Dr Perez Mora
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Dr Perez Mora > Blog
Mar27
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LA TERNURA MASCULINA.

By Marco Antonio Perez Mora - Familia, Parejas, sexualidad

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Para un gran porcentaje de la gente, hablar de ternura implica pensar en las mujeres, pues este sentimiento es considerado como femenino, de la misma manera que cuando se habla o piensa en la fortaleza, se ubica este sentimiento en lo masculino. Sin embargo, sabemos que el hombre también es capaz de sentir, experimentar y manifestar su ternura, de la misma manera en que las mujeres pueden sentir, experimentar y demostrar su fortaleza, tanto física como psíquica.

Para que el hombre no se enemiste con los sentimientos de ternura, es menester que haya tenido una crianza en la que sus padres, especialmente su madre, le hayan transmitido ternura en su trato con él. Que le hayan hecho sentir que manifestar la ternura por los demás es algo bueno y digno de ser experimentado y ejercitado. Que ser tierno con los demás, no implica ser menos hombre, ni mucho menos convertirse en «mariquita», sino todo lo contrario; que ser un hombre tierno es ser una persona con sensibilidad por los sentimientos de los demás.

De acuerdo con la Enciclopedia Salvat, la ternura es algo «blando, delicado, flexible y fácil a cualquier expresión extraña. Dícese de la edad de la niñez, para explicar su delicadeza y docilidad. Propenso al llanto. Afectuoso, cariñoso y amable». De aquí pues que exista la creencia señalada de que, si un hombre es «tierno» y manifiesta su «ternura», se le vea como menos masculino. Se le asocie con un «blando», «llorón», «femenino», como si estas características humanas fueran denigrantes para el varón.

Estas ideas, equivocadas, por cierto, han llevado a que las mismas mujeres, a través de la crianza de sus hijos, rechacen estos sentimientos en la conducta de sus hijos, aunque se quejen, abierta o veladamente, de la falta de ternura en el trato recibido por su pareja masculina. Es una paradoja, pues en tanto que madres, tienen que criar a su pequeño con ternura y delicadeza, con afecto y amabilidad, para que éste logre un sano desarrollo emocional; pero a la vez que éste crece, lo rechazan si se muestra tierno, sensible y delicado (no confundir con amanerado).

Los pequeños suelen ser tiernos, de hecho, la misma definición del afecto, hace referencia a la infancia. Sin embargo, por efectos de la socialización y la adquisición de roles estereotipados, se le va inculcando, al varoncito que crece, que la ternura no es un sentimiento propio de los niños, aunque sí muy elogiado en la conducta femenina.

Cuando el niño se convierte en hombre adulto, se espera de él fortaleza, tanto física, como psíquica, para enfrentarse a las adversidades del mundo. Suele aceptarse al hombre tierno en el ámbito de las artes o de actividades consideradas más como femeninas. Sin embargo, el hombre no puede vivir sin expresar su ternura en diferentes situaciones. Por ejemplo: en el noviazgo, en donde se preocupa por la novia, es detallista, le lleva flores, se acuerda de sus gustos más sencillos, etc. En la relación conyugal, la ternura del hombre es elemental para que la mujer se sienta tratada como una persona y no sólo como un objeto sexual que se usa como un pañuelo desechable. Son muchas las mujeres que se quejan de la falta de ternura en sus parejas masculinas.

Un hombre «tierno» se preocupa por los sentimientos de los demás, es atento a sus necesidades, se interesa por escuchar, es flexible, afectuoso y cariñoso. En las relaciones conyugales se preocupa por acariciar a su mujer para que ésta llegue al orgasmo. En las relaciones familiares se preocupa por convivir con sus hijos, juega con ellos, a lo que éstos lo invitan, es creativo y sensible a las necesidades de sus hijos. Un hombre tierno, lo es, no sólo con las mujeres y los niños sino también con sus amigos y sus compañeros, con sus padres y con sus hermanos.

La ternura, en el varón, es una cualidad muy valiosa que debe ser cultivada cotidianamente para que no se marchite.

En la medida en que los hombres teman menos al «qué dirán» y sean más abiertos en la manifestación de su ternura, habrá más mujeres satisfechas en el trato conyugal, hijos más contentos en el trato paternal, amigos más sinceros y hombres cada vez más hombres, pues su ternura los hará más humanos. Podría decirse que «un hombre, mientras más tierno es, más maduro está».

Mar16
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EL CINE, EL PSICOANALISIS Y LA SEXUALIDAD

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas, Psicoterapia, sexualidad

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El cine y el psicoanálisis tienen fechas de nacimiento casi iguales. Nacieron a fines del siglo XIX y causaron una revolución en el estilo de vida de casi toda la población de aquel entonces y de ahora. So como un par de hermanos mellizos, hijos de la cultura occidental. Freud descubrió la importancia del inconsciente para comprender la naturaleza de la conducta humana y mediante el análisis e interpretación de los sueños, de los actos fallidos y de los lapsus linguae, así como de la asociación libre, mostró el camino para la comprensión de las motivaciones más íntimas de las personas. A él se le debe el mérito de señalar la importancia de la vida sexual desde la infancia hasta la muerte.

 

El cine se ha transformado en un medio que puede mostrar, mediante las imágenes y los sonidos, cómo funciona el inconsciente, pues en una buena película se observan los mecanismos de condensación, de desplazamiento, de proyección, de identificación, el tiempo va y viene, las imágenes se empalman, tal como sucede en los sueños y en el inconsciente. Pero, sobre todo, a través del cine, se han podido mostrar las vicisitudes de la vida sexual humana.

 

La primera escena erótica, que no fue propiamente sexual, se presentó a fines del siglo XIX, en la escena de un beso que no duro más de cuatro segundos y causó furor en la Francia de aquel entonces, la película se llamaba “El beso” y se exhibió en 1886. Nuestros antepasados no tenían la menor idea de lo que se llegaría a poder mostrar en la pantalla grande. El cine ha servido para mostrar ciertos modelos de relaciones sexuales que han obedecido a los interese económicos de los países poderosos, esencialmente los Estados Unidos, que han pretendido modelar la conducta de los espectadores, decidiendo lo que es bueno y lo que es malo en el terreno sexual. Por fortuna, con el paso del tiempo, ha habido muchas personas ligadas al séptimo arte que se han independizado y han contribuido a ampliar el panorama, de tal manera que la gente tiene mayores y mejores opciones para elegir lo que considere mejor.

 

Como toda la conducta humana, el cine ha estado expuesto a la censura moralina de los poderosos, sobre todo en cuanto a la conducta sexual se refiere. Sin embargo, también ha servido para romper con la ignorancia y con muchos tabúes, transformándose en un medio de educación masiva. El desarrollo de las ideas freudianas ha estado ligado a la libre expresión de la sexualidad en el cine, pues muchos directores abrevaron del conocimiento psicoanalítico para plasmar en imágenes sus ideas y compartirlas con los espectadores:  Passolini, Fellini, Bergman, Allen, Kubrick, Buñuel y Oshima, son algunos, al igual que múltiples autores que comprendieron la importancia de mostrar en la pantalla grande diversos aspectos de la conducta sexual humana.

 

El cine es un arte en el que se pueden mostrar muchas cosas que ocurren en la mente y sirve para que millones de personas se identifiquen con los sentimientos, pensamientos y emociones de los actores. Un buen film es como una buena obra de arte, llega a la medula de los espectadores porque toca sus fibras más profundas. También es una manera de cambiar el statu quo, como lo han demostrado grandes películas como la “Dolce Vita” (1960), “Lolita” (1962) “Ojos bien cerrados” (1999), “Thelma y Louise” (1991), “La vida en rosa”, “Dr. Zhivago” (1965) y muchas más, que han dado la pauta para que millones de personas en todo el mundo cambien su manera de ver y de vivir la sexualidad. El cine ha servido para educar y también para perpetuar estereotipos sexuales. El modelo americano de una vida glamorosa y sexualmente empalagosa es un ejemplo, lo mismo que el énfasis puesto en los modelos machistas de hombres fuertes y dominantes y mujeres bellas, sumisas y tontas. Pero también ha habido directores independientes que han empleado el recurso para ilustrar sobre las bondades de una buena educación sexual. “Sexo con amor” es una película chilena que intenta cambiar algunos prejuicios sexuales, “Solo con tu pareja”, pretende crear conciencia sobre las enfermedades de trasmisión sexual, “Filadelfia” fue pionera en abordar el tema del SIDA y sus repercusiones en la vida de las personas.

 

La sexualidad en el cine, no se remite solo a las escenas eróticas o pornográficas, sino a mostrar que la sexualidad sigue siendo un potente motor de la conducta humana tal como lo postulo S. Freud a principios del siglo XX, y como lo comprueban miles de psicoanalistas en todo el mundo, cuando atienden a los millones de personas aquejadas de alteraciones conductuales por no tener una vida sexual plena y placentera. El cine ha servido para exponer historias clínicas que han podido ayudar a comprender muchos aspectos de la conducta sexual, como aparece en Psicosis y en Inocencia interrumpida. Aunque no ha estado exento de la censura, el cine si ha podido romper con los prejuicios y la represión política y religiosa que impedía a la mayoría de la población tener acceso a información científica que le ayudara a mejorar su vida sexual.

 

El cine tiene la posibilidad de mostrar en poco tiempo situaciones que son comunes a millones de personas. El cine fascina a millones de personas, porque a través del mismo se le puede dar salida a los deseos y las fantasías sexuales, sin correr riesgos en la vida real. También ha servido para que otros millones se eduquen y formen un criterio más amplio sobre la vida sexual y respeten las diferencias y gustos de género existentes en la naturaleza humana. Desafortunadamente, también ha servido para asociar la sexualidad con la agresión, lo cual ha servido de pretexto para mucha gente se identifique con dicho patrón de conducta y le dé rienda suelta a sus más bajos y destructivos instintos, contraponiéndolos con la libido que intenta preservar la vida y el placer por vivirla, como en “Atracción Fatal”.

 

De una u otra manera, el cine, el psicoanálisis y la sexualidad han ido de la mano desde los inicios del siglo XX y seguirán evolucionando juntos.

 

Para saber más: EL SEXO EN EL CINE Y EL CINE DE SEXO. Joan Bassa; Ramon Freixas. Paidós.

 

 

 

[i] Articulo para el programa de radio El Expresso de las diez de Radio Universidad de Guadalajara del jueves 16 de marzo de 2017.

Ene5
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LOS SUEÑOS ERÓTICOS.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos, Parejas, sexualidad

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La vida es sueño, decía Calderón de la Barca y “son realizaciones de deseos” postuló Sigmund Freud en 1900. Lo cierto es que todas las personas sueñan diariamente desde muy pequeñas y el contenido de sus sueños es lo que los hace placenteros o se convierten en pesadillas. Los sueños eróticos los tiene todo el mundo y mucho más quienes reprimen la libre manifestación de su sexualidad, sea mediante el autoerotismo o con una pareja. En éstos se llevan a cabo los deseos más fuertes del soñante y que, muchas veces, no es capaz de reconocer despierto. En un sueño erótico, se puede tener sexo con las personas deseadas pero que, por cuestiones familiares, de distancia, morales, religiosas o culturales, no es posible hacerlo en la realidad. Pero, como en el sueño la censura moral del súper yo queda debilitada y es burlada, entonces se le da rienda suelta al deseo, en la creencia de que se está llevando a cabo lo soñado, razón por la que en los hombres se da la polución nocturna y en las mujeres se erectan los pezones y hay lubricación vaginal al despertarse, con las consecuentes palpitaciones cardiacas y la sudoración de la piel, además de que en algunas personas se puede observar como jadean y se mueven dormidos. La mayoría de los sueños eróticos resultan placenteros, salvo en las personas que consideran a la sexualidad como algo malo, vergonzoso, pecaminoso y prohibido. En estos casos, suelen sentirse culpables y angustiados pues es algo que esta fuera de su voluntad poder controlar y mientras lo sueñan lo disfrutan, pero al despertarse, su conciencia moral los hace sentirse mal, por lo cual, buscan expiar en el día, lo que consideran es una mala acción.

Las personas que son capaces de ver en sus sueños eróticos, el resultado de una fantasía convertida en realidad onírica, los disfrutan, y al recordarlos en el día, se emocionan al revivirlos y los continúan gozando. Los sueños eróticos también sirven para desarrollar la creatividad sexual, pues al no estar presente la censura moral, el soñante se da la oportunidad de darle vuelo a su imaginación, con las ventajas del inconsciente y de los procesos primarios del sueño, descritos por Freud en su obra La interpretación de los sueños.

Los sueños eróticos pueden ser tan variados y excitantes como la imaginación y creatividad del soñante se lo permitan. Van desde las anheladas proezas de durar mucho tiempo en la relación, tener un cuerpo mejor que el real, poseer unos genitales de ensueño, conquistar a la persona deseada y no tenida, encontrar al príncipe azul, experimentar el mejor de los orgasmos, hasta situaciones de sexo colectivo, menaje a trois, con animales, con agresión estilo sado masoquismo, homosexuales, con el marido o mujer del vecino (a) o hermano (a) y hacerlo en los lugares más insólitos o frente al público, burlando las normas y reglas socialmente acatadas en la vida diaria. Intervienen los juguetes sexuales y el protagonista es amado (a) con pasión por uno (a) o varios (as) amantes solícitos y dispuestos a complacerlo sin limitaciones.

No existe nada de malo en cualquier tipo de sueño erótico, tampoco quiere decir que el soñante sea un pervertido o que le vaya a suceder en la realidad lo que ha soñado por arte de magia. Los sueños son producto de los deseos del soñante, que muchas veces no se atrevería a reconocer que tiene esos deseos, y solo bajo el influjo del dormir se permite darles salida en los sueños, tranquilizándose con la idea de que él no tiene dominio sobre lo que ha soñado y por lo tanto no es responsable. En otros casos, surge una decepción al despertar y darse cuenta que solo ha sido un sueño y que la realidad queda muy lejos del mismo, por lo cual se anhela lo experimentado en el sueño.

Quienes logran tener una vida sexual activamente placentera, no tienen tanta necesidad de recurrir a los sueños eróticos, pues en la vida real se encuentran plenamente satisfechos, realizando con su pareja las fantasías y experiencias que se les ocurren. No obstante esto, también suelen tener sueños eróticos como una continuación de lo realizado en la vida despierta, pero no con la frecuencia y emotividad de quienes se sienten frustrados con la expresión cotidiana de su sexualidad, como sucede con quienes están privados de su libertad, enfermos, incapacitados, alejados del contacto con sus parejas, de quienes han hecho votos de castidad o que por las dificultades con su pareja o para tenerla, se ven privados de obtener satisfacción sexual.

Los sueños eróticos son una válvula de escape que no hace daño a nadie y si permiten un sano y placentero desahogo de la tensión sexual, que le permite al soñante relajarse y vivir sus días con menos frustración y tensión sexual y emocional, mientras encuentra la manera adecuada de satisfacerse sin dañar a terceros. Contarle a su pareja sus sueños eróticos, puede ser una buena manera de mejorar la comunicación y de aumentar la confianza sexual entre ambos y quien escucha podrá pensar en qué puede hacer para convertir en realidad los sueños de su partenaire, con el fin de fortalecer su relación.

Jun22
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VIUDEZ Y SEXUALIDAD.[1]

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas, Psicoterapia, sexualidad

SOY VIUDA

La muerte del cónyuge, amado o no, cambia de manera dramática y abrupta el estilo de vida, la identidad, la posición dentro de la familia y el entorno. Ser viudo o viuda es un estado que tiene consecuencias negativas en la mayoría de los casos; sin embargo, es algo para lo cual todos debemos prepararnos, sobre todo las mujeres, quienes por cuestiones biológicas y sociales tienden a ser mucho más longevas que los varones, en una proporción de 3 a 4 viudas por un viudo.

Con la viudez, la sexualidad que se tenía en la vida matrimonial deja de existir como tal y esto se suma al proceso de duelo que la pérdida del ser amado genera. En la mayoría de los casos de viudez, las mujeres suelen sentirse solas, abandonadas y con serias limitaciones para encontrar una pareja con la cual compartir su sexualidad, sobre todo cuando ellas pasan de los sesenta años de edad. En el caso de los varones, estos suelen buscar nuevas parejas más jóvenes que ellos y si su posición laboral y económica se los permite, encuentran con relativa facilidad con quien rehacer su vida sexual. En cambio, muchas viudas suelen quedar en la orfandad económica, además de que las amistades y familiares suelen ver con malos ojos el que rehagan su vida sexual, dando por hecho que deben enterrar sus deseos y actividad sexual con el difunto.

Independientemente de los factores familiares y sociales, l@s viud@s pasan por un proceso de duelo que, cuando no se trata adecuadamente, puede llevar años, antes de pensar en volver a establecer un vínculo amoroso y sexual. Los sentimientos de lealtad al difunto, la culpa por haberle sobrevivido, el no poder desapegarse de las experiencias, recuerdos y objetos compartidos con el difunt@, dificultan el estar disponible para un nuevo encuentro sexual y amoroso.

Está comprobado que las personas divorciadas y viudas suelen tener un 20% más de problemas de salud física y emocional por la soledad y en el caso de l@s viudos, los problemas se agravan por los sentimientos de apego, lealtad y culpa que se experimentan en relación a la persona desaparecida. La muerte del cónyuge, puede significar para algunas personas la muerte de una parte de sí mismas y de su propia sexualidad, no atreviéndose a revivirla por miedo a que los recuerdos del difunto les traigan una especie de castigo.

Sin embargo, es muy recomendable que una vez se haya resuelto el proceso de duelo por la persona amada, lo cual suele llevar alrededor de un año, él o la viuda retomen el control de sus vidas y se mantengan disponibles para algún romance. Si las circunstancias no les favorecen, entonces deberán recurrir, sin culpas ni miedos, al auto erotismo, lo cual puede ser ayudado con algunos juguetes sexuales, las fantasías y la imaginación de estar con alguien que los ame y desee.

El restaurar la vida sexual activa, sin culpas ni miedos, sin inhibiciones, es un derecho de cualquier persona que haya quedado en la viudez. Esto le permitirá dejar a un lado la muerte del cónyuge y se conectara de nuevo con la vida y con el placer de disfrutar de su sexualidad.

Un problema social alrededor de la viudez consiste en que como las viudas son mayoría sobre los viudos, principalmente en países que han estado o están en guerra, la cultura falo céntrica tiende a ponerles trabas para que rehagan su vida sexual y las orilla a mantenerse fieles al recuerdo del difunto, ofrendando su sexualidad a la memoria de éste, tal como se ve en la película “La letra escarlata”, basada en la novela de Nathaniel Hawthorne. En cambio, con el varón viudo, las trabas y los prejuicios para que vuelva a reactivar su vida sexual son mucho menores.

Cuando él o la viuda se mantienen fieles a la memoria del difun@, su vida queda a medio camino, pues el recuerdo del difunto los mantiene atados a la muerte, impidiéndoles retomar el control de sus vidas. Los hijos, padres, familiares y amistades de una persona viuda, deberían apoyarlos a retomar su vida y a no quedarse atorados en el proceso de duelo. Las personas viudas, tienen el derecho de retomar su vida sexual y disfrutarla con quienes mejor les convenga, después de todo quien se murió fue el otro y su muerte no debe ser motivo para vivir medio muertos, con la sexualidad mutilada.

Como dice el refrán popular: “el muerto al pozo y el vivo al gozo”.

[1] Artículo escrito para el programa El expresso de la diez de Radio Universidad de Guadalajara del jueves 23 de junio de 2016. 104.3 DE FM

Abr29
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EL SADOMASOQUISMO SEXUAL.

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas, sexualidad

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En las relaciones sexuales suelen surgir las pasiones más sublimes y las más primitivas de que es capaz el ser humano. Entre ellas se encuentra la conducta sádico masoquista, en la que el objetivo de la relación no es solo el placer libidinal amoroso, sino el hacer sufrir al otro y sufrir a través del otro.

Este tipo de relación puede ir desde la simple y sencilla fantasía de flagelación que sirve para estimular la relación, sin llegar al acto, hasta las conductas más aberrantes que incluyen, además de la tortura psicológica, la agresión física y en ocasiones hasta la muerte o la mutilación de un miembro de la pareja.

En todas las relaciones sexuales suele aparecer algo de sadismo y de masoquismo, pero este suele ser tolerable y manejable sin dañar a la pareja, por ejemplo, cuando uno de los dos o ambos fantasean con dominar o someter al otro, cuando juegan a que uno es controlado y manipulado por la pareja, o cuando se fantasea que se tiene sexo a la fuerza. Los mordiscos y los apretujones tienen una cierta connotación sádico masoquista, pero no se parece en nada a la conducta del sádico perverso o del masoquista patológico.

El sádico perverso no se interesa por la pareja más que en el sentido en que ésta es una persona-objeto que le sirve a sus fines agresivos y se somete dócil y humilladamente a sus indicaciones, además de aceptar ser maltratado en lo emocional y en lo físico. El sádico solo puede sentir excitación sexual si el otro es lastimado y sufre por ello. El sádico tiene un grave problema para diferenciar la sexualidad de la agresividad y su energía libidinal es tan pobre que la agresión y la violencia es lo único que le permite obtener cierta excitación sexual con sus parejas. Necesita sentir que posee un dominio total sobre el otro, quien a su vez se siente bien de tener quien lo domine y someta, pues solo así cree que es amado, como el personaje de la obra teatral: Pégame, mátame, pero no me ignores, del premio Nobel de literatura Darío Fó. O como escribiera el filósofo francés Jean Paul Sartre, parafraseando al Marqués de Sade: “Mi decepción es completa, puesto que trato de apropiarme de la libertad del otro y percibo que no puedo actuar sobre él. Esta desilusión será el móvil de mis actos para convertir a ese alguien en un objeto de mi propiedad, aunque sea por medio de la violencia”

El termino sadismo debe su nombre al Marqués de Sade, literato francés del siglo XVIII, cuya vida se narra magistralmente en la película Letras prohibidas y que permite reflexionar acerca de la violencia de que es capaz el ser humano, no solo sexualmente sino en todos los aspectos de su conducta.

El sadismo como tal, es una perversión o desviación sexual, porque el fin de la descarga sexual se ve desviado hacia el provocar dolor en la pareja y no placer. Quien siente placer es el sádico, al ver el sufrimiento del otro, quien a su vez debe ubicarse como un masoquista, termino derivado de los escritos de otro literato del siglo XVIII, pero de menor valor intelectual que el Marqués de Sade, llamado Leopold von Sacher-Masoch, quien describe los sufrimientos de sus personajes en las relaciones sexuales y como solo así logran obtener un desahogo sexual. Si no son maltratados, humillados y sometidos, no pueden alcanzar el éxtasis sexual.

Cabe aclarar que estos dos tipos de desviaciones sexuales se presentan primordialmente en los varones y van ligadas de la mano una con la otra. En las relaciones de pareja sadomasoquistas, uno desempeña el rol de sádico y el otro de masoquista, pero también pueden intercambiarse los papeles. A pesar de que el sádico es el que agrede y humilla y pareciera ser la parte dominante, en el fondo también es un masoquista, que se identifica con el sufrimiento de su partenaire, y al masoquista le pasa algo similar, en su actitud pasiva y sometida ante el sádico, goza al identificarse con éste y no le importa ser lastimado con tal de que el otro desempeñe su papel.

Se tiene entonces una relación patológica en la que la sexualidad está contaminada con la agresión en lugar de predominar la libido, estas parejas suelen mantenerse unidas por estos lazos agresivos, en donde lo esencial es lastimar y ser lastimado para poder obtener algo de satisfacción sexual. En ambos casos el problema tiene su origen en las fallas vivenciadas en la infancia, respecto a las experiencias sexuales y a la educación recibida, tal como lo dijera el mismo Sade: “Perdonad mis defectos, es el espíritu de la familia que me domina, y si debo hacerme un reproche, es de haber tenido la desgracia de nacer en ella. Dios me guarde de todas las ridiculeces y los vicios de que está infestada”.

El Marqués de Sade fue un hombre que en su niñez fue muy consentido y sobreprotegido al grado de convertirse en un narcisista, que sentía tener el derecho de dominar a los demás, razón por la que, en sus escritos, el personaje principal es el sometedor del otro. Sin embargo, él escribió textos en los que el supuesto sádico si buscaba el placer sexual y no solo el sufrimiento del otro, pero en la patología sexual se ha bautizado a estos trastornos como sádico masoquistas, dejando así a estos escritores el dudoso honor de haber bautizado estas desviaciones. Lo que en su momento persiguió y logro el Marqués de Sade, fue confrontar la falsa y mojigata moral de su época, la Napoleónica. Una moral doble en la que se le criticaba sus escritos, pero los mismos jueces y religiosos rebasan con su conducta el supuesto sadismo que él describía. Y uno se pregunta ¿quién era más sádico? ¿el Marqués con sus excitantes escritos o los jueces, gobernantes y clérigos con las bayonetas y la guillotina, y el anacrónico psiquiatra con sus métodos de tortura psicológica y física?

Las desviaciones sexuales de este tipo han existido a lo largo de la historia de la humanidad y solo ahora se les ha dado este nombre, pero han estado y siguen estando tan presentes como antaño y como en la época del Marqués de Sade.

En la película La guerra de los Roses, se presenta una pareja con una relación sadomasoquista en la que ambos se alternan los roles, hasta terminar matándose ambos, y en la película Durmiendo con el enemigo, se ve más claramente como él es el sádico y ella la masoquista. En la película Luna amarga, de Roman Polanski, los personajes se intercambian los roles de sádicos y de masoquistas. Hay parejas con estas desviaciones en las que cuando alguien externo intenta ayudar a la parte masoquista a que se libre del yugo del sádico, ésta se rebela contra el supuesto libertador y defiende a su sádica pareja, pues es la única manera que conoce de encontrar excitación y placer en la vida. Otra interesante película en la que se parecían estos rasgos es la de Luna amarga, en la que se muestra la vida sexual de dos parejas.

Por último, cabe aclarar que las parejas sadomasoquistas raramente buscan ayuda psicoterapéutica para resolver este problema, pues obtienen una gran satisfacción sexual, aunque ésta nunca sea tan placentera como la que se alcanza en una relación sexual amorosa, exenta de tanta agresividad y en la que ambos se toman en cuenta en sus necesidades emocionales y sexuales.

Para saber más:

Estudios de clínica psicoanalítica sobre la sexualidad, Etchegoyen, R. Nueva Visión.

Diccionario de psicoanálisis. La Planche y Pontalis, Labor.

Página web:  www.gratisweb.com/daf_de_sade/

 

Dic11
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EL AMOR SIN SEXO.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos, Parejas, Psicoterapia, sexualidad

 

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Los hombres y las mujeres pueden relacionarse de una y mil formas diferentes: madre e hijo, padre e hija, hermana y hermano, jefe y subordinada, amiga y amigo, etcétera. Pero cuando existe un interés amoroso sexual entre ambos, la relación se modifica de manera substancial, para hacerse más íntima y exclusiva.

Cualquiera puede tener 2, 5 o más amigos (as), pero no tener más de una pareja sexual, so pena de ser juzgado y mal visto por la mayoría de la sociedad. Es por ello que el amor entre una pareja conlleva el contacto sexual y un acuerdo mutuo y tácito de exclusividad, conocido como fidelidad, mediante el cual cada uno se compromete a no tener relaciones sexuales con nadie que no sea su partenaire.

Todas las parejas se casan o se juntan con ese fin: El de poder mantener relaciones sexuales con el otro (a) sin ningún problema de tipo social, religioso o moral. Después se agrega el deseo de tener hijos, una casa, una vida en común, etc. El sexo cohesiona a la pareja y ayuda a borrar las individualidades, de tal manera que llegan a sentir que son uno y no dos; por lo que las diferencias individuales se resuelven gracias al interés por compartir el placer sexual, que se incrementa en calidad cuando perdura el amor mutuo.

¿Pero qué pasa con las parejas que se aman y no tiene relaciones sexuales? ¿Por qué siguen juntos si ya no comparten el sexo? ¿El amor entre ellos es suficiente para mantenerlos juntos en una relación amorosa, cordial y satisfactoria?

Existen parejas que por razones que no se discutirán aquí, han dejado de tener relaciones sexuales y aun así continúan viviendo juntas, argumentando que se aman, que es por los hijos o simple y llanamente por conveniencia económica. Cuando una pareja relativamente joven deja de mantener relaciones sexuales, está corriendo el riesgo de que se enfrié y congelé el vínculo que los ha unido, terminando por romperse, pues los otros intereses podrán ser muy importantes, pero no tanto como el deseo y el placer sexual.

A menos que uno de los dos o ambos desahoguen su sexualidad por otros medios, como pueden ser otras parejas o la masturbación, la pareja vivirá en constante tensión y con una sensación perenne de insatisfacción y molestia con el otro, lo que se convertirá en conductas agresivas directas o indirectas, pero que mellaran la relación conyugal, agotando a sus integrantes y provocándoles un alto gasto de energía.

En las parejas en que, por alguna enfermedad muy seria, alguno de los dos ha quedado incapacitado para las relaciones sexuales, el impulso sexual suele sublimarse y el amor por el otro, provoca que quien está sano, desahogue sus deseos por otros canales, que no son de tipo sexual. Hablamos en este caso de una sublimación al servicio del mantenimiento de la relación amorosa y que se logra en base a lo que se recibió antes de que se suspendiera la relación sexual. Para lograr esto, el amor por el otro debe ser muy grande. Pero si el que tiene alguna dificultad, que no sea el coma o la invalidez total, ama al otro (a), se las ingeniara para brindarle satisfacción sexual, sea manual u oralmente, dependerá de su imaginación y creatividad, pues una pareja puede mantener sus relaciones sexuales, aunque uno de los dos tenga alguna discapacidad física, sea del tipo que sea. Mientras exista el deseo de mantenerse unido al otro y de brindar y recibir placer, la pareja que se ama continuara experimentando el goce sexual.

Cuando se habla de amor sin sexo en una pareja, se debe considerar que la pareja ha dejado de ser una pareja conyugal para pasar a ser una de amigos, de padres o de conveniencia económica o social, pues el principal aspecto que diferencia a las parejas conyugales de las demás, es precisamente la relación sexual mutua. Entonces deberá pensarse en que dicha pareja ha dejado de amarse como tal, por lo que el sexo ya no le interesa y podrá convivir sin el mismo, pero su amor habrá cambiado.

Recuérdese que tanto el hombre como la mujer tienen la capacidad de amar sexualmente hasta el día de su muerte, por más años que se vivan en este mundo.

En una pareja conyugal, el amor sin sexo es como un buen caldo sin chile y sin sal: insípido y no se antoja volver a tomarlo. Es por esto que las parejas deberán preocuparse por darle mantenimiento, ingenio y creatividad a su vida sexual para que ésta se mantenga en forma todo el tiempo que decidan compartir sus vidas juntos y unidos.

Para reflexionar:

1.- ¿Son satisfactorias sus relaciones sexuales?

2.- ¿Las tiene con la frecuencia deseada por usted?

3.- ¿Su pareja está satisfecha con la calidad y frecuencia de las relaciones?

4.- ¿El amor que le tiene a su pareja, se lo demuestra satisfaciendo sus necesidades sexuales?

5.- ¿Emplea su creatividad en la cama con su pareja o se inhibe con algunas cosas que desea?

6.- ¿Dialoga con su pareja acerca de cómo se siente cada uno con sus relaciones sexuales?

7.- ¿Toma en cuenta lo que su pareja le dice y le pide que haga en la cama?

8.- ¿Se interesan por saber más sobre el sexo y comparten sus conocimientos?

9.- ¿Han pensado en buscar ayuda profesional para mejorar su vida sexual?

Nov19
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CUANDO NO ES POSIBLE LA ERECCIÓN. LA CARGA DE LA IMPOTENCIA SEXUAL.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos, Parejas, Psicoterapia, sexualidad

 

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La disfunción eréctil o impotencia sexual es un trastorno de la sexualidad masculina que se define como la dificultad de alcanzar y mantener la erección el tiempo suficiente para lograr la penetración en el veinticinco por ciento de las veces o más. Algunos especialistas la consideran como tal solo si se presenta en el cincuenta por ciento de los intentos. El número de hombres que sufren de este tipo de trastorno sexual es de más de ciento cincuenta millones en el mundo y suele aparecer con mayor frecuencia en hombres de más de cuarenta años, pero sobre todo después de los cincuenta años de edad, considerándose que tres de cada diez hombres entre los cincuenta y los setenta años de edad la llega a sufrir. Las causas de su origen pueden ser orgánicas, como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, lesiones cerebrales medulares, lesiones congénitas del pene, abuso del tabaco, de drogas y del alcohol, fracturas de la pelvis, entre otras. Las psicológicas: como la depresión, estados de ansiedad crónica o aguda, psicosis, fobias y tensiones conyugales, malos hábitos masturbatorios. Algunos medicamentos empleados para la depresión y las psicosis pueden tener como efecto secundario una impotencia farmacológica.

Para muchos varones, sufrir de una disfunción eréctil es algo angustiante y vergonzoso, pues su educación les hizo creer que gran parte de su valía masculina estaba en su capacidad eréctil y en el número de coitos que eran capaces de realizar. Cuando se presenta dicha disfunción en más del veinticinco por ciento de los intentos, el hombre se siente acabado y trata de evitar el sexo con su pareja por la pena de tener que reconocer su dificultad. Esta actitud, en lugar de ayudar, empeora el problema, pues la mujer pensara que su hombre la evita porque ya no es lo suficientemente atractiva, porque tiene un affair o porque ha dejado de quererla, lo cual complicara significativamente el cuadro. Es por ello que se recomienda que al presentarse el problema, se hable con la pareja y juntos intenten darle solución, ya que cuando la mujer participa, el índice de recuperación es más alto y el varón no se siente solo ni abandonado a su mala suerte, sino que comparte con su pareja sus angustias y pueden implementar medidas alternativas para la satisfacción de ella, como las caricias, la masturbación o el sexo oral, mientras él  recupera su capacidad eréctil y la confianza en sí mismo, que suele deteriorarse por esta dificultad.

Algunas señales de que se puede estar por caer o padecer una disfunción eréctil son las siguientes: dificultad en alcanzar o mantener la erección, que este por abajo del 90% de rigidez en 1 de cada 3 relaciones sexuales, problemas de erección en los últimos meses, menos erecciones por la mañana o por la noche, tardar más tiempo en alcanzar una erección, dificultad en mantenerla en determinadas posiciones sexuales, pérdida de la erección al cambio de posición sexual y eyaculación rápida. Si cualquiera de estas situaciones se mantiene por más de tres meses seguidos, debe consultar a un urólogo que le haga una revisión completa, de su funcionamiento sexual, para descartar cualquier problema de tipo orgánico u hormonal, al tiempo que consulta a un terapeuta sexual que le ayude a bajar su angustia, para no complicar la situación.

Las actuales opciones de tratamiento, contemplan la ingestión de medicamentos como el viagra, el levitra o el cialis, los cuales ayudan a aumentar el mantenimiento del flujo sanguíneo dentro del pene, para sostener la erección el tiempo necesario para disfrutar de la relación sexual. Las inyecciones de papaverina, fentolamina o alprostadil en el pene son otra alternativa. Las bombas de vacío logran que se dé una erección mediante el vacío que se genera y el uso de una banda que se coloca en la base del pene para que la sangre no retorne al cuerpo rápidamente. Las inyecciones y la bomba de vacío tienen el inconveniente de romper con el romanticismo del momento, pues se tiene que interrumpir el juego amoroso para llevar a cabo los procedimientos. La implantación de cilindros de silicón dentro del pene es la opción quirúrgica cuando los métodos anteriores no dan el resultado esperado, aunque se corre el riesgo de infecciones.

Ante un problema en que se sospeche de disfunción eréctil, es recomendable consultar a un médico especialista y si quedan descartadas las causas orgánicas y hormonales, deberá contemplarse la consulta con un psicoterapeuta sexual para determinar si existen problemas conscientes o inconscientes que estén generando una fuerte tensión y que éstos sean la causa para que el varón no se pueda enfocar tranquilamente en sus relaciones sexuales. Cabe aclarar que “una golondrina no hace el verano”, y si en alguna ocasión se pierde o no se puede alcanzar la erección por el tiempo deseado, no debería preocuparse la pareja, sobre todo si sucede después de una fiesta, un día de mucho trabajo y tensión o si se ha estado previamente enfermo. El problema se presenta cuando es recurrente y persistente, no cuando es ocasional. De cualquier forma, existen varias alternativas de tratamiento para solucionar el problema, sobre todo cuando se reconoce a tiempo y si se analizan las motivaciones inconscientes que han propiciado que la ansiedad impida la erección como se desea.

Nov5
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SEXO SIN CULPA.

By Marco Antonio Perez Mora - Parejas, Psicoterapia, sexualidad

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Para muchas personas es imposible desligar sus deseos sexuales de fuertes sentimientos de culpa, que las llevan a sufrir de neurosis o de otros trastornos emocionales más graves en su personalidad, porque han aprendido que tener este tipo de deseos es algo sucio, rechazable y/o pecaminoso, que las personas bien educadas no sienten esas cosas feas, o que eso es solo para las personas malas.

Este tipo de actitudes han sido reforzadas a través de los siglos por la religión y por ciertos sectores retrógrados y reaccionarios de la población, con el fin de tratar de reprimir la libre manifestación y expresión del erotismo natural de los seres humanos, con la intención de controlar el pensamiento y conducta de las personas, con el fin de usarlas en su beneficio político, económico y/o religioso.

Para millones de personas, esto ha significado mucho sufrimiento, porque han tenido que enfrentar a las prohibiciones culturales contra los deseos naturales y normales, lo que los ha llevado a vivir su sexualidad de manera conflictiva y culpígena, con unos costos emocionales muy grandes. Quienes han tenido la mala fortuna de haber recibido una inadecuada educación sexual en su infancia y adolescencia, sufren las consecuencias en su vida conyugal. Los trastornos de las funciones sexuales, tales como las desviaciones y las disfunciones, están muy ligadas a este tipo de fallas en el hogar.

Tanto los hombres como las mujeres que han experimentado este tipo de influencias negativas para su vida sexual, refieren sentirse culpables después de tener relaciones sexuales con sus parejas, incluso si están casados legal y religiosamente, pues la culpa que les han grabado en su mente, no la pueden dejar de lado, pues ésta aparece en cuanto surge en sus mentes cualquier fantasía sexual.

Juan es un hombre maduro, profesionista exitoso, padre de tres hijos ya casados y también profesionistas, con más de 25 años de casado. Muy querido por su esposa a la que ama y a la que nunca le ha sido infiel, que acude a consulta por tener serios problemas con su pareja, la que lo ha amenazado diciéndole que si no se atiende de su problema, él será el culpable de que ella se busque un amante. Él ronda los sesenta años y su esposa los cincuenta. Ambos dicen amarse y así lo manifiestan, pero ella está desesperada porque él no tiene interés en el sexo “y yo si tengo ganas”. Ambos refieren haber recibido una educación estricta en materia de sexo y que en los más de 25 años de casados no se han visto desnudos, porque apagan las luces cuando se desnudan y hacen el amor debajo de las sabanas. En la relación sexual se han concretado a la posición del misionero, él arriba y ella abajo. Él termina lo más pronto posible para acabar con “ese asunto” y enseguida se duerme. Ella se queda insatisfecha, pero no había protestado porque en su casa le dijeron que así eran los hombres y las cosas del sexo.

En sus hogares nunca se habló del sexo de manera abierta y lo que saben es lo poco que han aprendido juntos. Muchos años tuvieron la idea de que era algo malo pensar en verse los cuerpos desnudos y veían a  sus necesidades sexuales como algo inevitable que había que hacer a veces, hasta que ella se dio cuenta de que otras mujeres tenían orgasmos y hablaban maravillas de sus relaciones con sus parejas. En la consulta se muestran tímidos para hablar de su vida sexual y se apenan de su  ignorancia en la materia, pero manifiestan deseos de cambiar y de aprender para continuar con su vida conyugal amorosa, pero enriquecida con el sexo placentero y no culpígeno, como el que han tenido en más de 25 años.

Jorge es un joven universitario de 24 años, exitoso en su trabajo, que mantiene relaciones sexuales con su novia y con la que se piensa casar este año. Acude a consulta “porque cada vez que tenemos relaciones yo me siento muy culpable y luego me auto flagelo y pienso que soy un miserable por tener sexo con mi novia sin estar casado, pienso que se va a embarazar y que les vamos a fallar a sus papás y aunque siento algo de placer, es más grande la culpa. Eso me ha afectado en el trabajo, porque no me concentro y pienso que algo malo me va  a pasar, sobre todo al día siguiente de que tuvimos relaciones sexuales, a veces ni puedo dormir en dos noches”.

Marisela es una chica de casi 30 años que también se siente mal porque ha aceptado tener relaciones sexuales con su novio y cree que ya no vale nada porque aún no se han casado. Piensa que merece le pase una desgracia y cree que si sus padres se enteraran la matarían, no sabe qué hacer, ha perdido el sueño y el apetito.

Griselda es una mujer de 35 años casada, con dos hijos, que no permite que su marido la toque en sus genitales, porque le enseñaron que eso era algo malo, a duras penas acepta la relación sexual y la vive como si fuera una violación. Viene a consulta porque teme perder su matrimonio por ser así. Cada vez que tiene relaciones sexuales se siente sucia y mala y cree merece  que le pase una desgracia, esto se incrementa cuando llega  sentir algo de placer.

Estas son solo unas pequeñas muestras de lo que les pasa a muchas personas alrededor de su vida sexual, cuando la culpa acompaña a las relaciones sexuales e impide que éstas se gocen con naturalidad.

En la medida en que la población comprenda que la sexualidad es una cualidad humana que nos permite disfrutar de la vida y que no hay nada de malo en amar a la pareja y disfrutar del sexo en la intimidad con ella o con el auto erotismo, habrá menos violencia, menos gente frustrada, menos violaciones y más personas satisfechas y realizadas, más libres y capaces de amar y producir más y mejor. Para ello habrá que educar a las nuevas generaciones en una sexualidad informada, responsable y asociada con el placer y no solo con la función reproductiva.

 

Oct20
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EL SEXO ORAL.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos, blog, Parejas, sexualidad

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Para algunas personas pensar en el sexo oral es sinónimo de perversión, pero para quienes lo experimentan, es muestra de uno de los más ricos placeres sexuales que se pueden obtener cuando dos personas se entregan sin límites, sin prejuicios y con deseos de darse y recibir placer y amor. La boca no solo sirve para comer y para hablar, también es útil para dar y recibir placer sexual, a través de los besos y de las palabras amorosas.

En el terreno de la sexualidad, la boca sirve para muchas más cosas y eso lo saben muy bien los buenos amantes. Con la boca, los labios, los dientes y la lengua se puede  brindar y recibir mucho placer sexual. Besar el cuerpo de la persona amada es placentero para ella y para quien lo hace. Pero besar los genitales es uno de los mayores goces que se pueden obtener en esta vida.

Para llegar a ser un excelente amante y saber disfrutar del sexo oral, como preámbulo de la penetración, se requiere de cierta experiencia y conocimiento del funcionamiento del cuerpo, propio y de la persona amada. El sexo oral se denomina así porque es a través de la boca, en contacto con los genitales, que se brinda y se recibe placer a la pareja. Tanto los labios y la lengua, como los genitales femeninos y masculinos, son partes del cuerpo muy sensibles al tacto, por la infinidad de terminaciones nerviosas que contienen. Ambas se mantienen húmedas y al entrar en contacto, la estimulación recibida en los genitales propicia que la persona estimulada, experimente sensaciones muy placenteras, que contribuyen a que alcance la fase de meseta y pueda lograr más fácilmente el orgasmo y que éste resulte de mayor intensidad y calidad.

Si la persona mantiene una higiene adecuada, sus genitales suelen estar más limpios que su boca, así pues, la idea de que es algo sucio no tiene fundamento. Pero si la persona es sucia, no solo lo estarán sus genitales, sino su boca y todo su cuerpo.

Es recomendable que cuando se vaya a tener sexo oral, la pareja se bañe o asee sus genitales y su boca, por higiene y por respeto a sí misma y a su pareja, de manera que los malos olores, propios de su cuerpo cuando ha estado horas sin aseo, no disminuyan o inhiban el placer sexual por entrar en contacto con ellos.

En la mujer, la zona más sensible al contacto oral es su clítoris y algunas no soportan la estimulación directa, por lo que el hombre debe aprender a tocar las partes aledañas y preguntarle a su pareja cómo le gustaría  que lo hiciera. Besar los labios mayores y los menores resulta placentero para muchas mujeres y esto las prepara para alcanzar el orgasmo con más facilidad una vez iniciada la penetración. Pero si por alguna razón la mujer rehúsa el contacto bucal con sus genitales, la pareja debe dialogar y respetar la decisión femenina y si el deseo varonil por esta práctica es muy fuerte, deberá ayudarla a comprender que no hay nada de malo, ni de sucio en esta actividad amorosa y convencerla con argumentos y no por la fuerza, ni con chantajes

En el caso del varón es raro que alguno muestre oposición por la estimulación oral de su pene y de sus testículos. Sin embargo, algunos no toleran por mucho tiempo este tipo de contacto, porque sienten que perderán el control de su eyaculación muy rápido y por eso lo evitan, privándose así de este tipo de placer. Pero la mayoría de los hombres disfruta mucho cuando su pareja le besa y succiona sus genitales. También en el hombre esta práctica sexual lo prepara para llegar al orgasmo de una manera más placentera.

Algunos jóvenes llevan a cabo este tipo de relación para evitar el embarazo y se limitan solo a ella, evitando la penetración, lo cual no es recomendable que se practique por mucho tiempo, porque suele alterar la calidad de las relaciones sexuales y cuando deciden llegar a la penetración, ésta no resulta tan placentera como la estimulación oral, privándose así de orgasmos de mejor calidad.

Es conveniente aclarar que si en la estimulación oral el varón llega a eyacular en la boca de su pareja, ésta no corre ningún riesgo de embarazarse ni de aumentar de peso, estas son creencias difundidas entre personas ignorantes de la anatomía humana. Lo que sí puede suceder es que se trasmita alguna enfermedad venérea o el SIDA por este contacto, si alguno de los dos la padece y no se emplea una barrera protectora, como el condón.

Pero si ambos están sanos, se aman y son higiénicos, el sexo oral es una opción más para disfrutar de la mutua compañía y obtener un maravilloso placer. Si aún no lo ha practicado y logra dejar a un lado sus miedos y prejuicios, no se arrepentirá de hacerlo; si ya lo practica, estará de acuerdo con lo aquí escrito. De cualquier manera recuerde que en el sexo no hay límites para encontrar el placer, siempre y cuando ambos estén de acuerdo y no se lastime la integridad de nadie.

Oct7
01

EL SEXO EN LA VIDA Y LAS CANCIONES DE JOAN MANUEL SERRAT.

By Marco Antonio Perez Mora - artículos, Familia, Parejas, sexualidad

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Joan Manuel Serrat y Teresa es un canta autor nacido en Barcelona en 1943, pero que se dice y siente latinoamericano como el que más, pues en este continente ha sido aceptado y querido como si fuera uno más de los nativos. Esto se debe a que en sus declaraciones, canciones y maneras de vivir, siempre se ha solidarizado con el espíritu de libertad de los pueblos americanos. Sus canciones han acompañado a varias generaciones a lo largo de su vida, tanto las de protesta social, como las amorosas y eróticas, las que describen la vida cotidiana de la mayoría de la población, como las que canta para contarnos la vida de los menos privilegiados, como el ropavejero, el vagabundo sin casa, el niño yuntero del campo o los viejos abandonados por su familia, lo mismo que las que canta en defensa de la vida y del medio ambiente. Es y ha sido siempre un canta autor bilingüe, lo hace en su lengua materna, el catalán y en español

Sus canciones amorosas y eróticas en las que defiende el derecho a una vida sexual sin represiones excesivas, salieron a la luz pública desde el inicio de su carrera, allá por los años sesenta, en plena represión del franquismo conservador y perseguidor de aquellos que se atrevían a retar sus retrogradas ideas sobre la vida sexual de las personas.

Desde su primer disco de 1965, ya le cantaba al amor adolescente y expresaba sus sentimientos de tristeza y de añoranza por el amor no correspondido. En “Ella em deixa” “Ella me deja” se resigna a ser abandonado por la chica que amaba y la recuerda sin rencor. En la canción “El mocador” “El pañuelo” se queda con esta prenda en recuerdo de ese amor que se ha ido, pero que le ha dejado gratos recuerdos libidinales. Tenía 22 años cuando estas canciones escribía.

Para 1969 sale a la luz “Palabras de amor” una bella canción que relata el primer amor de adolescente y que no ha dejado de cantar en sus recitales actuales. Es una corta canción pero que provoca que quienes la escuchen se identifiquen con ella, porque casi todo el mundo ha pasado por ese periodo de enamoramiento adolescente antes de los 15 años.

En su canción de 1969 “Antes de que den las diez”, relata la historia de una chica que se fuga con el novio para tener sexo y, como era la costumbre de la época, debe regresar a casa antes de que den la diez de la noche, pues en esa época se suponía que caída la noche, las chicas buenas estaban recluidas en casa. En esta canción se muestra más atrevido para la época, pues veladamente habla de que la pareja ha tenido sexo y la chica corre a casa para que la madre la vea dormida, sin sospechar que recién regreso de estar con el amante.

Para 1970 ya era un cantante consolidándose en el gusto de los españoles y los latinoamericanos por la calidad de sus letras y música, así como por su postura de rebeldía frente a las imposiciones autoritarias del poder en turno. En este año publica la canción “Conillet de vellut” “Conejito de terciopelo” en la que habla de su decepción amorosa que le ha provocado una modelo sueca, narrando como lo engaña con cualquiera y lo cambia por persona más ricas que él.

La canción “Quasi una dona” “Casi una mujer” narra el amor por una adolescente menor, el enamoramiento de un hombre mayor por una Lolita, el reverso de lo que narra en la de “Conejito de terciopelo”.

En 1970 publica el disco “Mi niñez” en el que aparece la canción “De cartón piedra” narrando el enamoramiento imposible de un loco por un maniquí. Esta canción relata los sentimientos que muchos han sentido por una mujer a la que idealizan y no pueden acceder.

La canción “Los debutantes” es el relato del amor de unos amantes casados, lo cual, para la España de 1970 era toda una afrenta, pues era una especie de oda a los amantes que infringían la ley.

En la canción “Muchacha típica” nos cuenta la historia de una chica de sociedad que se la pasa dándole gusto al gusto, sin importarle ser de la aristocracia.

Una canción que muestra lo retador que era Serrat en 1970 y su afición por cantar sobre el amor es la de “Señora” en donde le dice a la madre de la chica que no le importa si está o no de acuerdo, él se llevará a la muchacha. Fue una canción muy gustada por el público, tanto masculino como femenino.

En este mismo disco nos comparte parte de su historia persona en la canción “Mi niñez” en la que canta “Tenía una novia morena/ que abrió a la luna mis sentido/jugando los juegos prohibidos/ a la sombra de una higuera”

Pero la canción sobre un amor imposible que nunca ha faltado en sus conciertos es “Penélope”, que cuenta la historia de la chica que se queda fijada en el pasado ante la ausencia de su amor, al que no reconoce cuando regresa años después, pues se ha quedado estancada en el pasado. Esta canción provoca fuertes sentimientos de nostalgia e identificación con la persona abandonada en pleno enamoramiento. Serrat tenía 27 años  cuando la compuso. La música es de Augusto Algueró.

En 1971 edita uno de sus mejores discos: “Mediterráneo” en que aparecen dos canciones sobre el amor a las mujeres, con claros tintes sexuales. “La mujer que yo quiero” y “Lucia”, esta última pocas veces falta en sus recitales, después de más de 40 años de existencia. En ella habla de su enamoramiento por la chica que lo ha seducido “con su cuello y sus senos”.

En 1973 nos comparte como fue su primera vez sexual con una prostituta, la canción esta en catalán en el disco “Per al meu amic” y nos narra que le hubiera gustado haberse iniciado con otra chica que no fuera prostituta, pero por las circunstancias no le quedo opción. En varios programas de tv y de radio llego a confesar que hubiera preferido iniciarse con una mujer diferente pero por su timidez de la adolescencia le fue imposible. La canción se llama “La primera”.

Curiosamente, en este mismo disco de 1973, aparece la canción dedicada  a su maestra del kínder, titulada “Canco per a la meva mestra” en la que habla del amor edípico de un niño pequeño “pero usted no ha sabido nunca, maestra, que cuando quería que cantase que tres por una son tres, mis pequeños ojos escarbaban con franqueza las rodillas que púdicamente usted apretaba y apretaba. Un número no vale lo que una piel rosada”.

En el mismo disco nos cuenta el amor por su maestra cuando era un niño y su primera vez sexual cercano a los 16 años con una prostituta. Es una declaración de honradez con el público, sobre su vida sexual, contada de manera poética y musicalizada.

En 1975 saca el disco “Para piel de manzana” en donde aparece la canción “Piel de manzana” que cuenta la historia de la chica fácil del barrio que se fue marchitando antes  de tiempo por haber vivido precoz e intensamente su sexualidad. En este mismo disco le dedica una canción al prostíbulo de fama en aquellos años, llamado “La casita blanca”. El arte del poeta consiste en contar cosas de manera tan sutil y sublimada que encanta oírlas, aunque traten sobre situaciones que a muchos avergonzaría hablarlas directamente, como es el caso de hablar sobre la primera vez y narrar las características de una casa de citas.

Para 1978 nos comparte la canción “Cenicienta de porcelana” dedicada a una prostituta y a sus vicisitudes, que la llevan a terminar mal en su vida.

Para 1981 sale a la luz el disco “En tránsito” en donde aparece la canción que es parte de su repertorio cotidiano “No hago otra cosa que pensar en ti” en la que expresa la desesperación por no encontrar palabras para expresar el amor a su amada.

En el disco “Bienaventurados” de 1987, nos comparte una simpática canción en la que da recetas para la conquista del amor, a la que titula “Receta para un filtro de amor infalible” en la que recomienda la práctica de conductas propias de los hechizos y que son un reflejo de lo que mucha gente ha creído que puede funcionar para conquistar a la persona amada. Tales como poner a hervir una prenda íntima, sazonarla y dársela a tomar a una persona ingenua.

En 1992 estrena su disco “Utopía” el cual inicia con la bella y sensual canción titulada “Y el amor” en la que de manera muy poética y sintética narra la experiencia amorosa del orgasmo. En este mismo disco nos sorprende con “Pendiente de ti” en la que nos habla del amor incondicional de una pareja

Para 1994, en el disco nadie es perfecto nos sorprende con la canción “Entre un hola y un adiós” en la que nos habla de los recuerdos de un amor adolescente que se quedó en el deseo, cuando el protagonista ya es un adulto y el tiempo ha transcurrido. Como ya es su costumbre, en el mismo disco nos comparte una canción que habla del amor y del sexo desde otra perspectiva, la del interés financiero de la otra parte. En “Mensajes de amor de curso legal” nos cuenta que piensa que la mujer amada le corresponderá si se disfraza de dinero. Y en la canción “Por dignidad” refiere la historia del hombre enamorado de una chica fácil, que la defiende contra las críticas de familiares y amigos, pues la ama y eso es lo que a él le importa “No renuncio a la delicia/ de tenerla sugerente/ en mi cama cada noche/ por prejuicios de otra gente”. En síntesis, le vale un pito que sea una facilota, en tanto quiera estar con él cuando él lo desee

En 1998 saca a la luz el disco “Sombras de la China” y en ella aparece la canción que le dedica  su esposa Candela Tiffon “Más que a nadie” en la que expresa el gran amor que le tiene 21 años después de feliz matrimonio. En este mismo disco, y en autoría con Eduardo Galeano está la canción “Secreta mujer” que resulta ser la mujer que no lo deja dormir porque lo tiene obsesionado y juega con las palabras “Desnúdeme/ desdúdeme”

En el disco de 2002, “Versos en la boca” la canción “De cuando estuve loco” nos cuenta que “Atrás dejo kilómetros de afueras/ aire por respirar, luces en rojo/ Hacia donde señalan tus pezones/ voy a toda pastilla” “Cuando rozo tus pétalos, nenúfar/ que sobrevive en aguas estancadas,/ saltan chispas, los cables se me cruzan,/ se me sube el mercurio/ y me salta la alarma” Nos habla del deseo por los pezones y por la vulva de la mujer amada, se enloquece al grado que deja su ciudad por ir a buscarla y al encontrarla se le cruzan los cables de solo imaginarla.

“Qué sería de mí” es otra bella canción de amor por la otra persona, a la que se vive como el complemento para poder sentirse vivo y pone un sinfín de ejemplos de complementariedad entre  el mundo y los animales, para decirle a la amada que sin ella, él no existiría.

En este mismo disco nos emociona con la canción “Es caprichoso el azar” en la que nos cuenta la forma en que el azar interviene para conocer a la persona amada y deseada.

Para el 2006, nos sorprende con el disco Mo en donde nos habla del deseo que tuvo su madre de tener una niña cuando estaba embarazada de él. La canción la título “Si hagués nascut dona” “Si hubiera nacido mujer” en ella cuenta que a su madre la hubiera complacido tener una niña, pero si eso hubiera sido así, él habría pasado por muchos inconvenientes, tal como les ocurría a la mayoría de las mujeres de la época en la que él nació, 1943.

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