Dr Perez Mora
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Dr Perez Mora > Blog > artículos
Sep22
00

LA SOLEDAD DENTRO DEL MATRIMONIO.

By room37 - artículos

soledad en pareja

La gran mayoría de las personas se casan enamoradas y porque desean compartir sus vidas en todos los aspectos, esencialmente en el sexual. Sin embargo, debido a las fallas en la comunicación, algunas parejas se llegan a sentir en soledad dentro de su matrimonio, sobre todo en el terreno de la sexualidad, debido a que no supieron darse a entender en sus anhelos, deseos y necesidades sexuales. Algunas jugaron a querer adivinarle el pensamiento y los sentimientos al otro (a), algunas se sentaron a  esperar a que el otro (a) les adivinara el deseo y la necesidad sexuales, sin hacer mayor cosa que mantenerse a un lado, sin hablar, sin preguntar, sin dialogar sobre los que les estaba pasando. Otras parejas viven eternamente creyendo que así es la vida y que si el otro (a) no se interesa en ellos (as) no hay nada que hacer al respecto. Estas actitudes lo único que propician es que el abismo entre la pareja se ensanche hasta que sea imposible establecer un puente de comunicación que los una, pues es tan grande la distancia afectiva que no hay forma de construirlo.
(más…)

Sep9
10

CONSECUENCIAS DE LA INFIDELIDAD

By room37 - artículos

Brubia

 

Para muchas personas la infidelidad es parte de su vida porque así la experimentaron en la relación con sus padres, pues alguno fue infiel. Para otras, porque crecieron con la idea de que ellos podían tener todas las mujeres que desearan tal como les hizo creer su padre y en ocasiones también su madre, pues sigue privilegiándose el culto al falo. Sea la razón que sea, muchas de estas personas no son concientes de las consecuencias que su conducta infiel provoca en sus parejas, que no esperaban ser engañadas de tal manera. Las consecuencias de la infidelidad son muchas: deterioro de la relación, pérdida de la confianza, disminución de la auto estima de la víctima, ruptura de la relación conyugal, depresión, coraje, rabia por la impotencia, sentimientos de soledad y minusvalía, alteración del equilibrio emocional, sexual y económico, reencuentro amoroso de la pareja, entre otros.

Cuando alguien le es infiel a otro (a) en el terreno de la sexualidad, es porque ya no se siente tan comprometido como para mantener su juramento de fidelidad que realizó cuando contrajo nupcias civiles y/o religiosas. Puede ser que se haya deslumbrado con la nueva persona y quiera volver a vivir las emociones que se experimentan en un nuevo idilio, por sentirse rechazado o incomprendido por su pareja actual o simplemente porque tiene un espíritu de cazador y recolector de experiencias sexuales fuera de casa. Un alto porcentaje de mujeres perdona  la infidelidad sexual de su hombre si ésta no paso del contacto sexual, pero no pueden tolerar ni perdonar una infidelidad amorosa. Si su pareja se ligo afectivamente con la otra mujer, es algo que les duele en el alma y es una grave herida a su auto estima. En cambio, la mayoría de los hombres no toleran la infidelidad sexual. Ellos pueden soportar que su mujer tenga un amigo al que quiera, pero no que mantenga relaciones sexuales con él. Independientemente de las causas por las que se presente la infidelidad, el hecho es que provoca daños a la relación conyugal. La primera y más importante pérdida en una infidelidad, es la confianza que la víctima le tenía al infiel. Al enterarse de que el otro (a) ha decidido invertir su libido o parte de ella en otra relación sexual y amorosa, quien sufre de la infidelidad deja de confiar en su pareja y aunque ésta prometa que solo fue en esa ocasión y pida perdón para continuar con la relación, la parte ofendida duda constantemente de la parte ofensora.

La víctima de la infidelidad se siente lastimada en su auto estima, pues cree que ha perdido valor frente al infiel. Se pregunta así misma en qué fallo, qué salio mal. En ocasiones tiende a culpar a la persona con la que el, o la infiel, la o lo engaño, con el ánimo de justificar a su pareja. Piensa que la otra persona sedujo, engaño o embrujo a su partenaire, ya que esto es menos doloroso que reconocer que le ha sido concientemente infiel. Saber que la pareja, otrora amada, ha preferido las caricias y el sexo con otra persona suele ser doloroso para la mayoría de las personas, sin embargo, muchas mujeres toleran las infidelidades de sus maridos porque aprendieron ese modelo de relación en sus hogares. Les dijeron que así eran los hombres y que ellas deberían cargar su cruz “hasta que la muerte los separe”. Este tipo de mensajes no tendrían éxito si las mujeres no se sintieran inferiores  a los hombres, si ellas fueran más seguras de sí mismas, si se respetaran, resolverían de otra manera las experiencias de infidelidad crónica que padecen muchas de ellas.

Junto con la decepción por el engaño conyugal, aparece la rabia, la impotencia, el enojo y la depresión por la pérdida de la ilusión. Algunas personas engañadas tienden a pensar en el suicidio, ya que habían depositado toda su libido en la relación amorosa y al descubrir la infidelidad, el mundo se les derrumba, por lo que piensan que la salida es quitarse la vida. Otras personas, cuando se han sentido engañadas tienen el impulso de matar a la persona con la que su pareja las ha engañado o de asesinar a su propia pareja, pues no toleran que los haya dejado de querer y prefiera compartir el lecho con otra persona. Son reacciones de primera instancia ante el descubrimiento de la infidelidad, que deben reflexionarse para no cometer actos impulsivos, más destructivos que la misma infidelidad.

Para algunas personas la infidelidad es algo así como el fin del mundo, pues han crecido en un medio ambiente en el que les hicieron creer que no había nada más allá de la relación con su pareja y si ésta los ha engañado, la vida pierde toda su razón de ser. No conciben poder seguir adelante después de una infidelidad. Sin embargo, para otras, la infidelidad es parte de la existencia y aunque se deprimen, se enojan y se angustian, no abandonan al infiel, pues prefieren su compañía a medias, frente a la idea de la soledad. Son más las mujeres que perdonan o aceptan la infidelidad de los hombres que lo contrario, pues la educación así las ha forjado. Para la mayoría de los hombres la infidelidad sexual es cosa de vida y muerte. Para las mujeres es diferente. Sobre todo para quines vivieron en hogares en los que era el pan nuestro de cada día.

En muy pocos casos la crisis causada por la infidelidad, es utilizada como una oportunidad para revisar lo que esta pasando en la relación y es aprovechada como un medio para modificar los patrones de comportamiento. Algunas personas, después de haber sido infieles reconocen el valor de su pareja y aprenden a apreciarla mucho más, sobre todo cuando ésta ha amenazado con la ruptura. La valoran cuando ven el riesgo de perderla y, después de dialogarlo, logran mejorar su relación conyugal. En estos casos, la infidelidad ha sido como una llamada de atención para corregir el rumbo y pueden continuar juntos habiendo fortalecido el vínculo amoroso después del desliz. La infidelidad no siempre es el fin de una relación, pero si sería conveniente evitarla para no dañarla.

 

Ago26
00

EL DIVORCIO: CAUSAS Y CONSECUENCIAS

By room37 - artículos

The family's quarrelGuadalajara, Jal. 26 de agosto de 2014

 

EL DIVORCIO: CAUSAS Y CONSECUENCIAS[1].

 

El divorcio es la terminación del vínculo matrimonial y puede ser tramitado por mutuo acuerdo o por petición de una de las partes. Las razones para realizarlo son múltiples, entre las principales están las diferencias de caracteres, la infidelidad, la violencia intrafamiliar, el abandono del hogar por uno de los cónyuges y la incapacidad mental.

 

Hoy en día el divorcio lo puede tramitar cualquiera de los cónyuges, pero no siempre ha sido así. Antiguamente solo lo podía solicitar el varón, pues la mujer no tenía ningún valor. Bastaba con que el hombre decidiera que ya no quería vivir con la mujer y devolviera la dote para que el matrimonio se disolviera. Una mujer divorciada no podía volver a contraer nupcias. En algunas épocas de la historia, el divorcio no era permitido en ciertas culturas.

 

En la actualidad el divorcio es cada vez más frecuente y son millones las mujeres que lo tramitan, pues ya no están dispuestas a vivir en una relación conyugal insatisfactoria. Sin embargo, cuando no se maneja de manera adecuada y la separación implica la misma o mayor violencia que la existente en el matrimonio, todos los integrantes de la familia resultan perjudicados, especialmente los hijos, sobre todo si éstos son menores de edad y son utilizados como carne de cañón para agredirse conyugalmente.

 

Cuando es imposible continuar con la relación matrimonial, y seguir juntos es más patológico que beneficioso, lo mejor es llegar a acuerdos que permitan un divorcio de mutuo acuerdo en el que lo que tenga que repartirse se haga de manera civilizada; en donde los hijos no sean involucrados de manera agresiva y en el que ninguno de los cónyuges se divorcie de los niños; salvo en el caso en el que haya habido probado abuso físico, sexual y/o psicológico sobre ellos.

 

Los hijos, cuando son pequeños suelen resentir más la separación de sus padres y anhelan que estos vuelvan a reencontrarse, pues para ellos ambos padres son esenciales. Cuando son adolescentes, tienen más capacidad de reflexión y en ocasiones son ellos los que les proponen el divorcio a sus padres, con el ánimo de evitar que las escenas violentas persistan en el hogar y los sigan dañando.

 

El divorcio, sea por mutuo acuerdo o tramitado por una de las partes, siempre conlleva un proceso de duelo, pues se vive como una pérdida de las ilusiones originales, sobre todo cuando uno de ellos o ambos creían que su matrimonio sería hasta que la muerte los separara y cuando las familias de origen presionan para que el matrimonio continúe a pesar de las evidencias de que hacerlo es perjudicial para todos los integrantes. La separación de los amantes también implica la perdida de la convivencia sexual, que durante algunos años fue realizada con la venia familiar, social y religiosa. Para la mayoría de los varones esto no ha sido tan frustrante, pues muchos de ellos, antes de divorciarse, ya han elegido a otra mujer; en cambio, para millones de mujeres, resulta más difícil volver a establecer relaciones sexuales, pues a ellas se les dificulta más el poder hacerlo sin que haya de por medio un vínculo emocional, lo cual resulta complicado después de un fracaso matrimonial.

 

La sexualidad después del divorcio suele resultar más complicada para las mujeres, pues éstas se ven expuestas a diferentes situaciones conflictivas. Sus amigas las rehúyen por el temor a que sus esposos las vean como presas sexuales fáciles de conseguir, los hombres las ven como mujeres urgidas y necesitadas de sexo y cariño y son vistas como oportunidades de una noche, ellas mismas se sienten devaluadas por no tener a un hombre que las proteja cariñosamente. Si las divorciadas deciden soltarse el pelo y acostarse con cualquiera, pierden valor ante los ojos de su familia, sus hijos y de los hombres con quienes comparten la cama, por lo cual, si lo llegan hacer lo ocultan y no les resulta fácil hablarlo. Estas situaciones hacen que las mujeres tengan que reprimir sus deseos sexuales, ocultarlos o resignarse al autoerotismo. Sin embargo, cuando en la relación conyugal hubo violencia sexual, amorosa, psicológica y/o física, todo esto es mucho mejor que seguir compartiendo la cama y el cuerpo con alguien violento.

 

La sexualidad de los hombres divorciados no pasa por estas vicisitudes, pues culturalmente han tenido mayores permisos para desahogar su sexualidad, incluso apoyados en preceptos religiosos. La familia y lo amigos apoyan y estimulan a que los varones divorciados rehagan su vida sexual al poco tiempo de su divorcio, incluso con mujeres mucho más jóvenes que su ex pareja.

 

En un alto porcentaje de divorcios, las razones principales son originadas en una mala comunicación entre los cónyuges, lo cual dio origen al distanciamiento sexual y afectivo. En la mayoría de los divorcios, sobre todo cuando estos han sido con violencia, las consecuencias son negativas para toda la familia, aunque con el paso del tiempo lleguen a darse cuenta que fue lo mejor que les pudo haber pasado.

 

Lo ideal sería que las persona no tuvieran que llegar a divorciarse, pero cuando el matrimonio no da para más, el divorcio es una buena alternativa para seguir adelante, sin seguir sufriendo malos tratos y una oportunidad para encontrar a otra pareja más adecuada a los deseos y características de cada ex cónyuge.

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] Artículo escrito para el programa de radio Universidad de Guadalajara El Expreso de las diez, del jueves 28 de agosto de 2014.

Ago13
00

INTERESES SEXUALES DIFERENTES.

By room37 - artículos,sexualidad

Uno de los múltiples errores que se cometen en las relaciones de pareja es creer que los deseos y fantasías sexuales personales son compartidas por el compañero (a), aun sin decírselo nunca, pues debido a que se tiende a ser ego céntrico, se cree que los demás piensan y/o sienten igual que uno. En el terreno de la sexualidad, como en muchos otros, las personas piensan y sienten de manera diferente, por más años que hayan compartido juntos. Es muy importante que la pareja sepa comunicarse respecto a sus necesidades sexuales, que especifique sus gustos y temores y que sepa escuchar los de su partenaire, para limar asperezas y comprender las razones por las que es complacido (a) en algunas ocasiones y en otras no, para entender las razones por las que su pareja no siempre tiene la misma disposición al placer sexual o porqué a él o a ella les gusta tanto tal o cual posición o forma de tener relaciones sexuales.

Si se comprende que los hombres y las mujeres piensan y sienten diferente respecto a las mismas situaciones, experiencias y emociones y que en la pareja sexual también existen intereses distintos y que es muy valido que así sea, los conflictos y los malos entendidos se reducen de manera significativa. La frecuencia de las relaciones, el lugar y la hora en la que se tienen, las posiciones en la cama o el sofa, la ropa empleada, el ambiente, la duración de la relación, si se alcanza o no el orgasmo de manera simultanea, son solo algunas de las cosas por las que suelen surgir conflictos entre las parejas, debido a que cada uno tiene sus propios gustos y expectativas.

Cuando él prefiere tener relaciones sexuales por la mañana, en que amanece descansado y relajado y a ella las prisas de los hijos para irse a la escuela o para ir al trabajo, no la dejan concentrarse, los conflictos no se dejan esperar. Ella preferiría, hacerlo por la noche, cuando los hijos ya están dormidos y no tendrá que levantarse a las carreras, pero él se siente cansado del trabajo y lo único que quiere es cenar, ver la tv y dormirse, pensando que por la mañana “nos echamos un rapidín”, sin tomar en cuenta que su pareja prefiere las relaciones por la noche, más románticas y con más calma. Ante la negativa o displicencia de ella, él se enojara, de la misma manera en que ella lo hará por la noche, frente al cansancio de él. La única solución ante este tipo de situaciones es que ambos se hablen y escuchen para poder llegar a una negociación exitosa en la que los dos sientan que han ganado como pareja.

Los gustos y deseos sexuales son tan variados como las mismas personas. En tanto no se dañe a la pareja ni se perjudique a un tercero, sea menor de edad, adolescente o adulto, cualquier forma de relación sexual es sana y valida, siempre que ambos consientan libremente en llevarla a cabo. Puede ser el sexo oral, el sexo anal, el uso de ciertas ropas, determinados lugares de la casa, como la cocina, las escaleras, el jardín o la azotea. Tal vez acuerden emplear algunos juguetes sexuales para mayor estimulación y disfrute común y compartirse sus fantasías con el fin de enriquecer su experiencia sexual. Los problemas surgen cuando, debido a la diferente educación, no pueden compartir este tipo de situaciones o, peor aún, cuando ni siquiera se atreven a dialogar sobre lo que les pasa y guardan un grave silencio que solo hace incrementar el sordo coraje contra el otro (a), por la frustración que experimentan en su rutinaria vida sexual.

En algunos casos las diferencias en los intereses sexuales son derivados de la actitud y conducta machista del varón, que no permite que su “santa mujer” exprese sus deseos sexuales, mucho menos que reclame una mejor atención de su parte. Son hombres que se sienten inseguros de sí mismos y temen que si su pareja experimenta placer sexual, se vuelva una prostituta o lo abandone por su incapacidad sexual para complacerla. Las dificultades para controlar la eyaculación y para sostener la erección, debidas a las angustias o mala educación sexual del varón, dan origen a múltiples reclamos de su mujer. En otras situaciones, la frecuencia es el motivo de conflictos, pues mientras que ella desea tener sexo todos los días, él apenas puede dos veces por semana y no sabe como mejorar la calidad del placer brindado, para contrarrestar la baja cantidad. En pocas situaciones ocurre lo contrario, en que sea él quien quiera tener sexo más seguido que su compañera.

La incompatibilidad sexual, cuando es grave y no se puede resolver mediante el dialogo o una terapia de pareja, se convierte en un motivo legalmente valido para solicitar el divorcio, dando fin a las ilusiones que se tenían el día de la boda. Cuando la pareja es capaz de reconocer que existe un problema sexual entre ellos y logran dialogar y llegar a acuerdos satisfactorios para ambos, los problemas se resuelven adecuadamente y la relación se enriquece. Cuando estos intentos de dialogo no solucionan los conflictos, es el momento de solicitar ayuda terapéutica profesional que les permita llegar a comprenderse mejor y solucionar su dificultades, enriqueciendo su vida sexual y emocional, para consolidar su relación conyugal, fortaleciéndose como familia.

Jul28
00

40 años DE VIDA SEXUAL EN GUADALAJARA, JALISCO

By room37 - artículos

MinervaGuadalajara, Jal. 26 de mayo de 2014.

40 AÑOS DE VIDA SEXUAL EN LA PERLA TAPATÍA[1].

Dr. Marco Antonio Pérez Mora.

De 1974, año en que inicia sus transmisiones Radio universidad de Guadalajara en el 104.3 de FM, a la fecha, han transcurridos 40 veloces años en los que la vida sexual y la visión de la sexualidad de los tapatíos y los jaliscienses ha experimentado cambios importantes. Gracias a la radio en general y en particular a radio Universidad de Guadalajara, los jaliscienses están hoy día mejor informados sobre cuestiones de salud sexual y mental, pues el amplio número de profesionistas que han pasado por sus micrófonos han sido de la mejor calidad.

Hablar de aspectos sexuales en Guadalajara hace 40 años era una cuestión de peligro, se hacía en secreto y en pequeños círculos de confianza. La sociedad de entonces no estaba capacitada para hablar del pene y sus andanzas, del clítoris y sus vicisitudes, no se mencionaban la eyaculación precoz, la homosexualidad, ni la impotencia sexual masculina, mucho menos la ausencia de orgasmos y de la gran frustración femenina, por no ser comprendidas por los machos jaliscienses. Si se llegaba a mencionar algún tema sexual, era en programas nocturnos, nunca en el día, para no herir los castos oídos de los radioescuchas.

Haber incluido temas sobre reproducción humana en los libros de texto de primaria fue toda una odisea del gobierno federal de los años 70s, aunque no se hablara del placer sexual y de la sexualidad humana en concreto, pues solo se referían a la reproducción. Mencionar las palabras prohibidas de pene, vagina, vulva, clítoris, eyaculación, orgasmos, etc, era imposible en los medios radiofónicos, televisivos y escritos de aquellos años. Hoy en día, a 40 años de distancia, las cosas han cambiado. Los nombres del aparato reproductor femenino y masculino ya no causan tanto escozor, se puede hablar con mayor libertad y conocimiento sobre lo bueno y lo malo de la vida sexual de los jaliscienses, ya no se teme mencionar a Freud y sus tres ensayos de una teoría sexual de 1905. El auditorio de radio Universidad de Guadalajara participa activamente con sus preguntas y anécdotas sobre su vida sexual y la sexualidad en general, está ávido de conocimientos para no cometer los errores de sus padres y abuelos, que escudados en sus prejuicios, privilegiaban la ignorancia sobre el conocimiento.

En estos 40 años de vida sexual jalisciense, han surgido: el SIDA, las sexshops, el condón femenino, las campañas de prevención de enfermedades de transmisión sexual, foros en los que se discute abiertamente sobre las patologías sexuales y se habla abiertamente sobre los abusadores sexuales de niños y de mujeres, se analizan las causas del aborto, el internet ha facilitado el acceso a información sexual de primera mano, que antes estaba solo disponible para los académicos, los moteles han proliferado en todas las ciudades y pueblos y los vochos, pequeños autos en cuyo interior muchas perdieron su virginidad, han desaparecido. Si algún gobernante trasnochado pretende prohibir las minifaldas o ciertas maneras de vestir, es objeto de burlas de parte de la población. Los preservativos se pueden adquirir en tiendas, puestos de periódicos e inclusive se han puesto dispensadores en universidades y lugares públicos para que toda la población pueda adquirirlos y cuidar mejor su salud sexual y reproductiva. Algunos gobiernos e instituciones progresistas hacen campañas para el uso de los condones, regalándolos en eventos o en la vía pública. Se han promulgado leyes para proteger los derechos de las mujeres, en algunos estados del país se ha despenalizado el aborto, disminuyendo la mortandad de las embarazadas y de hijos no deseados.

Es innegable que han habido grandes avances en el conocimiento y divulgación del mismo en materia de sexualidad humana. En Guadalajara hay universidades e institutos que ya incluyen en sus planes licenciaturas y maestrías sobre sexualidad humana, hay más estaciones de radio y periódicos que hablan con profesionalismo de la sexualidad de los jaliscienses. Sin embargo, los problemas derivados de la incultura sexual siguen al alza: incremento de personas con VIH positivo, sobre todo mujeres jóvenes y  casadas, los embarazos precoces en la adolescencia, aumento de divorcios por dificultades sexuales, acentuación de la violencia sexual intra y extra familiar y también han aparecido medios de comunicación que siguen postulando que la masturbación es un pecado y que se debe llegar casto e ignorante sexual al matrimonio.

Los niños, jóvenes y adultos de hoy en día tienen más posibilidades de acceder a la información profesional sobre salud sexual y la participación de los medios de comunicación en la divulgación de los conocimientos sobre el comportamiento sexual humano ha sido de mucha ayuda para millones de personas en Jalisco y en el mundo, pero aún hay mucho por hacer, sobre todo en inculcar un conocimiento para el ejercicio responsable y sano de la sexualidad.

Se debe capacitar a los maestros de todos los niveles educativos para que adquieran conocimientos y habilidades que les permitan educar mejor a sus alumnos en algo tan vital e importante para la salud mental y la convivencia familiar y social, como es la sexualidad. Cuando la mayoría de la población posea una educación sexual sana, adecuada, sin miedo al disfrute responsable de su sexualidad, los índices de productividad, creatividad y bienestar aumentarán y disminuirán los de frustración y violencia. La radio y los medios de comunicación masiva, particularmente radio Universidad de Guadalajara, tienen un papel muy importante que desempeñar en estos objetivos en pro de la salud sexual de los jaliscienses.

[1] Artículo escrito para el programa de radio El expresso de las diez de radio Universidad de Guadalajara del viernes 30 de mayo de 2014. Marco Antonio Pérez Mora es psicoanalista de adultos, niños y adolescentes, terapeuta de parejas, familias y grupos y terapeuta sexual con más de 30 años de experiencia profesional y de colaborar en radio UdeG.

Jul14
10

LOS CONFLICTOS SEXUALES Y SUS SOLUCIONES.

By room37 - artículos,sexualidad

Los conflictos sexuales surgen cuando la pareja tiene intereses opuestos y no logra ponerse de acuerdo para dirimir sus diferencias. Ambos protagonistas pretenden imponer su deseo, sin importar el del otro y muchas veces creen que ceder a las peticiones de la otra parte es perder algo valioso, por lo que surgen las frustraciones y las agresiones. Los conflictos sexuales aparecen en la escena conyugal por diferentes razones: una de ellas es que los hombres y las mujeres son muy diferentes en su manera de vivir y expresar su sexualidad, pero son muy similares en su forma de creer que la otra parte debe pensar y sentir muy parecido a ellos. Los hombres tienden a expresar sus deseos sexuales de manera directa y pretenden que su pareja los comprenda como si fuera igual a ellos, en cambio, las mujeres manifiestan sus deseos y necesidades de manera muy diferente, pero también quieren que su contraparte masculina las entienda como si fuera una amiga y no su hombre. En este estira y afloja, ambos llegan a  creer que el otro está equivocado y entran en una lucha de poder para convencer a su oponente de que lo que ellos o ellas desean es lo que está bien, sin darse cuenta que tienen deseos y necesidades diferentes, aunque parecidas: ambas partes desean ser complacidas, pero de maneras distintas. Una de las causas principales por las que surgen estos conflictos es por la mala comunicación entre la pareja. Al no saber expresar sus deseos y creer que el otro o la otra parte debe adivinarlos, por el solo hecho de quererlos, propicia que surjan los malos entendidos, las confusiones, las frustraciones, los enojos y el sentimiento de “no me entiende porque no me quiere”, cuando en realidad lo que sucede es que no se entienden porque no saben comunicarse sus deseos y sus diferencias. Él puede querer una relación rápida y ella que él se tome todo el tiempo del mundo para excitarla. Ella puede pensar que a él solo le interesa desahogar su apetito sexual y él creer que ella no lo desea porque no está dispuesta a complacerlo en sus peticiones y entonces surgirá el conflicto, pues la tensión derivada de las necesidades opuestas los llevará a enojarse y a sentirse incomprendidos. Existen diferentes tipos de conflictos sexuales, entre ellos están los pseudo conflictos, consistentes en que la pareja o uno de sus integrantes cree que sus necesidades entran en oposición a las del otro u otra. Por ejemplo, si uno de los dos quiere alguna posición sexual, la otra parte puede pensar que eso atenta a sus intereses, cuando no es así. Los pseudo conflictos aparecen por la mala comunicación que propicia los malos entendidos y la desconfianza entre la pareja. Se cree lo que no es. Los conflictos latentes aparecen cuando los integrantes de la pareja no perciben la contraposición de intereses, necesidades o valores, por lo que éstos no se atienden ni se tratan como conflictos, de tal manera que no surge la agresión, pero tampoco se enfrentan, razón por la cual crecerán hasta llegar a explotar cundo menos se lo esperen. Los conflictos innecesarios, surgen cuando se cree que la satisfacción de las necesidades del otro, impiden las propias, sin ser realmente así, pero la desinformación, los estereotipos y la percepción errónea de los deseos o propósitos del partenaire, les hace creer que hay un conflicto de intereses. Los verdaderos conflictos sexuales se deben a la existencia de diferencias esenciales y cuestiones incompatibles, como distintos intereses, necesidades y deseos, distintas maneras de ver la vida sexual, criterios opuestos para resolver los conflictos y diferencias de principios y valores. Ejemplo de esto es cuando un miembro es muy conservador y religioso y cree que el sexo solo debe realizarse para la procreación, en tanto que el otro cree que debe llevare a cabo cuando hay deseo y para obtener placer. Si uno de los integrantes necesita ver pornografía para excitarse y el otro necesita encomendare a Dios cada que quieren tener sexo. En estos casos el conflicto es fuerte y si no se resuelve puede ocasionar graves daños a la relación de la pareja. Los conflictos sexuales suelen enfrentarse de diferentes maneras. La primera y muy común es la de negar la existencia del conflicto, evitando su enfrentamiento, manejo y solución del mismo. Otra forma es la de competir con el otro en una relación de  (ganar/perder) en la que se intenta imponer el criterio personal sin importar los deseos y necesidades del otro, “si yo gano, tu pierdes”. La contraparte es cuando uno de los integrantes no lucha por hacer valer sus deseos con tal de no confrontar a la otra parte. “Pierdo y te dejo ganar para que no me abandones, aunque no estoy convencido (a) de que sea lo mejor”. El conflicto queda irresuelto porque la parte perdedora se mantiene insatisfecha y temerosa, el ganador tiene una victoria pírrica; ha ganado a costa del otro. Otra manera de enfrentar los conflictos conyugales es mediante la evasión, en la que ambas partes pierden, pues no enfrentan el conflicto a pesar de reconocer su existencia. Los dos se mantienen insatisfechos, nadie gana, todos pierden en esta forma de afrontar los conflictos. La mejor forma de hacer frente a los conflictos conyugales, sexuales y de cualquier índole es la de la cooperación (ganar/ ganar), en la que los dos comprenden que hay que enfrentar los conflictos para crecer como equipo conyugal, sin perder su individualidad. Aprenden a negociar y a llegar a acuerdos que los beneficien mutuamente y fortalezcan su vínculo. La mejor manera de enfrentarse a los conflictos sería anticiparse a los mismos, para lo cual se requiere que exista una muy buena comunicación y el deseo por complacer al otro, complaciéndose uno mismo en el placer de complacer al otro; sin embargo, cuando los conflictos rebasan a la pareja en su capacidad de resolverlos, se recomienda buscar ayuda profesional para salvar la relación conyugal.

Jul9
00

El beso

By room37 - artículos,sexualidad
Beso
Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez,
Bésame, bésame mucho, que tengo miedo a perderte, perderte después.
C. Velázquez.

Para hablar del beso nadie mejor que los poetas y los enamorados, sin embargo es válido tratar de explicar el porqué de su importancia en la vida amorosa de los seres humanos, por cierto, los más erotizados del planeta.

Existen distintas clases  de besos, el filial entre hermanos, el amistoso entre amigos, el maternal y el paternal hacia los hijos, el social por cortesía y amistad y el amoroso y sexual, que es el más conocido, anhelado por los seres humanos, el más placentero y mencionado por los poetas y escritores.

Desde tiempos inmemoriales ha existido la conducta de demostrar mediante el beso los sentimientos de  gratitud, afecto, amistad, amor y pasión. Es una conducta universal y un medio de comunicación efectivo, aunque con algunas modificaciones en cada cultura. Aparece citado en la Biblia, en el Kamasutra y prácticamente en todos los textos importantes de las diferentes culturas. Los emperadores romanos besaban a las personas según su rango de importancia en la frente, la boca o los pies. Los franceses se besan dos veces en las mejillas y los rusos en la boca, aunque ambos sean hombres. Pero este tipo de besos no son eróticos, sino de reconocimiento y/o aceptación social.

El beso amoroso y sexual se da esencialmente en la boca y de allí puede recorrer prácticamente todo el cuerpo: mejillas, hombros, vientre, espalda, brazos, manos, piernas, genitales, nalgas, ano, etc. La forma de besar dependerá de la pericia y afectividad de quien lo haga y las partes del cuerpo besadas, de la creatividad de la pareja.

Besar la boca es ponerse en contacto íntimo con el otro y es una manera desplazada de mostrar disposición a tener relaciones sexuales, pero sin los riesgos y compromisos sociales de éstas últimas. Al ponerse en contacto un par de labios, se ponen en actividad varios nervios que generan una estimulación muy placentera y envían mensajes al cerebro para que el cuerpo se prepare para el encuentro sexual, lo haya o no. La piel se pone chinita, el corazón palpita más aceleradamente, los genitales se lubrican, la vulva se hincha y el pene se pone en erección. El beso en la boca puede ser tierno y suave o fuerte y apasionado; se pondrán en contacto solo los labios o se incluirá la lengua en la boca de la pareja, lo cual denotara mayor intimidad, es el famoso beso francés.

Al recorrer el cuerpo con los labios, la experiencia del que besa será tan placentera como la del que es besado y ambos disfrutaran del intercambio de los besos amorosos que, si es el caso, servirán como preliminares para la relación sexual, pero si la pareja no tiene pensado llegar al coito, habrán servido para obtener y dar placer erótico con y a la pareja amada.

El beso es una actividad erótica que es socialmente permitida, incluso en público, con ciertas limitaciones, que facilitan que los amantes se demuestren el amor frente a los demás. En la mayoría de las ceremonias religiosas se acepta que los recién casados se expresen su amor en un beso público. A los novios se les permiten ciertos besos frente a los demás y se espera y admite que los casados se manifiesten su agrado con besos en la boca.

En los cuentos e historias infantiles, la Bella Durmiente, Blanca Nieves y muchos otros personajes son devueltos a la vida mediante un amoroso beso. Pero igual el beso mal empleado es sinónimo de traición o de muerte como el de Judas a Jesús o cuando sé está enfermo y se trasmiten los virus y las bacterias a través del mismo. En algunos casos se contagia la mononucleosis infecciosa, popularmente llamada enfermedad del beso por ser la saliva un fluido a través del cual se transmite, es una infección producida por la familia de los Herpes virus, especialmente por el virus Epstein Barr. Es particularmente frecuente en los adolescentes y adultos jóvenes, presentándose la enfermedad con un cuadro clínico caracterizado por fiebre, dolor de garganta con faringo amigdalitis, fatiga y ganglios inflamados en varias partes del cuerpo. Es muy frecuente, en esta enfermedad, un aumento significativo del bazo y una erupción en la piel, que se hace mucho más evidente y prolongada si el paciente ingiere antibióticos como Ampicilina pensando que se trata de una faringitis común y corriente. Pude durar desde algunas semanas hasta varios meses. Sin embargo esto no debe ser motivo de preocupación o de evitación de los besos con la persona amada.

Aunque el besar es una conducta casi instintiva, cuenta mucho lo aprendido en la infancia y en la relación con los padres, esencialmente con la madre. Ella es la primer amante de hombres y mujeres y quien enseña a su bebé el valor del beso como demostración de afecto. Después lo asociarán con el sexo y lo gozarán más plenamente, siempre y cuando su experiencia haya sido satisfactoria y no teman dar de besos a quienes desean y aman.

Es curioso que la mayoría de las prostitutas, que ofrecen sus cuerpos por dinero, se oponen a dejarse besar en la boca por sus clientes, pues consideran que esa es una manifestación de afecto y no solo de sexo, ellas venden el uso de su cuerpo, pero no su afecto ni su alma, así el beso cobra una importancia mayor que sus genitales.

El beso en las relaciones sexuales es una de las actividades más placenteras, antes, durante y después del coito. Previo a la penetración sirve como estimulante, además de indicador del deseo sexual hacia la pareja; durante el acto sexual es una manifestación del deseo que aumenta la pasión y al otro se le demuestra el amor y el deseo que se siente por él o ella, al tiempo que se disfruta con ello; después sirve como manifestación de gratitud por la experiencia vivida y como demostración que allí sigue uno junto al otro. En este último punto las mujeres son más atentas y sensibles que los varones.

Sea como sea, el beso es una de las mejores caricias que se pueden brindar y recibir en las relaciones humanas y sobre todo en las de pareja, principalmente durante el contacto sexual. Y esto sucede aquí y en China.

Jul7
00

AMORES QUE MATAN.

By room37 - artículos

pareja enojada

Cuando alguien se enamora de una persona, nunca se imagina que pueda llegar a odiarlo y a desearle la muerte. En el enamoramiento hay un deseo de posesión, cercanía, vinculación e intimidad muy fuertes. Se ama, se desea y se quiere estar con la persona amada el mayor tiempo posible. Se le quiere complacer, que  este contento (a) y que quiera estar al lado de uno. El enamorado se desvive por agradar a la persona amada y trata de adivinar sus deseos para complacerlos, pues la satisfacción del amado (a) es su propia dicha.

Cuando las cosas marchan bien, este enamoramiento puede dar pie a un amor sólido, maduro y duradero, en que ambos se sienten mutuamente satisfechos e interesados en complacer al otro, fortaleciendo su vínculo amoroso y permaneciendo a través del tiempo de manera agradable y placentera.

Pero cuando uno de los dos se siente defraudado por lo que recibe del otro, amenazado de ser abandonado, teme ser engañado o simplemente el otro (a) no se acopla a sus expectativas iniciales o a las actuales, el amor se convierte en odio y en deseo de destruirlo en todos los sentidos: emocional, psicológico, social, familiar, económico y físicamente. Existen personas que dicen “Morir de amor”, cuando no se sienten correspondidas y otras que “matan por amor”, cuando creen que la otra persona los engaña o los pretende abandonar. Unos sienten que se mueren de amor porque no se sienten correspondidos y otros desean matar a la persona amada porque para ellos es mejor verla muerta que en brazos de otra persona.

Cuando se siente morir de amor, quien sufre es el enamorado que no se siente correspondido y en ocasiones se deprime o hace alguna tontería, pero cuando se está dispuesto a matar por amor, como los sujetos posesivos, envidiosos, celosos, paranoicos, intolerantes, agresivos, fronterizos o psicóticos, la persona que antes fue amada corre un serio peligro, pues los amantes despechados que poseen las características señaladas, no toleran ser dejados por quien creían era de su propiedad. Quienes son capaces de matar por amor, en realidad no han amado a la persona amenazada, sino que depositaron en ella sus idealizaciones, la creyeron un objeto personal, no le concedieron opinión ni vida propia, ajena a lo que ellos o ellas consideraban adecuado, de tal manera que cuando sienten que dicha persona está pensando en dejarlos, se rebela a sus imposiciones o intenta ser ella misma, el amante posesivo, celoso y agresivo se desorganiza y decide matarla. Existe una frase muy socorrida entre este tipo de personas que dice “mejor muerta que en brazos de otro”.

Los “amores que matan” son aquellos en cuya relación se anula la personalidad del otro, ya sea por temor a ser abandonado, por miedo a ser superado, por deseo de posesión autoritaria o por sadismo y fuertes deseos de control y sometimiento de la personalidad y voluntad del otro (a).

En la literatura y en el cine se muestran casos trágicos de estos “amores que matan”. Otelo es una de las grandes obras de Shakespeare, el genio de la literatura inglesa, en donde las intrigas, la inseguridad y el miedo dan pie a  los celos enfermos y a la rabia asesina que propicia matar a la persona amada.

La infidelidad sexual y amorosa es otra de las causas que provocan la rabia asesina del otrora amante, que no soporta la idea de haber sido engañado (a) y su furia, derivada de este engaño los lleva a desear la muerte del infiel. El dramaturgo griego Homero refiere la tragedia de Troya debido al rapto de Helena, a quien se le considera infiel a su esposo, por haberse fugado con París. Pero también existen los casos en los que quien ama, al sentirse atraído (a) por otra persona y no poder romper el vínculo con su pareja actual, por miedo, culpa o mil sin razones más, prefiere pensar en matarla (o) para quitarla (o) del camino y así llegar, supuestamente, fácilmente a los brazos de la otra (o).

Cuando en las relaciones amorosas hace su aparición el desamor, acompañado de rencor, odio, decepción, frustración y resentimiento, lo mejor es tomar al toro por los cuernos y hablar con la otra persona para explicarle las razones de dicho desamor. Siempre será mejor un buen divorcio a un mal matrimonio. Pero existen personas que no toleran la idea de que su pareja los deje, aunque no exista ningún suplente y prefieren acabar con la vida de su pareja a dejarla libre. O la codependencia es tanta, como en la película Luna amarga, que se auto anula la personalidad con tal de continuar al lado de la persona amada, a pesar del rechazo de ésta.

Los amores que matan son una triste realidad de algunas parejas y es por eso que vale la pena adentrarse en las motivaciones inconscientes de las mismas, para evitar caer en este tipo de tragedias. Mediante el análisis de los personajes de algunas películas y reflexionando sobre sus vidas, se puede aprender a evitar llegar a situaciones de “matar por amor”, “morir de amor” o de terminar muerto en manos de la pareja.

Jul4
00

SEXUALIDAD Y MATERNIDAD.

By room37 - artículos

imagen descriptiva

A menos que un ginecólogo lo señale, no existe ninguna razón válida para que una mujer embarazada deje de tener relaciones sexuales con su pareja, durante prácticamente todo ese periodo. Es más, debería estar indicado el que mantenga relaciones sexuales como medida profiláctica de salud mental y física, pues hacer el amor fortalecerá los lazos entre la pareja en este periodo tan importante de su vida.

En los primeros meses de gestación, la mujer sufre cambios importantes en su cuerpo y los primeros ocurren en el tamaño, peso y sensibilidad de sus pechos y pezones, los segundos se dan en sus genitales que al hincharse de sangre y no retornar fácilmente a su tamaño y forma original producen una mayor excitación en la mujer, la cual necesita desahogar para no estar tensa.

En la mayoría de las mujeres, el deseo sexual se incrementa con el embarazo, pero los prejuicios sexuales le impiden manifestarlo a su pareja, con lo cual se limita en la satisfacción sana de su sexualidad. Es normal que las mujeres embarazadas deseen tener sexo en este periodo y no deberían sentirse avergonzadas porque su libido se ve incrementada. De hecho podrán tener sexo hasta el octavo mes de embarazo sin ningún peligro para ellas o para su bebe.

En casi todas las culturas el papel de la maternidad es muy valorado y muchas veces desexualizado pues se le concede mayor importancia a la función reproductiva y al cuidado del bebé, que al placer de la madre. Esta ideología contribuye a que tanto las mujeres, como los hombres, tiendan a desexualizar a las madres, sean jóvenes o no. La paradoja de todo esto es que la sexualidad las convierte en madres y el maternaje las desexualiza y priva del placer que necesitan. En el mundo occidental a las madres se les suele poner en una especie de altar religioso, lejos de la imagen de la mujer seductora, deseosa y sexosa con el fin de mantenerla a salvo de los deseos edípicos incestuosos, ya que una mujer sin sexo no es deseable.

En el proceso para desexualizar a la madre, contribuyen hombres y mujeres por igual. Los primeros porque quieren mantener la idea de que su madre y ahora su esposa, no deben sentir deseos sexuales mientras están gestando y después criando a  los hijos. Las mujeres, por su parte, debido a la tradición en la que han sido educadas, participan de la misma idea y se auto cancelan todo tipo de deseo sexual. Pero en realidad no hay ninguna razón válida para que las mujeres cancelen su sexualidad durante la maternidad. En realidad quienes continúan su vida sexualmente activa durante el embarazo y después de la cuarentena, son mujeres más sanas, más satisfechas consigo mismas y en consecuencia mejores madres, pues no dejan de ejercitarse en el placer de la cohabitación conyugal. A excepción de los casos en los que el ginecólogo recomiende reposo absoluto por el riesgo de un aborto, no hay razón para dejar de mantener relaciones sexuales durante el embarazo, inclusive hasta el octavo mes de gestación o un poco más, la pareja puede seguir con su vida sexual activa, solo acoplándose a las mejores posiciones, para que la mujer disfrute de la experiencia.

Las mujeres embarazadas suelen llegar a experimentar orgasmos por primera vez en su vida en este periodo debido a la inflamación que sufren sus genitales, lo cual resulta muy placentero para ellas. Otras suelen tener orgasmos menos intensos por las mismas razones. Unas más suelen experimentar orgasmos múltiples por primera vez en su vida. Todas pueden gozar de la sexualidad si se deshacen de sus miedos, prejuicios e ignorancia sobre la sexualidad y sobre todo si tienen parejas comprensivas y amorosas que las amen por sí mismas y por su embarazo.

Tanto los hombres como las mujeres suelen dejar de tener sexo durante el embarazo y a veces después de varios meses posteriores al parto por una serie de prejuicios y/o malos entendidos. Algunas mujeres se sienten mal de ver cómo cambia su cuerpo con el crecimiento del bebé y temen no ser agradables a su pareja por lo que se niegan al sexo. Por su parte, los hombres llegan a creer que pueden lastimar al bebé o peor aún, que el bebé les puede dañar su pene y prefieren evitar las relaciones sexuales con su pareja embarazada. En los casos en los que es el hombre el que se angustia y se niega al sexo con su mujer embarazada o recién parida, la fémina se sentirá rechazada y en ocasiones culpable por sus deseos sexuales, llegando a creer que es una mala mujer y una mala madre por su excitación sexual.

Una vez nacido el hijo, es normal que ambos padres terminen el día agotados por la atención brindada al pequeño, pero pasada la cuarentena, el hombre debe reinstalar a su pareja en su rol sexual, sacando al bebé de la alcoba conyugal y reanudando las relaciones sexuales sin miedos. El bebé nunca debe estar en la habitación cuando los padres tengan sexo, pues esto le afecta en su desarrollo psicológico y la madre no se podrá concentrar en su cuerpo para alcanzar el orgasmo, por estar pendiente de las necesidades de su hijo. Es recomendable que tanto las mujeres como los hombres, dejen de disociar a la mujer y puedan concebirla como una misma en sus funciones de mujer sexuada, madre, pareja y persona. Al integrarla en todos sus roles, ambos sexos podrán disfrutar mejor de la convivencia sexual. Las madres tienen tanto derecho, como las que no lo son, a disfrutar de su sexualidad y los hombres necesitan comprenderlas y no temerle al sexo durante el embarazo ni después del parto.

Para algunas personas, la madre es alguien pura y santa, asociada con la virgen de Guadalupe, se le disocia del sexo, al cual se le concibe como malo, sucio y pecaminoso, razón por la que evitan, rechazan y recriminan a las mujeres que estando embarazadas o recién paridas, desean continuar con su vida sexual, asociándolas con la Malinche. En estos casos prevalecen los prejuicios y la incultura sexual, así como el temor a las mujeres sexuales.

Por otra parte, la fatiga que conlleva el embarazo y la crianza de un hijo, influye para que algunas mujeres prefieran acostarse a dormir y se nieguen al sexo cuando su pareja se lo solicita y argumentan que es por el bebé, con lo cual refuerzan la idea de que las madres no “cogen”. En estos casos el riesgo de una infidelidad masculina se incrementa pues, al sentirse rechazado por su mujer, el varón buscara el desahogo en cualquier otro lugar. Por ello es importante que ambos dialoguen y se apoyen mutuamente en las labores que implican el embarazo y la crianza del hijo.

La sexualidad produce a las madres y la maternidad suele matar a la sexualidad con el consiguiente daño para la pareja, lo cual va en perjuicio directo para el hijo. Si tanto las mujeres embarazadas, como las que ya son madres, cuidan y mantienen su vida sexual activa, con el apoyo de su pareja masculina, lograran ser mejores personas, mujeres y madres, pues al poder continuar disfrutando de su sexualidad sin culpas, serán más felices y dispondrán de mejores energías para atender las necesidades de sus hijos, sin descuidar las propias ni las de su pareja masculina, padre de sus hijos. Todas las mujeres tienen derecho a ser madres y a continuar disfrutando de su sexualidad durante la gestación y después del parto, pues antes de ser madres han sido y seguirán siendo mujeres.

 

 Artículo escrito para el programa El expreso de las diez de Radio Universidad de Guadalajara del jueves 8 de mayo de 2014.
Jul1
00

EL USO DEL PODER EN LAS RELACIONES DE PAREJA: EL SEXO COMO ARMA.

By room37 - artículos,sexualidad

Imagen

Sexualidad y agresión son dos de las pulsiones humanas que están estrechamente vinculadas desde el nacimiento y que cuando predomina la segunda, empobrece la existencia de la persona, al grado de llevarla a perder la cordura, atentando en contra de los demás o de sí mismo. Pero cuando es la sexualidad la que logra sobresalir, se neutralizan los aspectos agresivos y las relaciones se enriquecen en beneficio familiar y colectivo, con el placer de la pareja.

En las relaciones de pareja el equilibrio existente entre la sexualidad y la agresión, marca la calidad de la convivencia conyugal. Cuando aumenta la agresión, el sexo es empleado como un arma contra la que la otra parte no tiene defensa, pues ante el enojo, decepción o frustración, se utiliza la negativa a complacer a la pareja en sus necesidades sexuales, sabiendo que de esta forma se le hiere y lastima en lo más íntimo, pues una pareja conyugal se define por la calidad de sus relaciones sexuales. Cuando se emplea para chantajear a la otra parte, también está contaminada de agresión, pues el fin ya no es el dar y recibir placer en la interrelación, sino obtener un beneficio secundario mediante la aceptación de las relaciones sexuales, como cuando se condiciona al hecho de que se cumplan ciertas peticiones de dinero, viaje, compañía o regalos. El sexo se usa como un arma de poder para dominar a la pareja.

Si la pareja utiliza cotidianamente la sexualidad como un arma de control de la conducta del otro (a), es porque no han podido o no han sabido dialogar sobre sus diferencias, gustos y disgustos, sin tanta agresión. Cuando se recurre a la “huelga de piernas cruzadas”, la indiferencia sexual o la masturbación en solitario, la relación conyugal esta en serios problemas que deben atenderse lo antes posible, si no se quiere aumentar el riesgo de  una ruptura grave.

En ocasiones la guerra sexual se da porque la pareja no ha sabido conocerse y él o ella se sienten insatisfechos, porque han sido incapaces de preocuparse por los gustos, necesidades e intereses sexuales de su partenaire y han vivido las relaciones sexuales más como un sacrificio que como una manera de brindarse placer uno al otro. La ignorancia y los prejuicios sobre el sexo han dañado a millones de personas a través de la historia y han impedido que hombres y mujeres convivan en placentera armonía, brindándose placer mutuamente.

Emplear la negativa a tener relaciones sexuales como manera de dirimir los conflictos le resta calidad a la vida conyugal. Sin embargo, en ocasiones esta negativa está justificada, como cuando uno de los dos pretende forzar al otro (a) a realizar cosas con las que no está de acuerdo, cuando se tiene el sexo de manera violenta, si se pretende tener las relaciones en un ambiente inadecuado o si se daña a terceras personas. Cuando la pareja está enojada por razones no sexuales, suelen utilizar la sexualidad como medio de reconciliación o de agresión. Dar o no dar sexo placentero es usado como un medio de poder sobre el otro (a)

Si mediante el dialogo claro y franco aclaran sus conflictos, la relación sexual es una buena manera de refrendar su compromiso afectivo y amoroso, pero si la agresión es mayor que la energía libidinal y amorosa, entonces la negativa a tener relaciones sexuales es utilizada como un arma para expresar el coraje contra la pareja, con el consecuente daño personal, pues ambos se privan del placer que podrían brindarse si no utilizaran su sexualidad de esta manera.

Debido a que la línea que divide a la sexualidad de la agresión suele ser muy delgada, es importante que las parejas aprendan a fortalecer su vida amorosa y sexual mediante el conocimiento de los deseos, emociones, sensaciones, gustos, preferencias, prejuicios y dificultades para disfrutar de la sexualidad, tanto propios como de la pareja. Este conocimiento se puede adquirir mediante la lectura de literatura científica, la consulta con un profesional del ramo, pero esencialmente mediante el diálogo abierto y honesto entre ambos, dejando en el cesto de la basura, la pena, la vergüenza, los prejuicios y las ideas de que la sexualidad es algo malo y sucio. Cuando ambos se interesan por conocerse mejor a sí mismos y a las necesidades de su pareja, tienen mayores posibilidades de lidiar con los malos momentos en los que el enojo los lleva a querer emplear la sexualidad de manera chantajista y agresiva, predominando el deseo libidinal por disfrutar de la relación sexual sobre la pulsión agresiva, con el consecuente  fortalecimiento y enriquecimiento de la relación amorosa de la pareja.

La sexualidad es una herramienta muy poderosa, tanto para construir como para destruir en las relaciones de pareja. El sexo posee un poder enorme, tanto para bien como para mal. Para fortalecer el vínculo amoroso o para destruir a las personas y a la pareja, es por ello que saber usar el poder que tiene el sexo es la clave de las parejas exitosas y la ruina de quienes no lo supieron emplear de manera constructiva. El sexo es poder y quienes saben usarlo adecuadamente suelen ser felizmente exitosos en sus relaciones.

 

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