Dr Perez Mora
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Dr Perez Mora > Blog
Feb28
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LOS BENEFICIOS PSICOLÓGICOS DE UNA BUENA SEXUALIDAD

By Marco Antonio Perez Mora - artículos
Bride and bride marriage in pride



Una buena sexualidad conlleva el placer compartido de ambos participantes. Hablamos de una sexualidad en la que los participantes se interesan por complacer al otro y disfrutar de dicha complacencia sexual. No es solo sexo por sexo, sino una sexualidad que satisface los deseos y necesidades de ambas partes, reflejándose en la obtención del clímax orgásmico.


Los buenos orgasmos traen su torta bajo el brazo, pues dejan a quienes los tienen, una sensación de satisfacción muy grata y completa. Después de un buen orgasmo, la pareja se siente más comprometida como amantes, hay un fuerte sentimiento de gratitud para con la pareja y de plenitud personal. Se refuerza el sentimiento de identidad, lo que lleva a mejorar la autoestima, pues tanto hombres como mujeres se sienten identificados con su rol sexual genérico y esto los hace experimentarse más hombres y/o más mujeres, por saber que son capaces de alcanzar el placer del orgasmo, habiéndolo brindado a su pareja también. Mejora el sentimiento de masculinidad y feminidad de cada uno.

En un buen orgasmo, la pareja queda satisfecha, porque generalmente ambos lograron lo que esperaban de la relación. El orgasmo no siempre, o más bien, casi nunca es simultáneo, pero si ambos lo alcanzan en la misma experiencia sexual, les deja una grata sensación que los liga y compromete más en el afecto y el amor de uno hacia el otro.

El orgasmo fortalece la relación de pareja porque es una experiencia muy personal e íntima que solo se vive con la pareja en cuestión. Ambos participantes sienten que se han dado uno al otro sin medida y que a su vez han recibido placer de la otra parte del mismo modo, por lo que el sentimiento de pertenencia se fortifica y los hace sentirse más unidos y cercanos.

Un buen orgasmo deja una sensación de plenitud personal en la que se sienten satisfechos y realizados. Tanto hombres como mujeres, tienen interés en saberse capaces de satisfacer a su pareja, al tiempo que desean que su partenaire sea igual de capaz de brindarles placer.

En el orgasmo, la persona se entrega por completo a su pareja y se muestra confiado con ella, por eso puede aflojar sus controles cotidianos y permitirse jadear y gritar en el momento del clímax, sin ningún temor a perder la compostura. La sensación de desahogo tensional brinda una grata experiencia de relajación que ningún masaje corporal consigue. El orgasmo también eleva la motivación para seguir lidiando con los avatares cotidianos en espera del próximo orgasmo en el que se experimente el placer de la fusión con el cuerpo y la mente del otro (a).

Al tiempo que durante el orgasmo se experimenta una sensación de pérdida de todos los controles voluntarios, se da una fuerte sensación de pertenencia con la pareja, de manera que se incrementa el sentimiento de ser uno con el otro de forma muy placentera.

Quienes tienen una buena sexualidad, logran con mayor facilidad tener buenos orgasmos y lo reflejan en su diario deambular por la casa, el trabajo, la escuela y la ciudad. Faltan menos al trabajo y son más exitosos en lo que emprenden. Caminan con mayor aplomo y confianza. Son personas optimistas, amables, satisfechas, atentas, realizadas, seguras de sí mismas, alegres, con buen tono muscular y facial, agradables, con sentido del humor, trasmiten buenas vibras y controlan con más facilidad sus malos momentos. Son más sanos en lo general. No son violentos ni agresivos, tienen capacidad de espera y toleran bien las frustraciones, son comprensivos con los demás y en casa son mejores parejas y mejores padres, suelen ser mejores ciudadanos, más altruistas, están comprometidos con la libido freudiana que preserva la vida.

Las parejas que logran tener una buena sexualidad, también han sabido darse buenos orgasmos, tienen una mayor frecuencia de relaciones sexuales que quienes no han sabido descubrir esta riqueza personal y conyugal, por ello su grado de satisfacción personal y conyugal, también es mejor y mayor. Son personas creativas y productivas, pues los orgasmos les inyectan energía y deseos de vivir mejor en la interacción con los demás.

Si se tuvieran que resumir los sentimientos positivos que una buena sexualidad deja en la pareja que la experimenta, serían los siguientes:

Sensación de plenitud personal, aumento de la autoestima, fortalecimiento de la identidad sexual personal, motivación para seguir adelante en todo lo que se hace, aumento de la auto confianza personal, mejoramiento del compromiso conyugal, desahogo de la tensión (es el mejor antiestrés), mejora el sueño y contrarresta el insomnio, aumenta la sensación de bienestar general, mejora el sistema inmunológico, fortalece el sentimiento de pertenencia con la pareja, aumenta la tolerancia a la frustración, disminuye la agresividad, incrementa la capacidad para sonreír y el deseo sexual se mantiene vivo y activo, manteniendo la espiral dialéctica: buena sexualidad-satisfacción-deseo compartir con el otro (a)-buen orgasmo y así sucesivamente.

Con un poco de interés, preparación y orientación, casi todas las parejas son capaces de mejorar su índice de satisfacción orgásmica, con los beneficios mencionados.



Nov26
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EL RENCOR EN LAS RELACIONES SEXUALES

By Marco Antonio Perez Mora - artículos
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El rencor es un sentimiento humano de resentimiento, odio, inquina o aborrecimiento que suele ensombrecer las relaciones humanas y surge de las frustraciones experimentadas en las interacciones con los otros. Puede originarse por haberse sentido ofendido, rechazado, humillado o simplemente por sentir envidia hacia la otra persona. Al no poder tener lo mismo que el otro tiene y se desea, se le siente rencor, expresándose mal o tratándolo con desprecio por ser el poseedor de mejores cosas o virtudes que las que el rencoroso ha logrado tener. En las relaciones sexuales y de pareja, son muchos los momentos y las situaciones por las que los otrora amantes, llegan a sentir rencor hacia el ser amado.

Cuando uno de los dos o ambos experimentan frustraciones en sus expectativas personales, amorosas y sexuales, tienden a culpar al otro por ello, reclamándole esas carencias propias con enojo y coraje, lo cual complica la sana relación y afecta el desempeño de sus relaciones sexuales, pues cuando sienten rencor hacia la pareja, este sentimiento neutraliza el deseo libidinal, evitando la frecuencia de las relaciones o afectando la calidad de su desempeño.

Aunque además también están las situaciones en las que el rencoroso expresa su resentimiento con sexo agresivo y humillante, utilizando a su pareja para desahogar su malestar utilizándola para la descarga de su enojo con un sexo agresivo y de mala calidad.

Causas

Sin embargo, el rencor puede originarse por múltiples causas y/o razones, entre ellas están el no sentirse correspondido, el sentirse decepcionado en sus expectativas, creer que la otra persona no se interesa en uno, las infidelidades o la idea de que el otro@ es infiel, creer que el otr@ tiene más interés en otras personas o actividades, tales como los hijos, los padres o el trabajo. También suele aparecer por razones justificadas, como cuando la otra persona se ha mostrado agresiva, distante, humillante, ignorante o displicente con las necesidades de la pareja.

El sentirse rechazado por la otra persona, sin entender las razones de tal rechazo, además de un sentimiento de minusvalía, suele provocar rencor hacia la pareja, con el consiguiente rechazo a las relaciones sexuales o a usar a éstas como un arma de venganza para hacer sentir mal al otro.

Por lo tanto, en muchos casos, cuando no ha habido causas evidentes de maltrato y humillación, el rencor surge por malentendidos, derivados de una mala comunicación, en la que se mal interpreta la conducta del otro. Si la pareja ha estado preocupada por trabajo, salud familia o dinero y no lo manifiesta a su pareja, ésta puede interpretar el rechazo sexual o la falta de deseo como la expresión de un rechazo hacia su persona y esto lo lleva a actuar en consecuencia con frustración, enojo y rencor.

Cuando el rencor no se soluciona, suele minar la confianza en la pareja, se distancian ambos y se enfría la pasión sexual. Es un sentimiento difícil de procesar, porque el rencoroso se siente herido y culpa al otro de ello, sin detenerse a pensar en que tal vez él haya puesto algo de su parte en lo que genero su rencor. Hay rencores que no se olvidan, como las infidelidades y esto provoca una escalada de maltratos continuos en demerito de la calidad de la relación conyugal y de la auto estima de ambos.

Soluciones

Después de todo, una buena y recomendable manera de procesar los rencores es hablándolos de manera asertiva con la pareja. Para hacerlo así, es recomendable sentarse a dialogar con tiempo, sin interrupciones y en un espacio agradable para ello. Expresar el sentimiento de dolor y frustración que ha originado ese rencor y el deseo de procesarlo para evitar que la convivencia conyugal siga dañándose. Una comunicación eficaz los puede llevar a comprender las causas que originaron ese resentimiento y buscar formas de solucionarlas.

En los casos en los que la pareja causante de este resentimiento reconoce su participación, es recomendable que lo manifieste y exprese su deseo de no volver a hacerlo, para recuperar la confianza de su partenaire en la relación; cuando lo que ha originado ese rencor es una envidia, consciente o inconsciente, el rencoroso deberá analizarlo y reconocerlo para que juntos la puedan tramitar en favor de la relación.

Para evitar que los rencores conyugales enfríen la pasión sexual, es imprescindible una buena y abierta comunicación, que ayude a entender lo que les ha pasado y puedan decidir si continúan su aventura amorosa, dejando atrás esos momentos de frustración y enojo. En los casos en los que el rencor no pueda ser tramitado adecuadamente, deberán considerar poner fin a esa relación desgastante para poder continuar su vida sin ese lastre de resentimientos, odios y rencores que mina su auto confianza.

Cuando la pareja nos se siente capaz de manejar este tipo de problemas y conflictos, lo recomendable es buscar ayuda profesional que les facilite comprenderse y darle vuelta a la página del rencor, para restablecer su vínculo amoroso y sexual.

Sep27
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DISPAURENIA O COITO DOLOROSO, CUANDO EL PLACER SE CONVIERTE EN DOLOR.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos



IMAGEN DE STOCK SNAP EN PIXABAY

Cuando una pareja sufre de dolores a la hora de llevar a cabo el coito o de plano le resulta imposible realizarlo, se enfrenta a situaciones angustiantes, que si no son atendidas a tiempo y adecuadamente pueden afectar gravemente la autoestima de quien la sufre y la estabilidad de la pareja, poniendo en riesgo la continuación de la relación. Si el coito se puede realizar y los dolores ocurren durante la penetración, el trastorno es una dispareunia, si es imposible de realizar, se esta frente a un vaginismo, en ambos casos las molestias las vive principalmente la mujer, aunque el hombre se ve privado del placer, al igual que su compañera, por estas dificultades. Pero si es el hombre el que sufre para disfrutar de la penetración, se esta frente a problemas que tienen que ver con alguna enfermedad de transmisión sexual o ante una fimosis, que es cuando el prepucio encierra la cabeza del glande y en la penetración se experimenta un fuerte dolor.

En los casos de la dispareunia y del vaginismo, las causas pueden ser físicas y emocionales. Problemas de cistitis o inflamación de la vejiga, infecciones de las vías urinarias, enfermedades de trasmisión sexual, alteraciones en el meato urinario, irritación del clítoris, resequedad vaginal por falta de estímulos adecuados al momento de la penetración, alergia al látex de los condones, vagina infantil, que suele ser muy rara, son algunas de las causas que deben revisarse con el ginecólogo y el urólogo. Si estas alteraciones son descartadas o si después de haberse resuelto, persisten los dolores y la incapacidad para la penetración, debe considerarse el aspecto psicológico y emocional, en el que se ha encontrado que una mala educación sexual, los prejuicios sexuales, la culpa, la ignorancia de los genitales femeninos y masculinos, los miedos conscientes e inconscientes, experiencias de abuso sexual en la infancia o la adolescencia, así como una conducta agresiva por parte del compañero sexual, influyen de manera determinante para que la mujer sienta dolor al momento de la penetración y esto le impida disfrutar de sus relaciones sexuales. Después de cada experiencia dolorosa, la mujer incrementara su rechazo a tener relaciones sexuales y frente a nuevas situaciones, volverá con sus angustias a contraer las paredes vaginales de tal manera que le resulte dolorosa la penetración. En el caso del vaginismo, la penetración es imposible, pues la mujer oprime con una fuerza increíble los músculos de su vagina, que no permite que entre absolutamente nada. En estos casos el problema suele ser 100% emocional y necesita de una terapia sexual y emocional para que descubra el origen de sus miedos y aprenda a relajarse y a permitir que su compañero la penetre sin sentir molestias ni miedos irracionales. En algunos pocos casos el dolor podrá provenir de un pene demasiado grande, pero aún en dichos casos existen posiciones que la pareja podría tomar para que la penetración resulte placentera. Cuando es el varón quien siente dolor en la penetración, evitará las relaciones sexuales en detrimento del placer de su pareja y de sí mismo. En estos casos deben descartarse infecciones o irritaciones del pene por alguna enfermedad de transmisión sexual o el estrechamiento del prepucio, en cuyo caso debe realizarse la circuncisión por parte del médico y tratarse con antibióticos la infección que se haya detectado. Aunque son muy raros, puede tratarse del caso en que alguna deformación del pene sea la causante del dolor en el coito y esto solo lo puede diagnosticar y corregir el urólogo o el andrólogo.

Es común que cuando se padece de alguno de estos trastornos de la vida sexual, se mantenga en silencio durante años y se consulte al especialista solo hasta que las dificultades amenazan la estabilidad de la pareja, como fue el caso de Mario, un hombre de edad mayor quien evitaba las relaciones con su esposa porque padecía de fimosis. Él amaba a su mujer con quien había procreado varios hijos y tenía más de 25 años de casado, pero le sacaba la vuelta a las relaciones sexuales y prefería masturbarse, ya que así mantenía el control de la estimulación sobre su pene y no se lastimaba. Su mujer, una bella señora, se había cansado de que él la evitará y le había pedido que buscara ayuda profesional, amenazándolo con terminar su relación conyugal si no ponía remedio a la situación. Después de trabajar un tiempo sus angustias, temores y penas para hacerse la circuncisión, acepto realizarla y su vida sexual mejoro notablemente, no sin antes trabajar sobre sus miedos, ignorancias y prejuicios acerca de la sexualidad en general. Angélica, es una joven y guapa mujer de 30 años, casada hace tres y que nunca ha logrado que su pareja la penetre pues sufre de vaginismo. Su ginecólogo la ha revisado y no ha encontrado nada anormal en sus genitales, pero ella se muere de pánico al momento en que su marido la intenta penetrar y éste no lo ha logrado. Ella ha buscado ayuda porque además de que desea experimentar el coito y de que ama  a su pareja, desea tener hijos. En su historia existen incidentes de intentos de abuso sexual por un familiar cercano cuando era niña, que la dejo traumada frente a la sexualidad. Ella desea resolver el problema y anhela ser penetrada sin dolor por eso ha buscado ayuda médica y psicológica. Frente a este tipo de problemas, el trabajo profesional debe realizarse en equipo con el ginecólogo, andrólogo, urólogo, sexólogo y psicoterapeuta, para abordar todos los posibles ángulos del problema y ayudar a la persona y/o pareja a restablecer el placer de su vida sexual, dejando en el pasado sus temores a la sexualidad. La terapia de estos trastornos suele ser médica, psicológica y educativa con altos índices de recuperación cuando se siguen las indicaciones brindadas por los especialistas. Cuando el placer amenaza convertirse en algo doloroso, vale la pena invertir en un tratamiento profesional para recuperar la capacidad de goce sexual y fortalecer las relaciones conyugales en beneficio propio y de los hijos.

Sep27
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INCONSCIENTE Y SEXUALIDAD

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

La genialidad de Freud consistió en que no se dejó guiar por las cosas conocidas de su tiempo, sino que su espíritu de investigador lo llevó a ver más allá de lo evidente, razón que lo guio a descubrir que en la conciencia solo registrábamos lo presente y que la mayor parte de nuestras experiencias de la vida se encontraban en el inconsciente, reprimidas e impedidas de salir a la conciencia por lo que él llamo el Super Yo o conciencia moral, que impide que afloren a la conciencia los deseos sexuales y agresivos, so pena de hacerle sentir una gran culpa y desasosiego al que se atreve a hacerlos conscientes.

Sin embargo, los contenidos del inconsciente suelen aflorar disfrazados de síntomas mentales, psicosomáticos, lapsus linguae, actos fallidos, sueños, olvidos, fantasías y conductas de autosabotaje.

Del total de los contenidos existentes en la mente de cualquier persona, lo que se registra en el consciente es algo así como un 10 por ciento, el otro noventa por ciento se encuentra en el inconsciente y por eso es tan poderoso, pues nos lleva a realizar un sinfín de conductas a las que no les encontramos explicación.

La genialidad de Freud consistió, entre otras cosas, en descubrir el método para hacer consciente lo inconsciente a través de la asociación libre, de la interpretación de los sueños y del análisis de los actos fallidos y de los lapsus linguae. De esta manera descubrió que en el inconsciente subyacen, reprimidos y pugnando por aflorar, un sinfín de deseos insatisfechos por la imposibilidad de expresarlos, debido a las prohibiciones morales, religiosas y culturales.

Los conflictos generados por la lucha entre los deseos libidinales y los agresivos, entre las ganas de disfrutar y las prohibiciones morales, generan fuertes represiones, olvidos y negaciones de la realidad. A pesar de la fuerza de la represión, los deseos luchan por salir a la conciencia y presionar al Yo para que les de satisfacción en la vida real y cuando esto no es posible, surgen en las fantasías, los sueños, los delirios, las alucinaciones y las enfermedades psicosomáticas, provocando mucha angustia.

Dentro de los principales contenidos del inconsciente se encuentran los deseos sexuales más primitivos del ser humano, entendiendo por primitivos, los que han surgido desde el nacimiento, a los que Freud denomino pulsiones parciales, tales como los deseos orales, anales, fálicos, de competencia y rivalidad; todos ellos incestuosos, por lo que en la adolescencia y adultez generan angustia y son reprimidos y enviados al inconsciente. Pero que estén en el inconsciente, no quiere decir que no existan. Dentro de estos deseos sexuales reprimidos están los deseos orales de ser satisfecho por el seno materno de manera inmediata, sin condiciones y de forma abundante, como cuando se era un bebé hambriento. Los deseos anales de expulsión y atrapamiento, derivados de la función excretora, conllevan el gusto por la suciedad, el control, la higiene, la manipulación, la imposición, tal como se le enseño al niño a controlar sus esfínteres. Los deseos y fantasías edípicas que surgen en el periodo de la fase fálica, entre los 3 y los 6 años, que implican el deseo de posesión sexual de la madre o el padre, también se encuentran reprimidos en el inconsciente.

Todos estos deseos, propios de las experiencias infantiles, radican en el inconsciente y cuando han sido reprimidos con excesiva fuerza, pugnan por salir a la conciencia, pero disfrazados de síntomas, sueños, fantasías, actos fallidos y lapsus linguae. Cuando salen sin filtros, hablamos de que no hay represión, resistencia ni censura y que afloran en estado primitivo, lo cual ocurre en las conductas violatorias, en las alucinaciones y delirios, en las adicciones al tabaco, alcohol, drogas, comida, juegos de azar.

En ocasiones los deseos sexuales reprimidos afloran a la conciencia disfrazados por el lenguaje, como cuando la pareja le dice papi, mami, mijo o mija al otro o cuando hemos elegido a nuestra pareja con características muy similares a uno de nuestros padres. Generalmente el hombre suele elegir a su pareja con rasgos parecidos a los de su figura materna, haya sido su progenitora, abuela, tía o hermana mayor y la mujer elige a su pareja conforme a los modelos de la figura masculina que la hayan educado.

Mientras la represión y la censura realicen su trabajo adecuadamente, no sean extremos y permitan cierto desahogo, la conducta sexual y en general de la persona será adaptativa a su entorno, podrá disfrutar del desahogo de sus deseos libidinales, será productivo, creativo y tendrá capacidad de disfrutar de su vida en general.

Cuando la represión super yoica haya sido muy fuerte y no le permita al sujeto desahogar algo de sus deseos, aparecerán los síntomas mentales, las disfunciones y perversiones sexuales como medio de darle salida a dichas necesidades, pero contaminadas con la agresión y la culpa.

Por todo lo anterior es muy importante darnos un tiempo para conocer a nuestro inconsciente y saber qué tanto está reprimido y oculto, para poder desempeñarnos más libremente de estas ataduras. Quien se conoce mejor a sí mismo es más dueño de su propio inconsciente y está menos a merced de lo desconocido, que es suyo.

Para conocernos más y mejor, nada más idóneo que tomar una terapia psicoanalítica con un profesional reconocido, que nos ayude a comprender buena parte de lo que habita en nuestro inconsciente y que motiva la mayor parte de nuestras conductas, síntomas y formas de ver y vivir el mundo.

Abr17
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LA SALUD MENTAL DE LOS MEDICOS Y EL PERSONAL SANITARIO FRENTE AL COVID-19.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

 

La pandemia del COVID-19 nos pondrá a prueba a todos en el mundo, particularmente al personal médico y sanitario que se enfrentará a un enemigo poderoso, el cual se cobrará miles de víctimas, ante la mirada impotente de los facultativos, que solo verán como aumenta el número de casos sin que ellos puedan hacer mayor cosa para disminuirlos. La falta de equipo hospitalario y de cuidado personal, será uno de los factores que aumentarán el estrés para manejar el tratamiento de los pacientes hospitalizados. El sobrecupo en las salas y el riesgo de resultar contagiados o contagiar a sus seres queridos: compañeros, cónyuges, padres, hermanos, hijos, será otro elemento estresador. La sobrecarga laboral, con exceso de pacientes y de horas diarias en el frente de batalla, minará sus capacidades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y de reacción frente a la emergencia.

Las jornadas extenuantes, atendiendo pacientes graves y levantando actas de defunción, los exprimirá al máximo, afectando su apetito, su sueño, su capacidad de pensamiento y sus reacciones frente a la crisis. Estarán ante un enemigo que no les dará cuartel hasta que sea derrotado, después de semanas o meses de agotadoras jornadas de más de doce horas de trabajo, sin poder descansar realmente.

Es por esto por lo que el apoyo psicológico y la psicoterapia, se vuelven indispensables para sostenerlos de pie en el frente de batalla, si ellos flaquean, nos morimos todos. Los médicos y todo el personal sanitario que afrontará el tratamiento de los pacientes con COVID-19 necesitan estar reforzados en lo físico y lo emocional para derrotar al enemigo.

Para mantenerlos fuertes es necesario, además de brindarles las herramientas para su trabajo, no exigirles jornadas que los agoten físicamente. Orientarlos sobre la importancia de hablar de sus angustias y miedos, sin que se sientan avergonzados por tenerlas. Motivarlos a que se expresen, para que la catarsis les ayude a evacuar el estrés acumulado. Hablar de los miedos, enojos, rabia, coraje, frustración por la impotencia de no poder ayudar a salvar a todos los pacientes, es tan necesario, como comer, dormir y evacuar diario.

Las manifestaciones del estrés por este tipo de trabajo son: pérdida del sueño o hipersomnia, alteraciones del apetito, dificultad para pensar con claridad, olvidos de cosas básicas, irritabilidad, aislamiento, ganas de llorar, vergüenza, culpa por no ser mejores, violencia, depresión, ideas suicidas, fatiga extrema, dificultades sexuales y tensiones conyugales. Un médico, una enfermera, un camillero, una afanadora o cualquier otra persona que labore en un hospital COVID-19 necesita sentirse bien y enfrentar el estrés con fortaleza. Pero para esto, necesita la ayuda del personal de salud mental: psicólogos, psicoterapeutas, psiquiatras, que le faciliten la evacuación de sus miedos y ansiedades, para que su mente se limpie a diario de todo el veneno que absorberá día a día.

Para algunas personas del área sanitaria, está será su primera experiencia al frente de la línea de combate, ante un enemigo tan mortal como el virus SARS-COV2, lo cual incrementará sus miedos de manera acumulativa. Por ello es recomendable informarles que deben buscar el apoyo de otros colegas, familiares, cónyuges y profesionales de la salud mental para externar sus ansiedades y miedos, de tal manera que se puedan recuperar y mantenerse fuertes ante el embate del COVID-19.

Es importante que reconozcan la relevancia de comer y dormir muy bien, de descansar físicamente y de hacer algo de ejercicio para mantenerse fuertes. Deben saber que el estrés aumenta la producción de cortisol y que esto les merma sus capacidades profesionales y laborales. Si se llegan a sentir culpables por creer que podrían haber salvado más vidas o por pensar que pudieron haber hecho algo más por ayudar al paciente, deben expresarlo con alguien de su confianza y buscar la orientación y ayuda de un profesional de la salud mental.

Para el personal sanitario que lo necesite, pongo a su disposición mi experiencia de más de 37 años como profesional de la salud mental, de manera gratuita, mientras dure la contingencia en el país. Pueden contactarme el 333615-1750 o al correo dr_perezmora@yahoo.com www.drperezmora.com

fotografía tomada desde: https://www.hispantv.com/noticias/ee-uu-/451941/sanciones-iran-coronavirus-oms

Abr13
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LA SALUD MENTAL EN LOS TIEMPOS DEL COVID-19.

By Marco Antonio Perez Mora - Psicoterapia

La salud mental es primordial para la tener una calidad de vida satisfactoria, armoniosa y productiva. El equilibrio mental se puede romper por muchas razones, entre ellas el miedo real o imaginado, las pérdidas físicas, familiares, emocionales, económicas, laborales, etc.

En situaciones como las que el mundo vive y sufre, derivadas de la pandemia por el SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID-19, las amenazas a perder la salud, a los seres queridos, el empleo, el dinero, la libertad de movimiento, las relaciones interpersonales, etc., generan ansiedad, miedo, angustia, pánico, depresión, desconfianza, desolación, inseguridad, insomnio, trastornos alimenticios, problemas de conducta, irritabilidad, desolación, rabia, impotencia, coraje, frustración.

Una o varias de estas conductas, afectan la calidad de nuestra vida y deterioran nuestras relaciones interpersonales en todos los campos de la vida social, repercutiendo en nuestro pensamiento, sentimientos y conducta. Dejamos de pensar con claridad, el miedo nos invade, nos frustramos y nos enojamos contra todo y contra todos, nuestra energía decae, nos evadimos y queremos evitar nuestras responsabilidades, la impotencia nos impide pensar y actuar razonablemente, nuestra actividad y productividad caen vertiginosamente y sin hacer mayor cosa, nos sentimos fatigados y desmoralizados.

Es por ello por lo que la ayuda psicológica profesional es de vital importancia, sobre todo para aquellas personas que trabajan en el campo de la salud física: médicos, enfermeras, químicos, trabajadoras sociales, afanadoras, pues ellos están en el frente de batalla para salvar las vidas de quienes sufren las consecuencias del contagio por COVID-19.

Parte de la terapia psicológica en estos casos es lo que se denomina intervención en crisis, consistente en brindarle a las personas que lo requieren un espacio para ser escuchados sin ser juzgados. Facilitarles un tiempo de escucha profesional es la primera parte del proceso para evitar que estos profesionales de la salud se derrumben o vean minadas sus capacidades profesionales. Ayudarlos a expresar sus ansiedades, fatigas, frustraciones, enojos, miedos, rabia, por las situaciones estresantes que enfrentan, no les resuelve sus problemas, pero si les ayuda a descargar la tensión, es lo que se conoce como catarsis emocional.

Las sesiones de intervención en crisis deben ser tan frecuentes como las personas las soliciten para fortalecer su autoestima, su personalidad, de forma tal que les permitan seguir desempeñando su trabajo en el frente de batalla, cuidando pacientes y salvando vidas.

Es importante señalar que pedir ayuda psicológica no es muestra de debilidad, como algunos creen. Al contrario, es señal de que se esta vivo, de que se es responsable y de que se requiere del apoyo psicológico y emocional para mantenerse fuertes ante las adversidades que conlleva esta pandemia.

Frente a esta grave situación por la que atraviesa la humanidad, ofrezco mi experiencia profesional como psicólogo y psicoanalista, con más de 35 años de experiencia, para todas aquellas personas del campo de la salud médica que requieran de la ayuda y la psicoterapia psicológica vía on line: médicos, enfermeras, camilleros, químicos, trabajadoras sociales, personal de intendencia, Administradores, que laboren en hospitales COVID-19

Todo esto de manera GRATUITA mientras dure esta contingencia, e invito y conmino a mis colegas de la salud mental a que se sumen a esta campaña para brindarles esta ayuda profesional a todo el personal médico que está ofreciendo sus servicios en los hospitales y clínicas del país para enfrentar esta pandemia.

Juntos saldremos adelante, juntos lo haremos mejor, juntos venceremos la adversidad.

Ene23
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SEXO EN EL TRABAJO Y EN LA ESCUELA

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

Las relaciones sexuales entre hombres y mujeres conllevan, en sí mismas, una situación implícita de cierto poder y dominio influenciada por la cultura. Por lo general son los hombres quienes establecen el control de la relación desde el momento de la seducción con el cortejo y después en el sexo mismo, lo cual es un resabio del instinto animal que todos los seres humanos llevan dentro. Si a dicha situación ancestral se le agrega el ámbito laboral o escolar entre jefes y subordinadas o entre maestros y alumnas, los problemas se incrementan por las diferencias de poder y autoridad en los roles ajenos al sexo.

 

Es muy común que muchas relaciones amorosas se den en la escuela o en el trabajo. Si la relación entre los participantes es de igualdad respecto al nivel de jerarquía, los problemas se verán influenciados solamente por las diferencias entre los sexos, lo cual no es poca cosa en sí, pero si se dan entre distintos niveles de jerarquía, las dificultades se incrementan significativamente, porque quién posee más autoridad, tratara de emplearla en sus intentos seductores y de control del otro (a), como se aprecia en la película “acoso sexual”, con la bella Demi Moore y Michel Douglas. Generalmente son los hombres quienes suelen ejercer este tipo de acosos y de selección de sus parejas, pues el poder de la jerarquía les suele dar más confianza para asediar, conquistar y tratar de dominar a la mujer. Es el típico caso del jefe con la secretaria, del doctor con la enfermera o del maestro con la alumna. En estas situaciones es común que la mujer se sienta en desventaja general con el galán y que lleve a la cama las mismas situaciones de jerarquía y de sometimiento del trabajo o la escuela, de tal manera que tienda a servirle al otro, en lugar de tener una relación más pareja y equitativa. El sentimiento de dominio que la superior jerarquía le confiere al hombre le impide ver en la mujer a otra persona con los mismos derechos que él para disfrutar del sexo y tiende a perpetuar el sistema de jefe-subordinado en sus relacione sexuales y amorosas, lo cual suele ser reforzado por las familias y por la cultura en general, que aún sigue siendo falocéntrica.

 

Si se trata de la fase del cortejo, la mujer suele sentirse amenazada por la autoridad del hombre y aunque en ocasiones se sienta halagada porque el jefe se ha fijado en ella, las diferencias jerárquicas la llevan a aceptar situaciones y condiciones que no permitiría si fueran solo compañeros de trabajo o de escuela. Cuando se establece una relación formal sobre las bases de que uno de los dos tiene mayor jerarquía laboral o académica, los problemas suelen ser más serios y éstos se incrementan si la persona que ocupaba el lugar inferior llega a sobresalir y a estar arriba del otro. En estos casos, quien tenía la autoridad inicialmente, se llega a sentir fracasado e intenta sabotear a su pareja en sus logros, pues no tolera que sea más que él en el terreno laboral o escolar. Consecuentemente, las dificultades sexuales surgen para acrecentar la distancia emocional y si no existe una adecuada y exitosa comunicación, corren el riesgo de caer en depresión, adicciones o en la separación, como les pasa a los protagonistas de la película “La guerra de los Roses”.

En otras ocasiones simplemente se cambian los roles y los problemas siguen siendo los mismos. La mujer es quien lleva la batuta y el hombre quien se somete, y así se mantiene el equilibrio entre la pareja. Son situaciones que suelen darse cuando ellas progresan en su trabajo o negocios y ellos caen de su pedestal o se jubilan prematuramente.

 

En cuanto a las relaciones dentro del trabajo o la escuela, cuando hay diferencias jerárquicas, quien está en el nivel inferior no puede defenderse de las opiniones, ideas, sugerencias o peticiones del que tiene el mando y esta situación le impide ser como realmente es. Pilar era una de las chicas más guapas del salón de clases en la universidad y se enamoró de uno de sus maestros, quien todo mundo sabía era un conquistador de alumnas. Ella anhelaba una relación paterna de protección y se sentía especial por andar con el profesor. Él era un tipo mucho mayor que ella y ejercía un fuerte y duro control sobre ella y no paso mucho tiempo antes de que la relación se volviera tormentosa y Pilar se la pasará llorando en la misma escuela. Por fortuna para ella, él la rechazo y se fue a vivir a otra ciudad. Con los años ella se casó con otro hombre que no tenía ninguna relación de poder laboral o escolar previa al matrimonio.

 

En algunas situaciones la relación entre jefe y subordinada o maestro y alumna, llegan a ser matrimonios exitosos en base a que se mantiene el estilo de relación en el que sigue manteniéndose la jerarquía. Son relaciones de tipo complementario, en las que quien domina se siente bien con el sometimiento de la otra parte y ésta se siente bien con su rol de secretaria o de alumna, sin tener ningún conflicto por ello. Los problemas surgen cuando alguno de los dos pretende modificar los roles y el otro se siente amenazado con el cambio.

 

Debido a las tendencias a abusar de la autoridad laboral y escolar, tan típicas de muchos hombres que no saben manejar su autoridad y poder, en los últimos años se ha legislado en la mayoría de los países, para evitar y sancionar el abuso sexual en el trabajo y/o en las escuelas, de tal manera que las mujeres, quienes son las que se ven más expuestas a estas situaciones de acoso sexual, puedan defenderse y no verse expuestas a sometimientos ni a ninguna clase de vejaciones u humillaciones por sus jefes o maestros, por el hecho de que tienen el poder y la autoridad jerárquica. Es muy diferente la situación cuando ambas partes deciden establecer la relación sexual, sin que medie el sometimiento por la jerarquía.

En muchas otras situaciones, el trabajo se convierte en un impedimento para la sana convivencia sexual con la pareja, porque el estrés que provoca el exceso de trabajo o su mala ejecución aumenta los niveles de cortisol, disminuye los niveles de testosterona y esto merma el deseo sexual, prefiriéndose el refugio en el trabajo en lugar de los brazos de la pareja.

La fotografía ha sido obtenida desde: https://es.123rf.com/imagenes-de-archivo/sensualidad_en_la_oficina.html?sti=lncqkrrfbw8khjycni|&mediapopup=123088522

Ago13
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AUTO ESTIMA SEXUAL[1].

By Marco Antonio Perez Mora - sexualidad

La autoestima es el valor que el individuo tiene de sí mismo y por sí mismo, incluyendo en ello su cuerpo, su mente, su espíritu y su psique. Se forma desde la infancia en base a las interacciones que se tienen con los padres y cuidadores. Una persona que ha sido deseada y amada tendrá una autoestima sólida, alta y fuerte, se sentirá segura de sí misma, será productiva, solidaria y capaz de amar a quienes la rodean. En cambio, las personas que no se hayan sentidos amadas ni deseadas, se sentirán poca cosa, creerán que no merecen cosas buenas y caerán en problemas psicológicos que los llevará a menospreciarse, a ser menos productivos y eficientes, a sufrir de depresión, ansiedad y muchos otros problemas.

Actualmente muchas personas sufren porque tienen una baja autoestima, entendida como la falta de amor hacia uno mismo, reflejándose en que creen que no merecen vivir en el mundo, porque no se sintieron queridos por sus padres en la infancia temprana. Sufren de falta de narcisismo sano. También hay personas que tienen una baja auto estima sexual porque no se aceptan con el cuerpo que tienen y porque rechazan sus deseos sexuales, o simplemente no saben cómo darles satisfacción. En cambio, quienes gozan de una buena auto estima sexual, son personas que reflejan satisfacción, se ven radiantes, productivas y creativas. Además, tienen relaciones sexuales con la frecuencia y calidad que ellos desean y que sus parejas agradecen, pues también son beneficiarias de dicha situación.

Para alcanzar una buena auto estima sexual es necesario tener un buen esquema corporal, consistente en aceptarse con el cuerpo que se tiene, empezando por reconocerse como hombre o como mujer, según sean los genitales con los que se haya nacido. El esquema corporal se va construyendo desde el momento de nacer y las fantasías y deseos de los padres son parte importante del proceso. Si ambos padres aceptan al hijo o hija con el sexo biológico con el que nace y lo educan para adquirir las conductas propias de su género, el niño (a), crecerá sintiéndose bien por lo que es y sabiéndose querido por sus padres. Conforme va creciendo ira adquiriendo los patrones de conducta propios a su sexo, alcanzando una identidad de género adecuada al mismo. En la adolescencia, la crisis hará que todos se replanteen su identidad de género y si las cosas van bien, hombres y mujeres se convertirán en adultos bien identificados con el sexo que les corresponde.

En el proceso de identificación sexual genérica suelen pasar muchas cosas y algunas personas se sienten mal con el cuerpo que tienen, llegando a rechazarlo por completo y deseando cambiarlo por uno del sexo opuesto, como es el caso de los transexuales. Otros, jugaran a verse como sus opuestos, vistiéndose como los travestís. Pero la gran mayoría de las personas con baja auto estima sexual, no tienen problemas con su identidad de género, solo sienten que no tienen un cuerpo atractivo, como creen que lo tienen los demás y se sienten menos, por lo que les apena mostrarse desnudos frente a su pareja. Esto les impide disfrutar de su experiencia sexual con mayor plenitud.

Quienes padecen de baja auto estima sexual, se limitan en su desempeño sexual y también sienten que no merecen disfrutar de lo que su pareja les ofrece. Con el paso del tiempo se van enfriando en su apasionamiento sexual, que de por si nunca ha sido ardiente como el de las personas con buena auto estima sexual, quienes si saben disfrutar del sexo y de su propio cuerpo, el cual les sirve de herramienta para aumentar el placer brindado y el recibido en el intercambio libidinal con su pareja. La buena auto estima sexual fortalece a ambos sexos y les facilita la convivencia erótica, con los consecuentes beneficios en su salud física, emocional y sexual.

Con una buena auto estima sexual: no existen culpas y si llegan a aparecer, se resuelven rápidamente. Se disfruta más cabalmente de la vida, del trabajo, del juego, del ocio y del intercambio amoroso con la pareja. Las inhibiciones sexuales se resuelven mediante el dialogo claro y honesto y la pareja puede experimentar nuevas modalidades en sus relaciones sexuales y vislumbrar nuevos horizontes, que les permitan fortalecer su vínculo libidinal, con lo que retroalimentan su auto estima sexual. Aumenta el placer sexual y el interés por complacer al otro (a), se cuida más y mejor el propio cuerpo, con ejercicio y una buena alimentación, pues se reconoce la importancia de la salud e higiene física para poder rendir mejor en las relaciones sexuales.

Quienes poseen una buena auto estima sexual: saben disfrutar del sexo en múltiples modalidades, sin sentirse culpables por ello. Comparten sus gustos y fantasías con su pareja y proponen nuevas experiencias, respetando los gustos de su partenaire, sin imponer nada que el otro (a) considere desagradable. Son personas que se sintieron amadas por sus padres y que mantuvieron un intercambio amoroso con ellos, libre de culpas incestuosas y de represiones excesivas en materia de su sexualidad. La buena auto estima sexual es un antídoto contra la depresión, la ansiedad, la cólera, la amargura, la frustración y la violencia.

En la medida en que cada vez existan más personas que fortalezcan su auto estima sexual, habrá gente más alegre, complaciente, amorosa, trabajadora, productiva, creativa y feliz de vivir en este mundo. Padres con buena auto estima sexual procrearan hijos fuertes, bien identificados en su rol sexual, con más libido que agresión y dispuestos a disfrutar de la vida y a cuidar del mundo en el que les toque vivir. Con un apego seguro que los hará menos violentos y destructivos, más propositivos y constructivos. Vivirán en un mundo mejor.

[1] Artículo escrito por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora para el programa de radio El expesso de las diez de radio Universidad de Guadalajara, del jueves 15 de agosto de 2019. La imagen ha sido tomada de pinterest

Jul11
01

EL ESTRÉS LABORAL Y EL SEXO

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

EL ESTRÉS LABORAL Y EL SEXO[1]

[2]

Hoy en día todo el mundo necesita trabajar para mantener un decoroso nivel de vida. Las exigencias de la vida moderna conllevan que hombres y mujeres se esfuercen cada vez más por ganarse el dinero necesario para salir airosos de las demandas económicas del día a día. Pero no todo el mundo se estresa en su trabajo. Algunas personas disfrutan lo que hacen y el trabajo es una parte placentera de su existencia. Sin embargo, quienes no saben enfrentar los retos o se ponen exigencias de más para adquirir mejores posibilidades económicas, los que compiten por ser más exitosos, los que ven en el trabajo su motivo de vida y los que viven para el trabajo, se estresan en exceso, en demérito de otras actividades de su vida, tales como sus relaciones sexuales.

Las personas que viven para trabajar emplean demasiada energía en la realización de sus actividades, de tal manera que llegan agotados a casa, sin mayores deseos, mucho menos de mantener relaciones sexuales con su pareja. La dedicación ansiosa al trabajo los desgasta y les merma el deseo sexual, lo que hace que eviten el contacto erótico con su pareja. Llegan cansados y de mal humor, pues su esfuerzo no les resulta gratificante y ven en el sexo una responsabilidad más que tienen que cumplir, razón por la cual lo evitan con distintas justificaciones. En ocasiones solo mostrándose agresivos e intolerantes ante las peticiones de su pareja de tener intimidad.

El estrés, de cualquier tipo, provoca que el organismo genere cortisol en exceso, hormona que es enemiga del deseo sexual y contrarresta la producción de testosterona en hombres y mujeres. A mayor estrés, mayor cortisol y menor deseo sexual. Cuando el hombre estresado intenta tener relaciones sexuales, se expone al fracaso con las dificultades eréctiles o con fallas en el control de la eyaculación. Las mujeres tienen resequedad vaginal, desgano, anorgasmia y prefieren hacer otras cosas, menos tener actividad sexual.

Cuando el trabajo se convierte en lo más importante de la vida de una persona, le resta valor e importancia a lo demás, entre ello a la vida sexual activa y placentera. En estos casos, cuando se trabaja ansiosamente para mejorar el nivel de vida económica se pierde la perspectiva y se deja de lado la convivencia sexo amorosa con la pareja, en detrimento del vinculo y de la consolidación de la pareja.

Hoy en día, han aumentado las personas que viven laboralmente estresadas, pues la competencia es férrea, hay que trabajar más para ganar lo mismo, la solvencia y sobre vivencia económica esta en constante riesgo. Las exigencias laborales son cada vez mayores, con el consiguiente agotamiento mental y físico. Se trabaja en exceso para llevar el sustento a una familia que se va deteriorando, pues él, ella o ambos viven para el trabajo en lugar de trabajar para vivir y sobre todo para vivir bien. Quienes viven estresados laboralmente, tienen una disminución de su auto confianza, se sienten amenazados de perder el empleo o el negocio y eso agrava su tensión emocional, mermando fuertemente su deseo sexual.

Muchas parejas tienen serios problemas porque quien trabaja en exceso y bajo estrés, piensa que está haciendo lo mejor por su pareja y familia, pero la parte que se queda sin compañía y sin convivencia amorosa, se siente ignorada, como si no existiera y muchas personas expresan que preferirían vivir con menos comodidades materiales, pero con un poco de mayor placer y satisfacción libidinal y sexual.

Para desfortuna de millones de parejas y familias en el mundo, el trabajo se convierte en la prioridad numero uno en demérito de la convivencia conyugal, pues el estrés laboral consume toda la energía libidinal disponible, llegándose al grado de que se rompe la armonía y el deseo de estar juntos. Puede haber casa, ropa nueva, auto y comida en la cocina, pero si no hay convivencia sexual amorosa, comunicación y satisfacción mutua en el diario convivir, la relación conyugal se deteriora rápidamente, llegando en muchos casos a la ruptura definitiva, en cuya situación, quien más trabaja, tendrá que dar una manutención económica, sin la gratificación de la convivencia con su pareja y con la familia.

Para evitar que el estrés laboral afecte a la vida sexual, tanto individual, como en pareja, es menester aprender a manejar las situaciones estresantes, a poner un límite a las horas que se trabajan de manera cotidiana, aprender a disfrutar del trabajo, no a sufrirlo. Cuando no es posible evitar las demandas excesivas del trabajo, hay que aprender a desahogar el estrés que ello produce y una manera de conseguirlo es teniendo buenas relaciones sexuales y amorosas y para lograr estas metas es necesario dialogar con la pareja sobre lo que esta pasando laboralmente, pues en muchas ocasiones, la pareja mal interpreta la falta de deseo e interés sexual del estresado, llegando a pensar que hay alguien más, que ya no hay amor, etcétera. Estos mal entendidos solo complican la situación, por lo que es relevante aclararlos y eliminarlos.

Para disminuir los estrago causados por el estrés laboral hay que ponerle un alto a las malas practicas laborales, hacer ejercicio, darle tiempo de calidad a la pareja, planear la frecuencia y calidad de las relaciones sexuales, dialogar son el cónyuge y en los casos en que todo esto no funcione, buscar ayuda profesional para aprender a manejar de mejor manera el estrés del trabajo y poder rescatar la relación conyugal y familiar.

 

 

[1] Trabajo realizado por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora, para el programa de radio El expresso de las diez de radio Universidad de Guadalajara del jueves 18 de julio de 2019

[2] IMAGEN TOMADA DE https://www.clarin.com/viva/revista-viva-nota-tapa_0_rJHnew5wXx.html

Jun13
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¿CÓMO ES LA PSICOTERAPIA DE PAREJA?[1]

By Marco Antonio Perez Mora - artículos

 

La psicoterapia de pareja es una modalidad de intervención profesional para ayudar a sus integrantes a comprender sus dificultades en los ámbitos de la comunicación, las relaciones sexuales, la convivencia afectiva, el manejo de las finanzas, el tiempo de convivencia, el origen de sus conflictos conscientes e inconscientes, de tal manera que logren mejorar el conocimiento de lo que son, de lo que les pasa y así puedan encontrar maneras de resolver sus problemas para mejorar la calidad de su vida conyugal.

Existen diferentes abordajes teórico-clínicos de tratar a una pareja: psicodinámico, de relaciones interpersonales, sistémico, cognitivo conductual, humanista, gestaltista, sexológico, dinámico sistémico, vincular, etc.

El abordaje terapéutico depende de la formación profesional y experiencia del terapeuta elegido. Cada enfoque tiene sus cualidades y limitaciones, pero lo más importante es la calidad profesional y ética de quien lo ejerce.

Algunos psicoterapeutas saben abordar todo tipo de conflictos, otros tienen serias limitaciones y dejan de lado los aspectos sexuales o de alteraciones mentales de alguno de los integrantes de la pareja, afectando la ayuda que pueden ofrecer.

En la psicoterapia de pareja con enfoque psicodinámico se aborda la sexualidad como uno de los ejes principales en la relación conyugal, así como el estilo de comunicación, la lucha de poder y los estilos de roles que cada uno desempeña.  Es muy importante conocer la historia personal de cada miembro y saber qué lugar ocuparon en sus respectivas familias de origen para detectar los roles que pueden estar desempeñando en su relación de pareja. Se analizan los patrones de repetición de roles heredados de la identificación con sus propios padres y se revisa de qué manera influye en la generación de conflictos o cómo les afecta en la consecución de sus objetivos amorosos.

En la psicoterapia de pareja psicodinámicamente orientada, no solo se recurre a los conocimientos del psicoanálisis, también se hace uso de los aportes de las teorías de los sistemas, de la teoría del vínculo, de la teoría de la comunicación y de muchas más herramientas que han sido investigadas como facilitadoras de la comunicación y de la solución de conflictos en las relaciones humanas.

Las parejas acuden en busca de ayuda psicoterapéutica después de muchos años de haber intentado resolver sus dificultades con sus propias herramientas, pero sin éxito. Asisten con sensaciones de fracaso, con miedo a romper su vínculo amoroso, frustrados porque la vida no resulto como lo esperaban y porque sus conflictos emocionales los han llevado a un fuerte distanciamiento amoroso, sexual, comunicacional, afectivo y físico. Los dos motivos principales por los que suelen buscar ayuda psicológica están relacionados con su sexualidad y con su estilo de comunicación. En muchas parejas subyacen problemas económicos, de roles, de relación con las familias de origen de cada uno, con las amistades, con el tiempo compartido y con los estilos de educación de los hijos, pero lo básico reside en sus conflictos con su sexualidad y con las dificultades para tener una comunicación adecuada y eficaz.

¿Cómo se abordan estos problemas? Ante todo, se analiza a la pareja como una unidad conformada por dos individuos que desean mejorar su convivencia conyugal. Ninguno de los dos es más importante que el otro, ambos son parte de la ecuación llamada pareja y se les atiende juntos, de tal manera que lo que expresa uno, lo escucha el otro. Siempre están los tres: pareja y psicoterapeuta en el consultorio. En mi caso particular, les ofrezco verlos siempre juntos, una vez por semana en sesiones de 90 minutos, les pido que sean lo más honestos y sinceros posible, que digan todo lo que deseen y que eviten ocultar información que les parezca penosa o vergonzosa. Prefiero no verlos por separado, pues en algunas ocasiones uno de ellos quiere contar algo que no desea que la otra parte conozca. En estos casos, les aclaro que todo lo que me informen, tendrá que saberlo su partenaire, pues la terapia de pareja está conformada por los dos.

Iniciamos por conocer el motivo por el cual asisten a la consulta, desde cuándo tienen esos problemas y qué han hecho para tratar de resolverlos. Les pido digan cómo está formada su familia de origen, para saber el lugar que ocuparon en su familia y conocer cómo pudo haber sido su infancia y adolescencia. Cuando entramos de lleno al análisis de sus conflictos, les pido escuchen lo que cada uno dice y después de cierto tiempo, le solicito al que escucho, que exprese lo que oyó y qué entendió de lo que dijo su partenaire, con el fin de saber si ha escuchado lo mismo que yo. Una vez que lo expresa, le pido a quien hablo primero, que diga si realmente fue entendido en su mensaje. Si la respuesta es positiva, continuamos, en caso contrario, aclaramos el malentendido y de esa manera la pareja va aprendiendo a escucharse y a conocerse más a fondo.

En ocasiones les ofrezco algunos cuestionarios para que los respondan en casa y tengan material para avanzar en el conocimiento de sí mismos y de su pareja.

Para abordar cualquier tipo de problema que presenten, sean celos, fallas en su vida sexual, problemas con los hijos, con la familia de origen, de sentimientos personales, etc. Es fundamental ter una adecuada comunicación y se trata de ayudar a la pareja a que aprenda a saber escuchar y a comunicarse con el otro para poder llegar a acuerdos que les resulten beneficiosos en su relación personal y conyugal.

Cuando la pareja considera que ha logrado resolver los problemas por los que acudieron a la psicoterapia, se establece una fecha de terminación, se evalúan los avances, se revisan las cosas en las que podrían mejorar y se pone una fecha de terminación de la intervención psicoterapéutica.

El fin de toda intervención psicoterapéutica con las parejas es ayudarlos a mejorar su comunicación, su entendimiento y que logren disfrutar de su vida sexual, conyugal y amorosa, ya sea que decidan continuar juntos o que decidan separarse porque consideran que es lo mejor para ambos.

 

 

 

 

 

 

[1] Artículo escrito por el Dr. Marco Antonio Pérez Mora para el programa de radio “El expresso de las diez” de radio Universidad de Guadalajara del jueves 13 de junio de 2019

 

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