en que se mantenido a la mayoría de la población, por lo cual se dejó ene olvido el estudio serio del uso y funciones del pene en las relaciones amorosas y sexuales.

Como todas las partes del cuerpo, el pene también requiere sus cuidados particulares: aseo diario con agua y jabón para retirar el esmegma que se acumula en el glande, aseo de las manos previo a tomarlo para orinar o tener relaciones sexuales; cuidarlo de los golpes bruscos y de las mordidas, cuando se practica el sexo oral; mantenerlo a temperatura adecuada, cuidarlo de las enfermedades de transmisión sexual utilizando adecuadamente el preservativo y/o evitando las relaciones sexuales con personas portadoras de alguna enfermedad de transmisión sexual. Consultar al urólogo ante cualquier cambio o anormalidad que produzca alguna molestia o llame la atención de su portador.

Con independencia de su forma y tamaño, el hombre debe sentirse seguro de que posee un pene funcional y quererlo tal como es, para evitar desear transformarlo con esos tratamientos falsos de agrandamiento o engrosamiento, que solo ponen en peligro su funcionalidad. En todo caso, lo que el hombre si puede hacer es aprender a controlar su erección y el tiempo de eyaculación para lograr un mayor placer personal y ofrecer a su pareja una experiencia más placentera en la interacción sexual.

El pene es una pieza fundamental del hombre en las relaciones sexuales, pero siempre estará bajo el control de la mente, de ahí que su funcionamiento dependerá siempre de la capacidad mental, psicológica y emocional, más que de su tamaño y forma.

Les dejo estos vídeos para una mayor ilustración del tema.

https://www.youtube.com/watch?v=t-yauYRsUxs

https://www.youtube.com/watch?v=qfBHjihSVw4


 

Jul17
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EL ORGASMO FEMENINO.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos,Familia,Parejas,Psicoterapia,sexualidad

ORGASMO FEMENINO

Aunque el orgasmo femenino y el masculino comparten algunas características comunes, es importante resaltar las del femenino, sobre todo porque ha sido el menos estudiado y porque existen millones de mujeres que desconocen la experiencia del mismo, además del funcionamiento de su cuerpo en el momento de tener las relaciones sexuales.

La mayoría de las mujeres tienden a excitarse con el contacto y las caricias siempre y cuando exista un interés afectivo por y con su pareja y para llegar al orgasmo ella necesita sentir amor por el hombre y sentirse amada, además de deseada.

Es importante que tanto el hombre como la mujer conozcan cómo reacciona el cuerpo femenino ante la estimulación sexual, para que ésta alcance el orgasmo con mayor frecuencia, facilidad y calidad.

La respuesta sexual femenina consta de cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución. En la primera fase, que se inicia con el contacto físico sus órganos sexuales o vulva, se llenan de sangre, de manera parecida a como lo hace el pene cuando tiene una erección, los labios internos de la vulva se hinchan ligeramente al igual que el clítoris y su capuchón, tomando una coloración rojo carmesí. La vagina, que normalmente está cerrada y seca, comienza a expandirse y ha humedecerse sus paredes como si sudaran. Todo su cuerpo se hace sensible y puede sentir la excitación en los pechos, el abdomen y la espalda.

En la fase de meseta, continuación de la de excitación, las dos terceras partes internas de la vagina se expanden y ésta llega a crecer hasta unos cinco centímetros más de lo normal. El tercio exterior se estrecha para poder sujetar al pene con más facilidad, los pechos se ponen turgentes y los pezones erectos, sobre todo al ser acariciados por el hombre. Todos los músculos que rodean los órganos sexuales se tensan, preparándose  así la plataforma orgásmica. La respiración se hace más profunda y rápida y puede sentir estremecimientos y calor por todo el cuerpo. Conforme se prolongue el juego sexual previo a la penetración, la mujer logrará estar en mejores condiciones para alcanzar el orgasmo.

La parte más sensible de los órganos sexuales femeninos es el clítoris, esa pequeña protuberancia por encima de la uretra y que muchas mujeres y hombres desconocen para su perjuicio. Este sensible órgano desempeña el papel más importante para que la mujer alcance el orgasmo. En la fase de excitación se pone erecto, como el pene, y la mujer siente un placer similar al que tiene el hombre cuando es acariciado en su glande. En la fase de meseta el clítoris se retrae hacia su caperuza y es necesaria la estimulación adecuada para que la mujer alcance el tercer estadio: el orgasmo. Éste se logra alcanzar durante el coito por el roce de los labios internos con el pene, pues el entrar y salir del mismo de la vagina, lo friccionan y estimulan de manera indirecta. En muchas mujeres no es suficiente esta estimulación indirecta y requieren que su clítoris sea acariciado en forma directa por su pareja, lo cual puede hacer con sus dedos o su lengua. En este último caso es importante que lo haga sin asco y que la mujer se sienta en la libertad de decirle a su compañero de qué manera le agrada más. Algunas mujeres no soportan la estimulación directa y necesitan que primero las estimulen alrededor de su clítoris para llegar al orgasmo, cuya fase comienza con una corriente de placer, concentrada principalmente en el clítoris, que se extiende rápidamente por todo el cuerpo. Los músculos alrededor de la vagina, la vulva y el ano se contraen rítmicamente de manera muy placentera y la mujer deja salir toda la tensión con uno o varios gritos tan fuertes, como sea su capacidad de desahogo, siempre y cuando no se sienta inhibida por el temor a ser escuchada por terceros.

Hoy día está comprobado que todos los orgasmos tienen su origen en la estimulación del clítoris y la mujer no tiene por qué sentirse mal por ello, pues algunas creen, erróneamente, que solo los orgasmos “vaginales” son los buenos, o los que tienen “las mujeres decentes”. Ciertas mujeres se sorprenden de la fuerza con que experimentan por primera vez el orgasmo y llegan a asustarse por sentir tanto placer. Conforme se acostumbran, descubren que es uno de los mayores gozos que hay en la vida y buscan tenerlo con la frecuencia y calidad de su agrado.

También existen las mujeres capaces de tener orgasmos múltiples en una misma relación sexual, experimentando esto como algo paradisíaco, enhorabuena por ellas y sus amantes parejas.

La cuarta fase es la de resolución, la cual comienza con la última contracción vaginal y continua hasta que todos los órganos sexuales han vuelto a su normalidad. Este proceso dura aproximadamente unos treinta minutos, aunque el clítoris recupera su tamaño y posición normales en veinte segundos después del orgasmo.

Pero no se sienta mal si no llega a experimentar todas estas sensaciones en las primeras relaciones, ni trate de fingir con su pareja que si tuvo el anhelado orgasmo. Es mejor que hable con él y le diga cómo se siente y lo que le gustaría que hiciera para ayudarle a lograr la satisfacción sexual a la que tiene derecho por ser su pareja. Tampoco intente tener un orgasmo simultáneo al de su compañero, recuerde que la respuesta sexual de él es algo diferente a la de usted, además de que la del varón suele ser más rápida. Recuerde que las respuestas sexuales de las mujeres también varían, así que lo importante es que usted se sienta satisfecha y alcance el orgasmo en la mayoría de las veces en que hace el amor con su pareja y si se siente inconforme y descontenta háblelo con él, para que mejoren sus experiencias sexuales.

Para saber más: Vida íntima: enciclopedia de la sexualidad. Editorial algar.

Jul7
00

JUGANDO AL SEXO.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos,Parejas,Psicoterapia,sexualidad

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El juego es una parte importante en la vida de todos los seres humanos, tanto en la infancia y en la adolescencia, como en la adultez y la vejez y en las relaciones sexuales no es la excepción. El juego previo en las relaciones sexuales, es un preparativo para el trabajo principal que es la penetración y culminación de la experiencia en el estallido orgásmico que complace a la pareja. En el juego previo a la penetración, los amantes pueden poner en práctica toda su imaginación y capacidad creadora, así como el interés en brindar placer al otro mediante el contacto, las caricias, las palabras, los olores, los masajes, las fantasías comunes, las diferentes posiciones, los juguetes sexuales, etc.

Una pareja que sabe gozar del sexo, reconoce la importancia de jugar con sus cuerpos y sus mentes antes de iniciar la penetración, aunque los más expertos lo pueden seguir haciendo una vez iniciada ésta, con la idea de incrementar el placer brindado y recibido antes de terminar en el orgasmo.

La mujer, por sus características biológicas y psicológicas, le concede la importancia adecuada al juego sexual, a diferencia del varón que siente la urgencia de la penetración para alcanzar la eyaculación. Como es sabido por la mayoría de las personas, la mujer tiene mayor necesidad de caricias, atenciones y dialogo, para alcanzar la excitación necesaria que le permita lograr un buen orgasmo con su pareja. Si el hombre no es capaz de comprender estas necesidades, se estará privando de una gran oportunidad de complacer a su mujer y de fortalecer los lazos afectivos con ella, y perderá la oportunidad de convertirse en el mejor amante sexual para ella.

El juego o juegos sexuales conllevan un conocimiento de las zonas erógenas de la pareja para saber estimularlas, acariciarlas, besarlas, a veces estrujarlas y otras contemplarlas con deseo, interés y pasión. Implica conocer al otro y tener la capacidad de postergar el momento de la penetración, hasta que se haya jugado lo suficiente y ambos se sientan listos para la penetración y la posterior descarga tensional.

Las parejas pueden elegir el tipo de juego de acuerdo con sus intereses, gustos y conocimiento de sí mismos y del otro. Siempre que ambos estén de acuerdo y no se dañe a terceras personas, cualquier juego que su creatividad les dicte será vivido placenteramente. Es importante reconocer que los juegos sexuales siempre serán un preparativo para el objetivo final que es la penetración y la descarga orgástica de ambos.

En los juegos sexuales se puede cambiar de posición física y de roles, de tal manera que se intercambien los papeles masculino y femenino, sin que ello genere angustias homosexuales en ninguno de los dos. También es importante conocer las preferencias de la pareja y saber externar las propias, así como pedir que el otrobpractique el juego propuesto. Los juegos sexuales deben ser espontáneos y las reglas, las mínimas posibles para que se dé la creatividad sin cortapisas y ambos exploren las sensaciones y emociones que la experiencia lúdica les proporcione.

Los juegos sexuales suelen durar mucho más tiempo que la penetración, porque la estimulación sobre el pene no es tan directa ni tan estimulante. Por otra parte el juego sexual casi siempre es previo a la eyaculación debido a que después de ésta el varón suele terminar exhausto y lo que menos desea es seguir siendo estimulado ni estimular a su pareja, tiende a yacer en un placentero reposo. En cambio la mujer, por su propia constitución es capaz de tener varios orgasmos en una sola ocasión sexual y puede estar dispuesta a seguir jugando después de cada orgasmo sin sentirse agotada por ello.

Sugerencias:

Conozca las zonas erógenas de su pareja y explórelas sin temor.

Hable con su pareja acerca de sus fantasías y deseo sexuales.

Déjese llevar por su creatividad e ingenio con su pareja

Invítela a jugar en cada ocasión para enriquecer sus experiencias sexuales.

No sienta culpa por lo que hace para disfrutar con su pareja.

No se inhiba en sus sensaciones.

No se limite, a menos que a su pareja no le agrade lo propuesto por Ud.

Juegue el juego del amor con su pareja, es gratis y muy placentero.

Para saber más:

El sentido del sexo. Helen s Kaplan. Grijalbo.

Guía del sexo. Anne Hooper. CD de Zeta multimedia.

 

Jun23
00

¿CÓMO SABER SI SOY EYACULADOR PRECOZ?

By Marco Antonio Perez Mora - artículos,Parejas,Psicoterapia,sexualidad

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Debido a que la eyaculación precoz es uno de los principales problemas de la sexualidad masculina y a que afecta directamente a las mujeres, pues les impide disfrutar de las relaciones con los hombres, es importante saber reconocer cuándo existe esta disfunción sexual. Algunos hombres tratan de negar su presencia, pues les avergüenza reconocer que no pueden tener un control voluntario de su eyaculación y, aunque se dan cuenta de que padecen el trastorno, lo niegan o evitan reconocerlo, con la falsa creencia de que así su pareja no se enterará o por lo menos ellos no afrontaran los reclamos. Pero con estas actitudes evitativas lo único que generan es que su pareja aumente su frustración y descontento, llegando a creer que no son amadas ni deseadas, con la consiguiente desilusión amorosa.

El eyaculador precoz es un hombre que no puede controlar voluntariamente el momento de la descarga seminal y por lo tanto no disfruta cabalmente de las relaciones y es incapaz de brindarle el placer requerido a su pareja sexual mediante la penetración vaginal o anal. Por lo general intenta realizar el acto sexual lo más rápido posible y se desentiende del placer que requiere su partenaire, justificándose de mil formas. Le angustia hablar del tema, evitando el dialogo con su pareja y puede tardar años en reconocer que requiere de ayuda profesional, pues considera como una herida narcisista grave, el hecho de que se le reclame su incapacidad sexual. La pareja del eyaculador precoz vive frustrada cotidianamente, pues las relaciones la dejan insatisfecha por lo rápidas que resultan, con el consiguiente sentimiento de enojo, que al paso de los años se incrementa, al grado de preferir evitar el contacto sexual con su acelerada pareja. Incluso el mismo eyaculador precoz no logra disfrutar cabalmente de sus fugaces penetraciones, lo que lo puede llevar a evitarlas, espaciándose las relaciones en el tiempo, prefiriendo refugiarse en la masturbación, en la que puede durar más tiempo antes de terminar.

Por lo general la eyaculación precoz es producto de los malos hábitos y educación sexual experimentados en la infancia y adolescencia. Cuando al hombre se le manda el mensaje de que el auto erotismo o masturbación son malos, dañinos y pecaminosos, el varón tiende a practicarlos con ansiedad y culpa, lo cual propicia que lo haga con rapidez. Al hacerlo de este modo, se va instalando un mal hábito que repercutirá en sus relaciones sexuales con su pareja, pues se queda afianzada la idea de que el sexo es malo, pecaminoso y culpígeno y que mientras más rápido se desahogue más pronto se librara de la ansiedad. Se convierte en una especie de reflejo condicionado que en ocasiones provoca que, ante la sola idea de la relación sexual, se eyacule sin control, incluso antes de la penetración, lo que se llama eyaculación “in portas”, con la consiguiente culpa, ansiedad y frustración de ambas partes. Él se siente frustrado y enojado por no haber podido lograr su deseo, ella por sentirse engañada, pues después de la eyaculación precoz, el varón suele perder interés en las relaciones, además de que se siente avergonzado y fracasado, por lo que ni siquiera intenta complacer a su pareja manual u oralmente.

En muchos de los casos en los que el problema se debe a malos hábitos, también existen miedos inconscientes e irracionales a la mujer y a sus genitales. Se cree que la vagina es un territorio oscuro y amenazador, que le puede causar algún daño al pene, se tiene la fantasía de que es una boca dentada que podría morder al pene, también se llega a creer que podría succionar la virilidad y por ello las relaciones se tienen con angustia, razón por la que se pierde el control de la eyaculación. En otros casos, el varón eyacula rápido porque su educación familiar le hizo creer que la mujer no debía disfrutar con el sexo, lo cual era solo para los hombres, por lo que no se interesa en complacerla y la utiliza solo como un depósito de semen. En estos casos el varón no siente culpa por ser tan rápido, puesto que en su mente existe la idea de que su mujer no necesita sentir el placer sexual. En otras situaciones, la mujer es asociada con la propia madre y la idea de mantener sexo con la figura materna genera angustia y el deseo de terminar lo antes posible, para librarse de las angustias incestuosas; se trata de un Edipo mal resuelto.

Por lo general, son las mujeres las que consultan con su ginecólogo o médico de confianza sobre este problema y son las que acuden a psicoterapia tratando de resolver el problema de su pareja que les afecta directamente, pues los varones tienden a evitar reconocerlo por la herida narcisista que esto representa para su masculinidad. Cuando ambos reconocen la existencia del problema y buscan la ayuda profesional, es más fácil lograr la solución, consiguiendo mejorar la comunicación y convivencia conyugal. Hoy en día las técnicas sexuales para corregir este problema son muy eficaces, e incluso algunos medicamentos suelen ayudar a mantener la erección y contener la eyaculación por más tiempo.

Es recomendable que si existe este problema en la pareja, se acuda lo antes posible en busca de ayuda profesional, para evitar que la relación conyugal se deteriore en detrimento del placer de ambos cónyuges.

Es recomendable que si existe este problema en la pareja, se acuda lo antes posible en busca de ayuda profesional, para evitar que la relación conyugal se deteriore en detrimento del placer de ambos cónyuges.

 

 

Jun11
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LA LIBIDO EN LA VIDA Y LA OBRA DE JOAN MANUEL SERRAT

By Marco Antonio Perez Mora - artículos,Parejas,Psicoterapia,sexualidad

LA LIBIDO EN LA VIDA Y LA OBRA DE JOAN MANUEL SERRAT

 

Jun10
00

EL USO DE OBJETOS EN LAS RELACIONES SEXUALES.

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas,Psicoterapia,sexualidad

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Para algunas parejas el uso de ciertos objetos resulta excitante y muy placentero, con lo cual enriquecen su vida sexual y mejoran sus lazos amorosos.

Son muy variados los objetos que una pareja puede llegar a emplear, desde una pluma de ave, aceites de olores afrodisíacos, cremas y perfumes hasta consoladores de diferentes formas y tamaños. Todos estos objetos se pueden comprar en las tiendas de artículos sexuales que existen en cualquier ciudad del mundo.

Este tipo de conductas es tan antiguo como el hombre mismo, solo que a últimas fechas los objetos se han hecho más sofisticados. El uso de estos artículos se remonta a miles de años atrás; existen documentos que prueban que los egipcios los empleaban 2,500 años antes de Cristo, y los romanos también.

Cuando una pareja decide introducir este tipo de objetos, lo hace con el fin de aumentar su placer y la variación en la rutina de sus relaciones; en la medida en que ambos estén de acuerdo, no se inhiban ni se sientan culpables, lograran su objetivo y se sentirán más unidos como pareja.

Para que la pareja disfrute con el uso de los objetos que haya elegido es importante que no se olviden de que lo más importante son ellos mismos y no los juguetes en sí. Que éstos deberán ser utilizados para beneficio de ambos y dejarlos en el momento en que a alguno de los dos le llegase a molestar o a incomodar por cualquier razón.

Si se llegan a emplear el o los objetos de manera obsesiva y si en su ausencia el placer disminuye, se estará ante un posible problema en la relación de pareja y/o en la psique de alguno de los dos, y sería recomendable la búsqueda de asesoría sexual y psicológica para aclarar las cosas y resolver el conflicto.

Es importante que la pareja dialogue de manera franca acerca de sus sentimientos y sensaciones físicas con el uso de los objetos sexuales que hayan elegido para su disfrute y cuidar que éstos no los dañen, ni afecten negativamente su relación.

Las parejas que deciden introducir en su alcoba este tipo de objetos, son parejas sanas que quieren enriquecer su mundo de sensaciones y experiencias sexuales y no hay razón para sentirse mal en ningún sentido, pues en algunos casos de terapia sexual se llega a recomendar el uso de algunos de ellos.

Lo que sí deben cuidar quienes emplean estos objetos es la higiene y que el uso sea tan personal como el del cepillo de dientes, de tal manera que no deben ser compartidos con otras personas por ninguna razón, pues se corre el riesgo de adquirir alguna enfermedad y por otra parte se perdería el valor íntimo y afectivo que el uso de los mismos tiene para la pareja.

Por otro lado, el uso de dichas piezas debe ser una parte de la relación y no el objetivo de la misma, pues éste debe ser la satisfacción sexual de la pareja, con o sin objetos sexuales.

Para elegir:

Puede comenzar con el uso de aceites afrodisíacos, continuar con el de vibradores para masaje muscular, hasta llegar al empleo de los famosos consoladores que tienen diferentes formas  y tamaños de  penes. Siempre que decida emplear este tipo de objetos, háblelo con su pareja y dialoguen sobre sus experiencias y sentimientos que les despierten a ambos y recuerden que la imaginación y las fantasías sexuales solo tienen como limites el respeto a su persona y a su pareja.

May31
00

EL SEXO DURANTE EL EMBARAZO

By Marco Antonio Perez Mora - Familia,Parejas,sexualidad

26 

A menos que un ginecólogo lo señale, no existe ninguna razón válida para que una mujer embarazada deje de tener relaciones sexuales con su pareja, durante prácticamente todo ese periodo. Es más, debería estar indicado el que mantenga relaciones sexuales como medida profiláctica de salud mental y física, pues hacer el amor fortalecerá los lazos entre la pareja en este periodo tan importante de su vida.

En los primeros meses de gestación, la mujer sufre cambios importantes en su cuerpo y los primeros ocurren en el tamaño, peso y sensibilidad de sus pechos y pezones, los segundos se dan en sus genitales que al hincharse de sangre y no retornar fácilmente a su tamaño y forma original producen una mayor excitación en la mujer, la cual necesita desahogar para no estar tensa.

En la mayoría de las mujeres, el deseo sexual se incrementa con el embarazo, pero los prejuicios sexuales les impiden expresarselo a su pareja, con lo cual se limita en la satisfacción sana de su sexualidad. Es normal que las mujeres embarazadas deseen tener sexo en este periodo y no deberían sentirse avergonzadas porque su libido se ve incrementada. De hecho podrán tener sexo hasta el octavo mes de embarazo sin ningún peligro para ellas o para su bebe.

Los esposos de  las señoras embarazadas suelen dejar de buscarlas sexualmente al ver que su vientre se abulta por los miedos que la ignorancia y los prejuicios les generan. Algunos hombres temen causarle cierto daño al producto, pero lo que ignoran es que el pene no puede llegar al útero, que es donde anida el futuro bebe. En otros casos, los temores son más inconscientes y llegan a temer a su mujer porque su estado físico les recuerda a su propia madre y creen que si tienen sexo con su pareja es como si lo tuvieran con su madre, lo cual les angustia mucho, razón por la que prefieren evitar el contacto sexual con su pareja. Otros creen que el embarazo es un estado de santidad y no se atreven a tener sexo con su mujer porque la sexualidad la asocian con algo malo y sucio, por lo cual tampoco aceptan que ellas manifiesten sus deseos sexuales, so pena de considerarlas unas libertinas.

Para otros hombres una mujer en gestación no les resulta excitante, no tanto por su figura en sí, sino por sus temores e ignorancia acerca del cuerpo de la mujer. En otras ocasiones, el hombre se resiste a tener contacto sexual con su pareja porque cree que su preciado pene puede resultar dañado.

Las mujeres embarazadas suelen llegar a experimentar orgasmos por primera vez en su vida en este periodo debido a la inflamación que sufren sus genitales, lo cual resulta muy placentero para ellas. Otras suelen tener orgasmos menos intensos por las mismas razones. Unas más suelen experimentar orgasmos múltiples por primera vez en su vida. Todas pueden gozar de la sexualidad si se deshacen de sus miedos, prejuicios e ignorancia sobre la sexualidad y sobre todo si tienen parejas comprensivas y amorosas que las amen por sí mismas y por su embarazo.

En casos extremos en los que el ginecólogo ha limitado la actividad sexual porque exista algún peligro para la madre o el bebé, queda la opción de la masturbación mutua como una forma sana de darle salida a la necesidad sexual, que por ninguna razón debería cancelarse durante el embarazo.

Es portante que se tengan ciertos cuidados en las posiciones que se empleen y que ante el menor sangrado vaginal se consulte al ginecólogo para que haga la revisión correspondiente.

La sexóloga Anne Hooper recomienda a los futuros papás lo siguiente para las relaciones sexuales durante el embarazo:

Sea tierno, romántico paciente y comprensivo.

Use distintos tipos de caricias al hacer el amor.

Mantenga su peso fuera del abdomen y los pechos de la mujer al hacer el amor.

No tenga prisas para hacer el amor durante el embarazo, y no tema experimentar.

Utilice muchas almohadas para una mayor comodidad y para mantener ángulos rectos alrededor de las curvas del cuerpo de su compañera.

No espere que ella sea capaz de concentrarse en el coito si el niño se mueve mucho.

No piense que algo anda mal si su compañera no tiene siempre un orgasmo.

No espere, ni trate de provocar orgasmos simultáneos.

No inserte nada en la vagina, salvo el pene o los dedos. No sople aire en el interior de la misma.

Durante el embarazo la vida sexual de la pareja puede y debe seguirse enriqueciendo.

Para saber más: Guía del sexo de Anne Hooper. CD de Zeta Multimedia.

La sexualidad femenina de Francoise Dolto, Paidós.

 

May19
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DIÁLOGOS CORPORALES.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos,Parejas,Psicoterapia,sexualidad

pareja amorosa

El lenguaje del cuerpo es universal, pero debe ser traducido por cada persona para que el otro (a) comprenda cabalmente lo que se quiere expresar. En las relaciones de pareja se experimentan sensaciones y emociones muy intensas que se manifiestan mediante cambios corporales. Algunos son visibles y conscientes, otros son inconscientes. En el intercambio amoroso de las relaciones sexuales, las reacciones suelen ser muy intensas y generalmente placenteras, pero a muchas personas les resulta difícil y penoso hablar de ellas. A otras les angustia registrar emociones tan fuertes y no tener control sobre ellas.

Cuando la pareja rompe con los prejuicios aprendidos y logra expresar abiertamente sus emociones y sensaciones experimentadas en el intercambio amoroso, el conocimiento de ambos propicia un enriquecimiento y fortalecimiento del vínculo libidinal, facilitando un incremento en la intensidad del goce sexual. Para lograr esto es menester contar con la confianza en sí mismo y en el otro (a), de que lo que se exprese no será usado en contra de ninguno, que será aceptado, respetado y comprendido como parte de la personalidad de cada uno.

Estallar, penetrar, recibir, contener, poseer, entregar, atrapar, son palabras que describen algunas de las emociones que se despiertan en la relación sexual y definen el placer vivido en el intercambio libidinal.

El cuerpo reacciona ante ciertos estímulos, que pueden ser placenteros o desagradables. Lo importante es saber identificarlos y poder compartirlos con la pareja para que ésta los conozca y los realice, o los evite en su práctica sexual. Poder registrar en qué partes del cuerpo se disfruta más del contacto, sea suave o fuerte, agudo o grave, implica tener la sensibilidad de contactarse con las propias emociones y contar con la capacidad de dejarse llevar por las sensaciones físicas, sin angustiarse por los pensamientos que acompañan a tales sensaciones. Conlleva la libertad de permitirse el disfrute placentero sin sentirse culpable, sin juzgar si la sensación es buena o mala en términos de juicios de valor social y/o religioso. En algunos casos, las experiencias corporales pueden hacer creer, a quien las tiene y a su pareja, que son propias del otro sexo y las angustias homosexuales las tienden a bloquear.

Si un hombre siente placer cuando su pareja le toca las nalgas, el perineo o el ano, puede creer que eso lo convertirá en homosexual y se negara a ser tocado en esa parte de su anatomía. Intentará evitar que su pareja se dé cuenta del gusto que ha experimentado, pues teme que ella piense que es menos masculino sí reconoce el placer experimentado en tales zonas. Algunas mujeres se inhiben de expresar el gusto que les da colocarse arriba de su hombre y sentir que lo poseen, porque creen que su pareja pensará mal de ellas. Temen que él se sienta mal o que crea que es lesbiana, por el hecho de disfrutar el frotamiento de su pubis y clítoris con las nalgas de él.

El cuerpo tiende a reaccionar ante los estímulos, caricias, besos, fantasías y pensamientos. Sus reacciones suelen pasar desapercibidas para quien las tiene y muchas veces es la pareja la que se da cuenta de ellas. Cuando expresa su percepción sobre las reacciones de su partenaire, éste suele negarlas, sorprenderse o se siente descubierto en algo que le apena o avergüenza. Sin embargo, no debería pasar nada de esto, pues son reacciones propias de la naturaleza humana. Es normal, sano y hasta recomendable entrar en contacto con nuestro cuerpo, para reconocer aquello que nos complace y lo que nos incomoda en el intercambio amoroso con la pareja.

Es conveniente, y hasta imprescindible, saber reconocer lo que gusta en uno mismo y conocer lo que a la pareja le agrada para poder recibir y brindarle un mayor placer en el intercambio sexual. El cuerpo habla por sí mismo, pero es necesario que su lenguaje se verbalice para que la pareja lo conozca, acepte y comprenda. Si se aprende a traducir adecuadamente lo que el cuerpo registra, el otro (a) conocerá de viva voz lo que es agradable y placentero, así como aquello que incomoda o molesta en las relaciones sexuales.

Las parejas podrían hacer el ejercicio de tocarse todo el cuerpo e irle diciendo al otro (a) lo que se va experimentando. Cómo se sienten las caricias en el cuello, en el vientre, en los senos, en los pezones, en la nuca, en las piernas, en las nalgas, en el pubis, en las manos, en los dedos, en los pies, en el pene, en los testículos, en el perineo, en el ano, en los codos, en la cara, en la boca, en la vagina, etc. Es recomendable que se tenga un lenguaje claro y llano. Que se nombre a las partes del cuerpo pos su nombre, al pene, pene y a la vagina, vagina. Que se dejen a un lado las inhibiciones, las angustias y los temores a lo que dirá o pensará el cónyuge. Es mejor preguntarle a la pareja qué piensa de lo que se ha manifestado. ¿Le parece normal, raro, agradable o rechazable, lo que se ha expresado? si es así habría que dialogar al respecto. ¿A alguno de los cónyuges le desagrada que al otro le guste algo en particular? Si así fuera, es buena oportunidad para charlar sobre el asunto y sobre los propios prejuicios y temores.

También se debe ser consciente que cada persona es un ser único y por lo tanto responderá de manera particular a ciertos estímulos. Lo que a uno le agrada puede ser que para el otro sea totalmente indiferente o hasta molesto. Por ello es conveniente mantenerse con una actitud abierta, sincera, honesta, receptiva y respetuosa de lo que la pareja manifiesta, respecto a su lenguaje corporal y su manera de traducirlo en palabras.

Nos o guste o no, el cuerpo tiene su propio lenguaje. A veces una caricia, un movimiento, dicen más que mil palabras. Sin embargo, es recomendable hablarlo, clarificarlo y puntualizarlo, para no permitir los malos entendidos, que solo generan falsas interpretaciones y desencuentros amorosos. El cuerpo tiene su propio lenguaje y conviene saber descifrarlo y compartirlo con la pareja.

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